UN GOBIERNO FRANKENSTEIN
Darío Ruiz Gómez
Así calificó Pérez Rubalcaba al gobierno de
Sánchez en España quien aún se autocalifica como un gobierno de izquierdas, sobre todo a partir del
chavismo de Podemos pero que en realidad es una
colcha de retazos con el despiadado independentismo catalán o el
terrorismo de Eta que en nada podrían
ponerse de acuerdo para el robustecimiento democrático de una España
unida. Este encierro de perros y gatos ha conducido a todo tipo de extravagancias
donde cada cual busca lo que le conviene y la medianía se impone de manera abrumadora. Una España de Pandereta pero
posmoderna. En este sentido lo que se llama El Pacto Histórico en Colombia y apenas iniciadas sus labores de
gobierno ha ido mostrando que ya comenzaron silenciosamente a aparecer las esperadas
fisuras y descosidos, las desavenencias al irse poniendo al descubierto los verdaderos
objetivos políticos de lobos disfrazados de ovejas. En el mundo
el descrédito y la desaparición
de los llamados Partidos Verdes comenzó cuando se hizo evidente que esas
organizaciones supuestamente defensoras del medio ambiente, de los
pajaritos, no eran más que una
estrategia para engañar incautos por parte del Partido Comunista.
Y es precisamente el Partido
Comunista quien está marcando abiertamente las pautas que está siguiendo el Presidente Petro en su programa de gobierno.
Ha irrumpido en el escenario de la vida
pública un dirigente como Iván Cepeda formado en la espartana escuela del leninismo soviético que hoy representa
Putin, frío, calculador, diplomático y
no gesticulante, dentro del Partido ha logrado
templar su carácter y desarrollar su habilidad de manipulación de lo que
sucede tras las bambalinas de la vida
política, véase como creó la Comisión de Paz compuesta únicamente por sus Comunes. Está en todo pero
públicamente parece no estar en nada de manera que de ninguna falta política
podría responsabilizársele. Si en Europa los Partidos Comunistas desaparecieron de muerte natural sobre
todo después de la caída del comunismo soviético, en Colombia su totalitarismo se ha mantenido gracias a purgas silenciadas,
desaparición de enemigos, un grupo de
“idiotas útiles muy bien manipulados,
los grandes capitales del narcotráfico y
una monolítica estructura que ha
impedido cualquier tipo de democratización interna. ¿Qué resta en este Pacto
Frankenstein?
La explosión como en España
de los más folclóricos telurismos: Petro consagrado en la Sierra Nevada por los
Kogis con su “sabiduría ancestral” y Francia Márquez en Suárez por un grupo de brujos as) afrodescendientes
mediante otra curiosa ceremonia “ancestral”.
Seguramente algunos(as) figuras del gobierno estarán buscando chamanes
de otros ritos vernáculos para entrar en
el camino que Evo Morales señaló cuando renunciando al cristianismo fue proclamado como el Pachamac Supremo en el lago Titicaca. ¿Movimiento religioso de liberación –se
hubiera preguntado el prodigioso Vittorio Lanternari- o burda deformación de
una cosmogonía vulgarizada y puesta al servicio de unos demagogos? Los rayos
caen sobre la cúpula del laboratorio del
Dr Frankenstein mientras de la mesa de operaciones se yergue la figura de otro
monstruo que saldrá a buscar sus propios seguidores. Recordemos la importancia
que los nazis dieron a los rituales
telúricos y recordemos que en
Argentina la Triple Alianza con López Rego recurrió a estas supercherías para
manipular la atonía social de las masas trabajadoras. Esta manipulación conduce
inevitablemente tal como lo estamos viendo en el Cauca a que en lugar de la
fraternidad entre las etnias se esté
dando la intolerancia más violenta. ¿Cómo emergerá de las brumas de la prehispanidad la figura de Gustavo Bolívar – la economía chibcha del
trueque- al lado del Ministro Ocampo, la economía del neo capitalismo?
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