VIOLENCIA Y CRUELDAD: LOS PASOS DE LA BARBARIE
Darío Ruiz Gómez
Miguel de Montaigne en su magna obra “Ensayos” hace una lacerante reflexión sobre lo que implica la violencia
contra los otros, lo que significa la
tortura en un tiempo donde grandes pensadores como él trataban de hacer más
humana la sociedad condenando estas prácticas. Desde entonces el pensamiento ha
buscado que se condene abiertamente la práctica de la violencia y sobre todo la
crueldad a través de la cual la razón, la piedad que nos hacen seres razonables
deben prevalecer sobre el fanatismo que nos enajena en la ferocidad de la bestia y nos
hace olvidar que somos hijos de Dios. Un intelectual o una intelectual dice uno
son seres dotados de cultura y por lo tanto de capacidad de discernir entre el
bien y el mal ¿Por qué entonces, en casos como el nazismo o el
comunismo, y, ahora mismo declinan
su responsabilidad frente a los desmanes de las nuevas formas de
crueldad para hacerse cómplices de matanzas, de indescriptibles torturas? Hans Magnus Enzerberguer quien acaba de morir –estuvo por cierto en
Medellin- fue uno de los grandes pensadores de nuestro tiempo y un analista certero de los fenómenos que
relacionan las nuevas formas de violencia con ciertas ideologías políticas:
“La cultura oficial –recordemos que el populismo es hoy nuestra cultura oficial- y los intelectuales
nos están preparando poco a poco para la
violencia” Es lo que llama entonces guerra nuclear como un soterrado proceso
hacia una definitiva barbarización de la
sociedad tal como lo seguimos viendo en Colombia mediante la
violencia de los “estallidos sociales”, la ceguera moral de las gentes
ilustradas, o la llamada “literatura realista” donde no hay ningún análisis
sobre los hechos y las víctimas ya que de antemano se ha determinado quiénes
son los buenos y quiénes son los malos. Martín
Sombra explícitamente ha sido capaz de desnudar
con la crudeza del verdugo lo que supuso
la crueldad extrema de los
Comandantes(as) de las FARC con el reclutamiento de niños sobre los
cuales desplegaron la obscena sevicia de su llamada praxis revolucionaria que
disfrazaba sus perversiones sexuales La
finalidad de la crueldad consiste en – caso de Putin- en tratar de despojar al
ser humano de su dignidad, de reducirlo
a un guiñapo. Los intelectuales
reclutados miraban hacia otra parte. Pero esta es la crueldad que Ratzinger, condena como la suma expresión de barbarie que no puede
aceptarse como acciones legítimas de “guerra” cuando constituyen una patológica demostración de la irracionalidad en que han caído estos grupos
al no encontrar la oportuna respuesta de una Justicia que los detenga para que la degradación de sus acciones sobre la
población sea castigada con la severidad
que se necesita precisamente para detener este espeluznante campo de batalla en que se ha convertido el
Cauca y están tratando de convertir de nuevo al país.
Diez comunidades indígenas fueron secuestradas
bajo el terror de un Paro Armado por el ELN y escuchamos el ofensivo lenguaje
de la hipocresía cuando el supuesto
Pastor de Almas declaró imperturbable que el levantamiento del Paro Armado por
parte de estos maestros de la crueldad que aún mantienen confinados en el Chocó
a cerca de cinco
mil indígenas “devolvía la confianza mutua entre las partes” ¿Quién le
otorgó facultades para perdonarles un crimen de Lesa Humanidad? ¿Cuántas
prórrogas se seguirán concediendo
después de cada nueva masacre de las
llamadas “Disidencias”? Hace un mes
estas llamadas “Disidencias” en el
Huila remató con tiros de gracia a ocho
muchachos policías indefensos con la
sevicia de unos forajidos. Llanto de
cocodrilos en los distintos medios de información. Silencio hasta la más
terrible emboscada donde diez niños soldados
afrodescendientes fueron ejecutados,
descuartizados por Marlon el Comandante guerrillero
a quien habíamos visto abrazarse,
hacerse arrumacos con ese equívoco personaje llamado Danilo Rueda para
anunciar que la Paz “había comenzado” ¿Puede anunciarse una conciliación
a partir del manipulado seudolenguaje de
la mentira, de considerar como “combatientes políticos” a quiénes son
realmente unos desalmados asaltantes de caminos al servicio de poderes incalculables para la imaginación humana? Oponerse a la crueldad es pues
oponerse a la desoladora violencia donde
los valores caen y la sociedad está siendo enajenada mediante el terror y el
mutismo de la Justicia. “Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros…”
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