miércoles, 8 de mayo de 2024

LA FUNCIÓN DE LA NECEDAD / Darío Ruiz Gómez

LA FUNCIÓN DE LA NECEDAD

Darío Ruiz Gómez

En el estrepitoso fracaso de la gira de Petro por la Costa Caribe, lo que quedó muy en claro fue la notoria  pobreza de su lenguaje, la ausencia de una retórica que le sirva de sustento a sus necedades ya que es necedad aquello que carece de fundamentación política tal como lo comprueban sus monótonas  repeticiones sobre un tema determinado ”el peligro de la derecha”, “la necesidad de castigar  a los ricos”,  el llamado a un pueblo que no existe y él va convirtiendo en una entelequia. Pero además y esto es lo grave sus asesores han olvidado que el líder popular a que aspiran dar realidad  carece  en el caso de Petro de lo fundamental, el  carisma. Recordemos al respecto que con la irrupción de la t.v. en lo referente a las campañas políticas  en plazas y parques todo se ha modificado radicalmente con la  ampliación que las distintas cámaras hacen del espacio público, con la incorporación de los rostros de las gentes y las posibilidades que el montaje puede lograr  borrar errores en la actuación  del orador.  El escenario o  la falsa  ágora  han  permitido incorporar la cobertura de un espacio dinámico que los drones han ampliado prácticamente ad infinitum en las posibilidades de escenificación  de una supuesta manifestación de masas aclamando a su líder.  Aquí la cámara lo muestra despojado del carisma  o sea de la solidaridad con aquellos a quienes se dirige, sus extravagantes sombreros que nada tienen que ver con los sombreros regionales. En los regímenes nazi, fascista, castrista, chavista, la propaganda del régimen  se basó en imágenes supuestamente icónicas impostadas en los escenarios públicos, en los distintos medios de comunicación. De la visión de esas masas manipuladas, vociferantes lo que sale al paso de Petro son recochas de desempleados, de campesinos que están ahí por el almuerzo.

Si entonces no existe el discurso, la escenografía, el histrionismo propios de los líderes populistas como Gaitán, fácilmente se cae en la charlatanería de hablar  con exceso, con indiscreción – como López Obrador, como Maduro-  y al carecer de contenidos específicos  se deriva hacia una locuacidad y una verbosidad que el oyente no alcanza como es lógico a comprender ya que no hay nada que comprender Si estoy en Tolú ¿cómo no hablar de la problemática del Golfo de Morrosquillo? Con el uso abusivo de la necedad lo que se logra es  crear desconfianza y no credibilidad, adulterando la afirmación de Wittgenstein de  que es necesario “limitarse a decir lo que solamente se puede decir” que es una  ética aceptación de los límites del lenguaje. La necedad de Gustavo Bolívar cuando afirma defendiendo a  Petro por la metida de  pata de condenar algo tan lícito como la respuesta cívica  que supone la ”Vaca” que “es más importante el agua que los túneles” O sea que hay que regresar a las marismas, al río desconociendo la ingeniería romana, árabe, la gran ingeniería moderna en la construcción de acueductos, de canales o la necesidad  histórica de la carretera para salvar distancias y permitir la inter-relación social entre las diferentes comunidades y las diferentes economías. ¿Cómo entonces afirmar los distintos territorios, lograr el equilibrio entre naturaleza y civilización? Una persona estúpida es el tipo de persona más peligroso que hay” nos recuerda Carlo María Cipolla el gran economista en su célebre análisis de lo que significa la estupidez, no olvidando que no podemos prever el número de estúpidos que está en circulación.


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