sábado, 30 de abril de 2011

Muere Ernesto Sábato




Muere Ernesto Sábato


Todo lugar sagrado está cubierto de dolor


Víctor Bustamante

Hace unos años, Sábato, por prescripción médica, debió dejar de escribir y leer a riesgo de perder la visión, resignado, si es que de esa manera puede llamarse, desvió su labor vital, la escritura, hacia otra forma de arte, pintar.

Sábato nunca fue considerado del boom. Es extraño que alguien tuviera una forma independiente de pensar y no sólo escribir, Así las noticias sobre él fueron escasas; casi desapareció de los medios. Sólo se tuvo una noticia sobre él cuando fue encargado de presidir la comisión contra los desaparecidos en la argentina "Nunca más", donde era necesario esa independencia de criterio, esa seriedad de escritor unido a su sensibilidad y su consecuencia con los actos del oprobio que puebla nuestras ciudades. Él nunca buscó un exilio rentable como muchos del boom; nuestro complejo de inferioridad lleva a que busquemos reconocimiento primero en el exterior, por el contrario Sábato vivió la época más desesperante en su país.

Cada vez que leo una reflexión de Sábato es encontrar no un vano juego literario sino una persona donde la desesperanza es uno de los factores claves del mundo actual. Mientras muchos de sus contemporáneos del boom, buscaban publicidad, y cínicos de plegaban a ciertos dictadores, Sábato era como una conciencia, la conciencia, el sueño del escritor independiente que ha hecho respetar su criterio y que a denunciado los atropellos de la barbarie y que no ha huido ante ningún sucio avatar.

Su literatura nos dice que el escritor tiene un límite: ser honesto. Y nadie como él lo ha tenido como norma de vida. Por eso, Sábato, casi opacado por la genialidad de Borges y la subsidiaria de Bioy Casares, o ese sabor de Cortázar en París, olvidó que la literatura no son grandes sofismas fantásticos, o estructuras juguetonas sino que él nos mostró la otra cara del ser argentino: el escritor consecuente, así en estos días de globalización esta palabra sobre un escritor honesto parezcan un parroquialismo.
Mientras los falsos prestigios sociales, el aura magna y sucia mancha a algunos escritores que se pliegan a callar, en Sábato encontramos toda la dimensión del escritor incorruptible, un humanismo a ultranza. En Sábato nunca encontramos una opinión injusta, una frivolidad. Su armazón mental siempre fue forjada de una sola pieza: la honestidad en estos tiempos de blandura existencial, de gulags caribeños de glorioso olvido o la vanidad de plastilina.

Ernesto Sábato publicó Antes del fin,(1999) crónicas, reflexiones de lo que da la impresión de ser un testamento, cada uno de estos fragmentos como si la necesidad de la escritura tuviera que decir lo preciso. Allí sitúa esa decisión de querer ser escritor a toda costa renunciando a su brillante carrera de físico, como si sospechara el camino hacia el abismo que puebla la barbarie de la tecnología mal empleada, y ante ello contrapone la necesidad del humanismo donde el hombre reflexione y controle el exceso de racionalismo que le ha cercenado el corazón en pos del progreso.

El escritor sumido en la más absoluta soledad y tristeza, nos recuerda de una manera muy discreta, -como todo lo suyo-, su infancia en Rojas, su paso por la universidad de La Plata y su juventud europea, que contrasta cuando regresa a sus sitios caros y encuentra apenas fantasmas, rasgos, bocetos de lo que ya no existe, así como los lugares de su casa que hablan de silencio ante la muerte de su esposa Matilde y de su hijo, y de tal manera aparee su impedimento para escribir, como si todo el sufrimiento se hubiera empozado en él. Pero a pesar de esas pinceladas de infancia y su dolor, él está vedado a las lágrimas, por el contrario nos habla con justa serenidad de la presencia de la muerte, al mirar los acantilados en el bello mar de Santander, España; o las pesadas noches de insomnio, o sus sueños con abismos marítimos.

Más que en ningún escritor latinoamericano fue a ultranza hacia la utopía del hombre y la justicia social. En él se confirma el rigor ético, sus obsesiones personales y su independencia cuando se le tilda de anarquista.

También lo que escribe termina convirtiéndose tan real que el escritor vive la literatura que escribió, Ernesto Sábato cuenta como visita el Parque Lezama y lo abruma su misma incertidumbre. Es como si estuviera esperando a Alejandra, la heroína de Sobre héroes y tumbas.

A veces leyendo a Sábato, recuerdo esas profundidades de Kafka, esos lugares de la mente insondables como en Informe para ciegos.

Tal vez este sea el último libro publicado por Sábato, luego de una larga vigilia, esa larga vigilia medica, pero sabemos que es un espíritu reflexivo, incorruptible. Sábato siempre ha buscado la serena reflexión y la escritura del ser contemporáneo: quedan los pocos que cuentan: aquellos que sienten la necesidad oscura pero obsesiva de testimoniar su drama, su desdicha, su soledad. Son los testigos, los mártires de una época. Nada más obvio ante esa pérdida de valor de las palabras. Con Sábato aprendimos la renuncia a la golosina de la vanidad en esa constante reflexión que es su libro El escritor y sus fantasmas. Con él recordamos que el escritor debe tener corazón y no perderse en las heladas estepas del buen estilo que no es mas que la sumisión a un yo de mentiras. Con Sábato recordamos la injusticia de los niños abandonados y como el escritor se forma con su constante pregunta acerca de la condición humana, lo demás es silencio y papel.





miércoles, 27 de abril de 2011

Sheila Candelario

.
.
.


RETROREFLEJOS

Sheila Candelario

.....................................a quien creí que era
,
,

Gocé de tantas vidas en Nueva York, ninguna de ellas mías
topé con algunas en el Nuyorican's,
con el amor también, a veces.
Nueva York se vive en plena luz a escondidas
algunos celebran la traición bien hecha
requisito de admisión, crear desilusiones propias.
Viví miles de vidas en Nueva York, ninguna de ellas mías
Mardigras de excesos tomados de manos
se juega en Nueva York sin saberse carnada
qué importa, la inconciencia está para eso
catálogo de placeres en lobby de rascacielos
colgado de árboles orinados en Union Square.
Me lancé de picada a vivir vidas ajenas en Nueva York
lejanas a una esencia suave, transparente
asmática entre asfalto y gases
adicta a la energía que respira la humanidad
al acecho entre grietas, paranoia sin mirar ojos
te endureces en cualquier esquina de Brooklyn
voy a mí, en esta vida que no es mía aquí
entre tantos lugares del mundo.
Viví entre diosas, héroes, niños con frío en Nueva York, era ellos
sobreviví con dolor de otros para aligerar el mío
poetas que mueren de cáncer y tristeza
Nueva York te acerca a luces milenarias que dejan su cuerpo descarnado
poetas que te alumbran la vida que no es tuya en Nueva York
por centésima de segundo, suficiente para creerte salvada
¿Dónde estabas en el apagón del 2004? Lejos de ti, Pietri.
Soy de Nueva York aunque no lo sea, mi espíritu habita Borinkén,
pero es que esta ciudad de los borrachos de Lorca me acoge
en su indiferencia deja que sea todas las que me invente ese día,
salga o no el sol.

sábado, 23 de abril de 2011

Francisco Velásquez y Gustavo Zuluaga





Francisco Velásquez
y
Gustavo Zuluaga

En los pasados Días del Libro llevados  cabo en Carlos C. Restrepo, estuvimos en una conferencia dictada a dos voces entre Francisco Velásquez y Gustavo Zuluaga, presentada por el escritor Juan Gil Blas
Aqui presentamos un fragmento de ambas exposiciones.

sábado, 16 de abril de 2011

Edgar Bustamante






 Poemas
 de
Edgar Bustamante
  .
.
.
Balada para el transeúnte
En el paisaje de colores y casi visiones
 La algarabía de diciembre me convertía en transeúnte
Domingo, pasado el medio día.
Como un sonámbulo me acercaba a la calle.
Los niños en las esquinas junto a los semáforos
retornaban a acrobacias antiguas de templos
sagrados.

Caminando y sin destino
pero ya en el Parque de Bolívar
adversos mendigos de rostro trajinados, actores en desgracia y mimos desobedientes
caminantes desprevenidos, niños engominados
con la pinta de ocasión llevados de las manos por sus padres abrigados en lo que piensan que es un bello sueño.

Junto a la fuente
el caballito de madera queriendo
ser domado por un exquisito
Jinete de medio día.

Amábamos tanto la revolución.
Con el libro bajo el brazo
el sol salpicaba mi rostro.
más cerca que lejos
una voz anónima extendía mil voces anónimas.
y en su grafía se aglomeraba
gentes Atraídas por la ciudad,
Era el eco de una voz y en ella, Medellín.
..
Barbosa a.m.

 Veo en los colores dorado y selva
El despertar de los hombres de campo
Que en sus puños guardan y llevan
Sus fieles herramientas.
Caminan por sus senderos

El camino es largo como este día
Y entre piedras diminutas esparcidas;
El vaho se contempla
En la distancia.

Al lado
El olor fresco de la montaña

Al girar
El cerco color madera
Los años pasan
Dejo el antiguo puente
Clavado en la estación.

Allá la silueta de Barbosa
Y atrás un bostezo de la patria de sus calles.
Arteria


 Las palmas bracean a la orilla de la calle
Y dan su sombra a la felicidad de los transeúntes
que cabalgan en la memoria de la suerte.

Unos con sus manos  atadas a los bolsillos,
otros con las miradas al horizonte gris de La Playa
Y sus cabellos acompasados al viento de abril
sonríen con la lentitud del medio día.

El otro con su morral al hombro y su niño
Asido a su dedo pulgar
Va en busca de un refugio para la noche
Sin recato se pierde en la calle.
Y con el destino que lo toca.

Atrás queda La Playa intacta
Con sus miles de pasos perdidos
Y con sus historias.

Al lado los bronces de héroes de ocasión
Mirando lo que fue La Arteria
Y los poemas que habitan la calle.




domingo, 10 de abril de 2011

Cioran y Marilyn Monroe en Medellín






.
.
Cioran y Marilyn Monroe en Medellín

Víctor Bustamante

(Cioran en sus cien años ha sido convocado por el editor Gustavo Zuluaga para imprimirle una antología, por eso su visita a Medellín. Cioran estaba maravillado de que en estas tierras lejanas se le leyera tanto y se le idolatrara de una manera llena de fervor existencial ante la deserción de los verdaderos nadaístas. Aunque tenía noticias de los casposos que adoraban a Stalin, a Lenin y a Castro a pesar de la castroenteritis y a todos esos dinosaurios que le mintieron y le mienten a todo el mundo, como  si fueran dueños, amos que esclavizaron al proletariado en nombre de sus mentiras y ahora hacen lo mismo con el poetariado de Medellín.
El rumano andaba vestido de negro con su característico cuaderno de notas bajo el brazo, curioso preguntaba por los ríos de sangre que corrían por las calles como había dicho un demagogo local en Europa.
.
.
Cioran: Los poetas son exagerados hablan y hablan con metáforas por eso a muchos de ellos es mejor dejarlos de lado para que escriban sus endechas y soplen sus falsas cornamusas para que esquilmen la realidad, muchas veces son muy políticos y les pesa ser honestos.
Hamaquero: Cierto maestro. ¿Por qué habla tan bien el español?
Cioran: No olvides que viví mucho tiempo en la católica España donde el rencor es la piedra visceral de su cultura, lo mismo que el fanatismo. Eso parece ser igual aquí donde del catolicismo más férreo y ultramontano pasaron al marxismo más tonto y visceral y aun se creen de vanguardia. Eso da risa, pero hay que entender el analfabetismo ético de muchos despistados al pasar de un fervor a otro. Eso es muy español.
.
.
(Ni que fuera programado este encuentro: Marilyn Monroe pasa con su ego entaconado y su vestido rojo y súper rubia junto a ellos. Cioran se estremece).
.
.
Cioran: No puedo creerlo, ¿qué hace esta rubia platinada por estas calles?
Hamaquero: ¡Marilyn! ¡Marilyn! alguien te quiere conocer.
.
.
(La rubia camina torcida, como siempre, con sus tacones italianos de medio metro, olorosa a Chanel N.5 y súper maquillada para esconder esas pecas pueblerinas).
.
.
Marilyn: Hello mi teacher, my darling.
Cioran: Por favor háblame en español, del inglés sé poco.
.
.
(Marilyn en realidad es toda una muñeca sexi. Truman Capote se quedó en palotes. No la describió como debería haberlo hecho por estar pensando en los garzones del Central Park).
.
.
Marilyn: Fui la mujer de Arthur Miller, él me ayudo mucho a estabilizarme existencialmente, aunque también tuve desvaríos con Somerset Maugham. Me matan los escritores.
Cioran: Sí, eso he sabido y no sólo escritores sino los hombres de poder así sean mafiosos o políticos han pasado por tus brazos. No necesitas chicaniar tanto.
Marilyn: Ja, ja, ja. Oh mister president. Como recuerdo el cumpleaños de John, como le canté esa tarde ante todo el mundo, incluso en presencia de Jackie que no sabía nada de nosotros. Ja, ja, ja. El engaño es bello causa ese tremor que entrega el deseo
Cioran. Eso es lo que no me gusta de ti. Eres frívola y torcida y aun no cambias  interiormente aunque todavía eres una hembra. La mujer más deseada por los hombres clásicos. Me refiero a los que aman el cine de los años 60. Muchas veces te perseguí en tus películas. Una de ellas “Los caballeros las prefieren rubias”.
Marilyn: No, no peleemos mi Darling. Me gusta cuando dice que nunca se suicidaría por una mujer fea. Eso es algo moral y de gustos estéticos, ahí  lo vi bien.
Yo podría ser tuya. Amo los intelectuales de alto vuelo, de alto voltaje, de alto turmequé.
Cioran: No mientas que te has entregado a muchos poetitas municipales sólo por estar en la bandeja paisa como poeta sustituta.
.
.
(Marilyn no puede creer lo que le dice el maestro rumano y se enjuga las lágrimas de cocodrilo. Como le duele toda su vida de llorona, una mujer falta de amor. No voy a referirme a su padre alcohólico, a su madre alcohólica, a todo el mundo que la rodeaba que era alcohólico. Le caen manchas de pestañina por sus pómulos).
.
.
Marilyn: Tuve que hacerlo, porque yo también escribo no me basta el intercambio epistolar con escritores de renombre. Yo también soy una poeta venerable y no puedo dejar pasar mi hora. Sería el colmo con la historia no aparecer también en la bandeja paisa. A pesar de haber vivido en la USA yo también tengo derecho a pertenecer a algo. Es mi mayor ilusión. A pesar de que me han echado tantas veces, que me dicen lesbiana y toda esa cantidad de tonterías, yo quiero pertenecer a una comunidad así sea de poetas. Ellos ya me quieren y  yo los amo como a nadie en el mundo.
Cioran: Eres una torcida, toda la vida has sido una torcida. Pero a la hora de la verdad nada vale la pena. Tu frivolidad te mata, toda la vida has sido así, te vendes al mejor postor. Eres veleidosa y otra vez frívola y torcida.
.
.
(Ella vuelve a llorar lágrimas de glicerina que son las lágrimas del cine)
.
.
Marilyn: Buaaaaaaaaaa.
Es que necesito pertenecer a esa bandeja paisa donde hay de todo: mamertos al carbón, surrealistas en salsa de naranja, feministas en si menor y mucho colado. Es que quiero tener más amigos porque los grandes me dejaron sola, muy sola desde aquella noche del 62.
Cioran: Ese es el gran problema de tu carácter: la veleidad. No sabes donde situarte, te falta algo importante y es carácter. Por eso los hermanos Kennedy te abandonaron por ser también amante al mismo tiempo de mafiosos. Todo eso es jugar con los sentimientos y con el amor. Aunque en mis libros no creo en nada de eso. Pero viéndote asi tan escultural y piernipeluda uno se arrepiente de ser tan duro con ciertas mujeres.
.
.
(Marilyn lo abraza y lo coge de la mano quiere enseñarle el Centro de la ciudad).
.
.
Cioran: No debería ni saludarte por traidora. Y eso que tengo que escribir una teoría sobre Judas ya que éste se ganó todo el odio de media humanidad sabiendo que  existen Judas femeninas por montones.
Marilyn: Papa John, no me mortifique, todos tenemos derecho a comer algún día bandeja paisa. Que viera como es de rica, hay chicharrón de marrano mono, frijoles de Fredonia, arepitas de la comuna oriental, carnita de Montería, mazamorra de Aranjuez y así. Cuando la pruebe se quedará callado. Mejor venga yo le enseño el metro de Medellín, las comunas para que hable mal de Medellín cuando se vaya. Venga vamos al Parque de las Aguas y verá porque Medellín es la ciudad más educada.
.
.
(Cioran se ha callado. El filósofo tan duro con todo, parece que fue vencido por la zalamería de esta mujer que mantiene inquieto con sus cuerpo a tanto curioso de su erotismo. Ella sabe hacer sentir a sus amantes. Les da lo que le pidan.
A un lado el Hamaquero se siente feliz de saber que su maestro ha venido a visitarlo)
.
.
Marilyn: Estoy feliz. Me reconcilié con los poetas. Ya no me sacarán el hígado. Además voy a agregarle a mi show de esta noche la Internacional para darle un carácter de apertura, para ver si algún día me envían a ver las ruinas de Cuba antes que la isla desaparezca del todo. Y fuera de eso estoy por aquí nada menos que con mi maestro Cioran.
Hamaquero: Deja de ser mentirosa que nunca lo has leído. Sólo tienes tiempo para leerte a ti misma y la colección de revistas del corazón.
Marilyn: Jiijijijijiji, Ve éste. No me chimbies.
Cioran: ¿Qué ser chimbiar?
Marilyn: nada Emil.. No le haga caso a este man.
.
.
(El show de Marilyn, En este lugar de la noche, estuvo esplendido. Judas Iscariote, perdón Marilyn estuvo plena, bella y llena de salero y cantó como nunca y actuó como en sus tiempos más tiernos.
Vi a Cioran llorar emocionado debido a la rasca que se pegó con vino francés fabricado por los lados de Aranjuez.
Todo el mundo aplaudía.
Como corresponde a un príncipe del pensamiento, olvidó el acido demiurgo, abrazó a Marilyn y la besó. Si, la besó, pero no era el beso de Judas sino la ternura de un pensador enamorado de una ingrata que a pesar de todo lo había flechado).
.
.
Hamaquero: La hemos perdido. Así son las mujeres, hacen lo que les da la gana con uno. Si lo ves, lo trajimos para hablar de su obra y Marilyn resultó llevandoselo no sé para donde.
.
.
.
(La noche caía, no con manto de tristeza sino con la lluvia que también caía. En la Universidad de Antioquia algunos muchachos tiraban piedra y los del smad tiraban gases lacrimógenos).

.


sábado, 2 de abril de 2011

Pedro Arturo Estrada





Pedro Arturo Estrada
Víctor Bustamante

Pedro Arturo nos ha dado hermosa poesía, siempre en el limite del amor y el desencanto, a veces la muerte merodea, por las hendijas de sus poemas, pero ante todo es la admiración y la gratitud de alguien que sabe apreciar el silencio tan necesario en estos tiempos de los neones y del plástico del mercadeo, lo que ha permitido esa elaboración de sus poemas, como si fueran gemas de un orfebre meticuloso.
Esta conversación, y lectura de algunos de sus textos fue lograda por su amabilidad en los días finales del 2010, ya que ver a Pedro Arturo en el Centro de la ciudad es algo extraño.
Ahora que ha encontrado a su hada madrina, esperemos que el poeta se reconcilie con el amor  y nos regale unos bellos poemas sobre ese tema a sus lectores de siempre.
Para él nuestra admiración por su amistad y su poesía.