VENEZUELA: SITUACIÓN
LÍMITE
Darío Ruiz Gómez
La visión
inmediatista de las cosas, de los hechos impide contemplar la complejidad de
una situación política dada, o de un shock de tipo político donde se ha llegado a un estado de
no retorno. El análisis de la situación política en Venezuela a partir
del previsto autogolpe de Maduro no ha contado con la visión crítica de lo que
este autogolpe significa como nueva reivindicación de autoritarismo y como el desvelamiento ante
los ojos del mundo de lo que se ha puesto en juego en una situación límite de
la cual no hay regreso. Más de 30.000 mercenarios rusos, cerca de ochenta mil
mercenarios cubanos y diez mil iraníes diseminaos estratégicamente a lo largo y
ancho del territorio venezolano. Infiltración secreta que viene actuando
descaradamente como un caballo de Troya
fortaleciendo junto con las
plataformas rusas de espionaje y
desinformación el alcance político del
totalitarismo de Putin como el de los Ayatolás iraníes y naturalmente China. Esto
quiere decir que bajo la órbita de este totalitarismo Venezuela está siendo
sometida desde hace décadas a ser una
punta de lanza de este fundamentalismo en el continente latinoamericano. La
lucha de Ucrania contra el despotismo de Putin es la lucha de las tradiciones
de la Cultura Occidental- ¿Habrá que volver a repetirlo?- contra la alianza de
estos gobiernos con el Estado Islámico en su terrorismo constante contra las
instituciones occidentales. ¿Dónde está ahora la Colombia de Petro una vez que
éste sacó nos de la Otan y la inscribió en la órbita de Rusia, Irán, China,
Cuba, Nicaragua, Venezuela bajo cuyas
políticas de agresión seguimos hoy después de renunciar, repito, a nuestra
tradición democrática? Cito de nuevo“Los griegos fundaron la
filosofía distinguiendo lo que estaba bien de lo era ancestral: Europa nació
con el logos, es decir, cuando la pregunta ¿Qué es…? ¿Qué es el valor? ¿Qué es
la piedad? ¿Qué es el bien? sustituyó la autoridad de la costumbre” Lo que se busca
entonces al rehuir las preguntas sobre el bien, la piedad, el valor es sustituirlas sin escrúpulo moral alguno por algo tan perversamente equívoco como lo “raizal”
para negar el papel de la justicia como razonamiento frente al
delito de matar, aceptando que el
terrorismo es un arma de la ira de sus nuevos dioses telúricos. El pajarito que
diariamente ve Maduro y que ven sus abyectos seguidores.
¿Nadie sabía entonces
de la crueldad de Maduro y de sus compinches, nadie en este proceso de brutal
regreso a la selva? Todo el mundo se quedó callado o se refirió a la necesidad
de tener la debida tolerancia considerándolo como un “diverso” político y aceptando implícitamente que se habían convertido en marionetas de la tortura que llevó a que ocho millones de
venezolanas tuvieran que huir de su patria. La complacencia ideológica se convirtió en complicidad con el crimen y condujo a que en Colombia
nadie haya visto, repito, a los millones de nuestros campesinos desplazados por los sicarios de las
nuevas organizaciones de guerrilleros- narcotráficantes. Los intelectuales, los
periodistas, los profesores de izquierda dominados por lo “ancestral”
renunciando al Logos, consideraron simplemente que estos millones de
desplazados era la “derecha que huía”. Zapatero el expresidente español y toda
la banda de facinerosos de “Podemos” siguen bailando de la dicha en este
aquelarre. Tres Estados fueron otorgados por Chávez-Maduro para su total dominio
al ELN y éste, recordemos, juró lealtad no a Colombia sino al Ejército
madurista. Fuera de estas raleas que a última hora gritan que Maduro es un
tirano y que la represión existe, lavándose las manos ¿Qué hicieron en el
pasado inmediato para contribuir a que este totalitarismo tuviera su fin? Decir
que Maduro intenta convertir a Venezuela en un Estado totalitario cuando lleva
décadas haciéndolo ¿no es una
manifestación de hipocresía?
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