domingo, 15 de octubre de 2023

LA NUEVA SOCIEDAD DE LA DESINFORMACIÓN / Darío Ruiz Gómez

 LA NUEVA SOCIEDAD DE LA DESINFORMACIÓN

Darío Ruiz Gómez

Hay  textos a los cuales he recurrido más de una vez a lo largo de más de treinta años de escribir esta columna periodística, “Contra los periodistas” la  acerba descripción de lo que significa la degradación del periodismo,  el engaño a toda una sociedad a la cual la falsa palabra arrastra al desastre tal como certeramente  lo analiza Karl  Krauss en un texto cuya actualidad es cada día mayor. Y el más vigente “La lengua del Tercer Reich” de Víctor Klemperer el agudo filólogo quien a través del seudo lenguaje de los medios de comunicación alemanes  va observando cómo se permea la conciencia ciudadana y  se va infiltrando el lenguaje totalitario que  inventa  enemigos, fabrica  opositores para condenarlos y para justificar  sus atropellos. Y el ya canónico texto de Michiko Kakutani, “La muerte de la verdad” un análisis exacto del dañino papel de muchos medios informativos  norteamericanos desinformando, polarizando a la ciudadanía y llevándola hacia el odio.

A las seis en punto de la mañana escucho la voz alterada  de Jorge Gómez, un buen periodista dando  la pésima  noticia de que el Ejército colombiano ha ofendido a una Comunidad campesina de Tierra Alta, Córdoba. Compruebo  de inmediato que a  su “indignación” se ha sumado el cacareo mediático  de siempre. Me imagino el triste  espectáculo de soldados  quemando  ranchos y degollando  campesinos, pero no, parece que todo se redujo a un altercado de un oficial acompañado de varios soldados  y  en traje de camuflaje para estas ocasiones –no pues un disfraz carnavalero-    tal como lo veré más tarde en un video filmado supuestamente por un campesino convertido en documentalista. Lo curioso es que la voz del oficial  ha sido borrada y solamente  escuchamos  a la madre  campesina  con su hijo en brazos responder no con la rabia de una madre ofendida  sino recordándole al oficial los Derechos Humanos tal como lo haría una ideologizada dirigente  “revolucionaria”. ¿Fue alterado el supuesto documento del video? Al helicóptero que prontamente trae a funcionarios de la Procuraduría y la Fiscalía  ¿Qué grupo le dispara impidiendo  que aterrice en el lugar de los hechos? ¿Por qué rápidamente aparece un documento de las Fuerzas Militares reconociendo que sí son militares los autores de los hechos y que han sido destituidos sin haberlos escuchado, sin haber verificado el lugar? La feroz Guardia Indígena de Iván Colmillo, rodeado de la “Comunidad” detuvo, amarró, desnudo, abofeteó y mato a un soldado cuando  ochenta soldados desarmados entraron en tierra de nadie en Arauca. Acudir a un término como “Cerco humanitario” es una demostración de totalitarismo linguistico. ¿Cuántos policías en Nariño, Cauca y recientemente en Campamento han sido secuestrados,  escupidos, masacrados  por comunidades campesinas  cocaleras  constreñidas por  actores del narcotráfico?  Estamos pues en medio de una sucia guerra de desinformación  y de narrativas donde las falsas noticias se montan con el fin de inventar un atentado y atribuirlo de inmediato a un dirigente cívico o a un alto  oficial de las Fuerzas Armadas tal como sucedió con la masacre de Mapiripán hasta que finalmente Martín Sombra  reveló que los verdaderos autores habían sido las FARC. Rápidamente nuestra “izquierda caviar” – colmada de irresponsabilidad ética- se ha lanzado a señalar  que esta inventada  masacre  del poblado de Tierra Alta no debe suponer  - Oh Gómez Méndez-  el “regreso a la violencia paramilitar de los  años 80” ¿No será esta pantomima  por el contrario un efecto de distracción ante la despiadada carnicería de Iván Mordisco y del ELN colocando bombas y destrozando cuerpos como el de la modesta maestra y  que han sido reducidas a mera noticia por esos mismos grupos mediáticos?   

 

 

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