35. Medellín: Deterioro y abandono de su Patrimonio Histórico. Laguna de Guarne
La extinción de la Laguna
de Guarne
Para Rosa de Santis
Víctor Bustamante
Francisco
Antonio Cano en 1892 se fue exclusivamente de paseo a pintar un fresco en la
Laguna de Guarne. Algo misterioso o de curiosidad le llamó la atención, porque
subir allá, a la montaña, a Mazo, era una verdadera odisea en ese Medellín
rural. A lo mejor andaba hastiado de la vida pueblerina, a lo mejor necesitaba
un paisaje nuevo, y ese, era nada menos que el de la laguna. En esa
pintura Cano se interesa más en la vegetación, de la cual era un excelso
conocedor, y solo en la parte de abajo del paisaje notamos el espejo de agua de
la laguna.
En 1905 el
médico Ricardo Rodríguez, invitó a su finca de Guarne a unas treinta y dos
personas que serían fotografiadas por Melitón, su sobrino. En la primera vemos
a los invitados, elegantes, en la orilla, mientras unos ya están dispuestos a
zarpar, es decir a chapotear los remos y a lo mejor pensar que navegan en el
Sena, ya que Ricardo había trabajado y estudiado en París durante algunos
años, y les enseñaba las bondades y el disfrute de la vida acuática, así fueran
vestidos con ruanas, sombreros y carramplones. Todos ellos, hombres y mujeres,
se ven con sus tocados de fiesta, lo cual da la idea acerca de que ir allá era
todo un evento. En la segunda de esas placas, algunos de ellos posan junto los
patos, y, en la otra, los paseantes muy serios y circunspectos detienen la
canoa en la orilla para darle comida a los mismos patos, y para la eternidad de
fotografía.
Por
supuesto, que estas anotaciones sobre dos estadías allá en la Laguna de Guarne,
era por algo que se daba en Medellín, se había puesto de moda los viajes campestres
a las afueras.
Pero en
1917 ocurrió lo inesperado: la famosa tragedia de la Laguna de Guarne, la cual
le otorgó un carácter de misterio a ese balneario en lo alto, al demorarse unos
días en ser encontrados algunos cadáveres. Había ocurrido un accidente que
conmovió profundamente a Medellín. Desde entonces la laguna perdió su volumen
de aguas y quedó reducida a un lodazal. Existió un proyecto para construir allí
un hermoso parque y dotar nuevamente a la laguna de agua, pero esta idea se
convirtió en lo de las buenas ideas de las que están empedradas el infierno: en
nada.
Resulta que había llegado desde Medellín un paseo, nunca a temperar ni a que los viajeros fueran a ser miembros de la Liga de Temperancia. Nada de eso. Por el contrario, eran buenos
bebedores, dipsómanos nunca de ocasión, sino melómanos, que disfrutaban una de
las canciones del momento, “Las cabañas”, que cantaba nada menos que el dueto
del momento, Pelón Santamarta y Cabecitas, quienes habían viajado a la finca
de don Francisco Pérez que fue convirtiéndose el paseadero
predilecto de los medellinenses.
Los
paseantes tomaban aguardiente, y animados, con deseos de convertirse en
navegantes, prepararon una barca y se dispusieron, nueve de ellos, bien
borrachos a navegar, en ese pequeño mare nostrum paisa, con tan mala suerte que naufragaron. Uno de
los presentes desde la orilla, que veía la barca alejarse hacia el interior de las aguas,
acudió a arrojar una soga, y así, aferrado a ella fue rescatado Pelón, hábil y
excelente nadador, que fue el primero en salir. Pelón Santamarta, peleando con
las aguas y con la niebla en plena noche, rescató a cuatro de los paseantes
embriagados, que no sabían nadar, entre ellos a su compañero musical,
Cabecitas. Pero murió uno de los viajeros, Marco Aurelio Correa persona muy
entrañable en Medellín.
La tragedia
de la Laguna de Guarne, donde Pelón Santamarta fue uno de los principales
actores, lo había conmovido tan hondamente que decidió callar y colgar su lira. Pero sus amigos
lo convencieron para que volviera a su actividad musical y así continuó
cantando, bebiendo y produciendo su licor en su propio alambique, por supuesto
con Cabecitas (Enrique Gutiérrez).
En sus
Memorias 1918-1935, don Ricardo Olano señalaba: “Cuando Medellín tenga 100.000
habitantes sería posible establecer un funicular a la laguna donde se pueden
poner restaurantes, etc.” Y no era para menos, ya se había puesto de moda las
excursiones y existían lugares preferidos de Medellín a otros lugares como
Bolombolo, Sopetrán, Caldas. Incluso las salidas a la Laguna de Guarne
merecieron ser tratadas en algunas tesis como parte integral en la formación de
profesores y actividades complementarias de estudiantes. León de Greiff, que
nunca había viajado al exterior y desde Bogotá añoraba el mar, al que le
compuso dos hermosos poemas, pues, solo lo había visto, así como la mayoría de
los Nuevos, en una película Las rocas de Kador, también le escribiría a
Bolombolo unos sentidos poemas, como si necesitara vivir esa experiencia del
trópico montañero, para decir: "Oh Bolombolo, país exótico y no nada
utópico”.
Un dato nos
ha obsequiado el poeta e historiador Luis Fernando Cuartas sobre la Laguna de
Guarne. En varias ocasiones salió de excursión el Hermano Daniel, de la
Comunidad de la Salle, con el sacerdote, también científico, Henri Rochereau,
para comenzar un proceso de clasificación geológica, botánica y de animales
endémicos, de 1933 a 1945, visitaron el Oriente Antioqueño y el Norte del
departamento. En una excursión al cerro de la Vieja como se llamaba en 1937, el
ascenso para llegar a la Laguna de Guarne, esta vez con el Hermano Tomás
Alberto, clasificaron varias plantas que ahora reposan en el herbario de la
Universidad Nacional, sede de Medellín. Allí pudo recolectar y clasificar
orquídeas y helechos y frailejones. Y una de ellas lleva este nombre:
Eschweilera antioquensis.
Luis
Fernando Garcés, el cantante de una balada que lo identifica: Lorenzo, y de Los
Yetis señala que llegó a subir, con algunos amigos del Sufragio, en la década
del 60, por una suerte de camino escarpado, paralelo a los tubos del acueducto
de Manrique hacia la laguna. Allí navegaron en barcas, con la certeza de que el
fondo de la laguna era muy pantanoso y de un peligro total para los nadadores,
ya que allí se ahogaron algunas personas.
Si
comparamos algunas indicaciones de paseantes en dos épocas diversas, nos
permiten saber del viaje allá, cuando la geografía ya tiene nombres diferentes.
Una de ellas añade: “Se llega desde Guarne subiendo por una vía que lleva al
alto de Medina y luego al Tambo, de allí se sigue derecho y se llega”. Otro
caminante, más detallista, añade: “De allí se ve toda la panorámica de la
ciudad. Desde Medellín se llega subiendo por Enciso, se llega al Pan de Azúcar,
se continúa subiendo y se toma un camino de piedra entrecortado que algunos
dicen es pre hispánico y que, en algunos tramos está muy conservado y es
asombrosa su ingeniería, que es de piedra, y tiene dispuestos sus drenajes y a
tal maravilla si no estoy mal, en estos días, lo estaban interviniendo para
restaurarlo. Lo cierto es que se trata de una loma la macha. Yo he hecho ese recorrido muchas veces en
ambas direcciones totalmente a pie: Medellín-Guarne y Guarne-Medellín, uno
camina más de dos horas subiendo y llega a la laguna, que en algunas épocas se
ha secado”.
Bajo el
precepto latino: Mens sana in corpore sano, tan deseada, y de especial
significación en la vida del Seminario de Medellín, programaban largos paseos a
pie todos los años. Solían realizarse a los cerros circunvecinos de la ciudad,
y en especial a la Laguna de Guarne.
Hoy la
laguna es visitada como algo de ocasión ya sea por caminantes, por ciclistas,
incluso motociclistas, van a ver lo inaudito, que en Medellín haya una laguna
en las afueras. Ya que la ciudad le dio las espaldas a las quebradas y a su
río. Los habitantes de los barrios altos, la llaman la piscina de Santo
Domingo.
Pero
dejemos esa historia atrás, esa historia que matiza los diversos lugares de la
ciudad, por una razón de peso: la laguna no está herida de muerte, creo que ha
se ha extinguido, aunque algunos reportes añaden que desde 1997 al 98 se ha
secado en varias ocasiones.
En El Mundo
del 22 de noviembre del 2009, hay una referencia a la Laguna de Guarne donde se
afirma que se secó totalmente. Allí Corantioquia realizó una investigación y
descubrió como un contratista de EPM había realizado un bombeo.
Sigue la
nota de El Mundo: “Durante la época de sequía que sufrió la laguna,
contratistas de EPM se encontraban en la construcción del acueducto para la
vereda Piedras Blancas, del corregimiento de Santa Elena. En sus trabajos de
mezcla de cemento, el contratista decidió bombear agua de la laguna hacia las
obras”.
Por
supuesto responderían de EPM, como si fueran la última palabra y no la falsa
justificación de un hecho comprobado:
“Nosotros
sí hicimos un bombeo de agua para la construcción de unas estructuras, pero el
volumen que sacamos fue muy bajo como para considerarlo un factor de desecación
de la laguna. De los aproximadamente 250 a 300 metros cúbicos que tiene este
cuerpo de agua, nosotros extrajimos 4.8 metros cúbicos, lo cual es un
porcentaje pequeño del volumen total de agua”, explicó Juan David Echeverri,
subdirector de Relaciones con Entes Territoriales de EPM.
También se
presentó una controversia debido a la muerte de sabaletas, pero de inmediato
contratacó una funcionaria de oficina, ingeniera ambiental del Parque Arví, al
añadir que no tenía noticia de que allí existieran peces, y por supuesto, lo
justifica con sus manuales de ocasión, no con visitas al lugar.
Unos
cincuenta años atrás, según añade Fadduil Alzate experto en Patrimonio, RCN al
situar las antenas de trasmisión en mitad de los dos cuerpos de agua, y un
terraplén, ayudó a que la primera parte de la laguna se secara totalmente. Es
obvio que en el país de ese tiempo, nadie se ocuparía de una desecación de una
parte de una laguna algo remota y casi olvidada en los mapas y ya en la
mentalidad de los viajeros locales.
Hoy 18 de
octubre del 2015 hemos ido de visita al lugar, a la Laguna de Guarne, teníamos
muchas expectativas pero estas se fueron reduciendo al observar que la entidad
encargada del lugar como es la poderosa y aniquiladora, soberbia y
multimillonaria EPM haya permitido destruir los caminos indígenas, ya sea
tapándolos con arena, o dejando que las lajas de piedra se salgan de su lugar y
lo inaudito: que pavimenten parte de esos caminos.
Al llegar a
la laguna, junto a algunos estudiantes y su profesora del IE Jesús Rey,
quedamos absortos y tristes: la laguna se había secado. Los chicos, alegres y
bulliciosos, han corrido al centro de lo que fue laguna buscando una gota de
agua, pero qué va, no había ni una gota de agua. Solo el paisaje desolado en
esta tarde de domingo: la Laguna de Guarne, objetivo de nuestra visita ya no
existía.
Por
supuesto, no iré a preguntar por este desastre ecológico a EPM, encargada de
velar por este lugar, y por su irresponsabilidad. A lo mejor en estos meses se
encontrarán ideando cómo disponer las luces, cómo enroscar las bombillas, cómo
realizaran sus diseños impactantes, para que el príncipe y su corte piensen que
habitan en la estratósfera, y para que sigan creyendo que Medellín es la ciudad
luz, y así mismo oculten la letrina en que se convirtió el río Medellín desde
hace tantos años. Y de esa manera con tanta actividad en tantas esferas, la
poderosa compañía no le interese cuidar la ecología ni los terrenos a la cual
está obligada. A lo mejor se encuentra en las altas esferas de la globalización
invirtiendo en otros países, como lo hace, y por supuesto, continúa embobando a
los ingenuos medellinenses con el falso y fastuoso alumbrado público de
diciembre, como su regalo a la comunidad.
Como en los
anteriores episodios del año 1997 y el del 2009, las noticias de la desecación
de la Laguna de Guarne la harán los expertos de la gran empresa de servicios
públicos de Medellín con la misma improvisación y mentira a la comunidad: fue
el fenómeno del clima, o fue un proceso natural. Y, a lo mejor, lo explicarán
de una manera científica, y entre comillas, muy convincente, pura fachada. Lo
cierto es que la laguna se encuentra abandonada, así como lo el aviso oxidado
casi ilegible que nos recibe: “Bienvenido al Parque Ecológico Piedras Blancas.
Núcleo la laguna. Espacio vital para el disfrute de la comunidad.
Sí, mucho
disfrute en una zona donde el caminante debe estar alerta.
¿Cuántos
años hace que un funcionario de menor rango no va a la laguna, porque los otros
los mayores, de tacón alto, se encuentran en el resto de Latinoamérica buscando
inversiones y negocios para le poderosa empresa de Medellín? ¿Hay guardabosques
en la zona cercana de la laguna?
¿Y
Corantioquia? ¿Dónde está Corantioquia que otra vez se dejó coger in fraganti?
¿También dirá lo mismo?: ¿que fue un proceso de desecación natural, el fuerte
clima y no el descuido y desinterés de EMP? ¿Y qué dirá la Secretaría de Medio
Ambiente? ¡Qué justificaciones tendrá si es que las presenta?
EPM,
Corantioquia, la Secretaría del Medio Ambiente deben explicaciones a la comunidad
no ases oscuros bajo la manga como distracción.