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12. Medellín:
Deterioro y abandono de su Patrimonio
Histórico. Estanislao Zuleta
Estanislao Zuleta
Víctor Bustamante
Para
Carlos Bueno
Nunca conocí personalmente
a Estanislao Zuleta. La única vez posible fue durante una anunciada conferencia
en la Universidad de Medellín pero no llegó al auditorio: estaba sumamente
borracho, pero si lo estudié más tarde en un libro sobre economía política, un cuadernillo
que era necesario leer como texto de estudio. Luego llegaron otros ensayos de él
sobre la lectura y uno que me decidió a buscarlo: Elogio de la dificultad, el
cual me estimuló siempre para superar escollos en tiempos de crisis. Ahí
prefigura esa sensibilidad que lo haría tan proclive a que sea tan leído. Siempre
me llamó la atención el hecho de que se hubiera convertido en autodidacta
contrariando los nuevos cánones que regían la Universidad de Antioquia, y la sociedad,
en general con el prurito de establecer la educación como un medio de ascenso social
nunca como un meta de aprendizaje. Luego enseñó en la Universidad del Valle, más
tarde ofició como consejero de Belisario y, un día cualquiera, supe por los diarios
que había muerto en su apartamento de Cali.
De tal manera acabo
de leer una biografía, La rebelión de un
burgués, escrita por Jorge Vallejo Morillo donde me doy cuenta del paso
vital de Zuleta por las ciudades que habitó, así como por los caminos del
conocimiento que desbrozó desde un punto de vista tan peculiar como el suyo, así
como el sendero tortuoso de su actividad política.
En su casa,
ubicada en Cuba con Chile, su madre instituyó una sala de costura donde era imperioso
que las esposas de los banqueros, de los políticos y de los industriales en fin
toda la gente in de la ciudad pasara por su salón de costura que se convertiría
en lugar de chismes políticos y sociales.
Mientras esto ocurría
Estanislao se enfrascaba en todo tipo de lecturas, que es el camino indicado para
huir del ambiente constreñido del estudio. La
montaña mágica fue el texto que deslumbraría a Zuleta, así como la representatividad
que tuvo en su formación intelectual personas como Femando González, Fernando Isaza y León de Greiff.
Zuleta tomó una
actitud realmente desafiante para su tiempo: no quiso seguir estudiando en el liceo
de la Universidad de Antioquia y aun es más inverosímil el apoyo que le dio su
familia, de tal manera luego del accidente donde murió su padre al lado de
Gardel, Zuleta quedó al cuidado de su madre Margarita Velásquez, y de su familia
de intelectuales afamados.
Esa rebelión ante
el medio estudiantil había comenzado cuando fue echado del liceo de la Bolivariana,
fue a parar a la Universidad de Antioquia donde conoció en la biblioteca a Mario
Arrubla que luego lo visitaría en su casa y que vivía en el Barrio Antioquia, también
se hizo amigo de Delimiro Moreno que vivía en Bello, de Ramiro Montoya y de
Virgilio Vargas, además hicieron contactos con algunos comunistas como Eloin
Grajales y Álvaro Vélez.
Como la literatura
estaba presente al lado de las discusiones políticas, Estanislao Zuleta, Mario Arrubla,
Gonzalo Arango, Delimiro Moreno, Jaime Mejía Valencia, Rodrigo Sánchez Giraldo,
organizaron un centro literario en la biblioteca Santander y otro en Bello, el Marco
Fidel Suarez, en la casa de Delimiro Moreno, donde realizaban juicios literarios.
En esta casa de Prado
Zuleta, Arrubla y Delimiro Moreno asumieron el estudio y el análisis del
malestar cultural por su cuenta. Su horario de estudio transcurría de ocho a doce de la mañana y de dos s seis de la
tarde. Allí estudiaron a Marx, a Freud, a Nietzsche y leyeron mucha literatura, que
con la filosofía y política fueron sus materias preferidas. Luego se iban para
los cafés del centro menos Arrubla que prefería los de Lovaina.
Zuleta también fue
amigo de Alberto Aguirre y de Óscar Hernández que vivían cerca de su casa en la
plazuela de María Auxiliadora. La casa de Estanislao Zuleta, de estilo colonial,
fue comprada por el meritorio director de El
Colombiano, Juan Zuleta Ferrer, su tío, para construir otra de dos pisos de
color blanco con puertas y ventanas de artesonado de madera. En la actualidad,
esta casa fue restaurada de una manera totalmente apresurada y se perdió la
huella de ser la casa de Juan Zuleta Ferrer así como este había desechado la construcción
inicial donde vivió Estanislao Zuleta. Solo nos queda la fatal ilusión de saber
que este era el preciado paisaje citadino de Estanislao Zuleta.