LA GRANDEZA DE RATZINGER
Darío Ruiz Gómez
“Los católicos cuando
entramos a la iglesia nos quitamos el sombrero no la cabeza”, aclaraba con
infinita ironía Chesterton. Porque si a Chesterton le tocó enfrentar la superficialidad de las llamadas élites intelectuales cuyo”
toque de distinción” parte de la inocua aseveración de que “Dios no existe” y
por lo tanto que quienes creen en Dios y en la Virgen María y en Jesús son unos
ignorantes , ahora nos enfrentamos a quienes aún fungen como materialistas históricos o esnobistas de pipiripape y quienes de antemano “ya han resuelto”
las grandes preguntas sobre la condición
humana, punto de partida, como sabemos, de la filosofía. Ni siquiera el
fracaso del comunismo los llevó a enfrentar estas preguntas. Pero como lo dice
el Diccionario Google: Hacer preguntar es una forma de prevenir nuestra pereza mental
y de sacarnos de la comodidad del conformismo. Mi alborozo cuando Ratzinger fue
elegido como El Papa Benedito XVI fue enorme ya que conocía su figura de alto intelectual, discursos,
declaraciones, aquella famosa conversación con el filósofo Habermas donde era
claro que su tarea como pensador
consistía en responder a las
grandes falsedades culturales, ideológicas contemporáneas que la
misma Iglesia estaba eludiendo
veladamente ya que la lucha de la
Iglesia lo era también contra la lacra de los populismos, la
esclavización de la pornografía, los grandes vacíos existenciales dejados por un nihilismo que renace como desesperanza absoluta ante las cuales Ratzinger es enfático:”Pero
de la oscuridad y del barro se emerge
con la fe, que ayuda a encontrar la brújula entre las tinieblas, la mano de
Dios para redescubrir el amor y la verdad”
la contemplación del sufrimiento de millones de desplazados olvidados por la Justicia desde un Estado de Excepción donde pueden ser
matados sin que nadie acuda en su ayuda tal como lo explica Agamben y tal como
lo vemos en Colombia donde el Cese al Fuego supondrá la silenciosa eliminación de miles de inocentes
a nombre de “una Paz Total” totalitaria que niega la presencia del olvidado,
del agredido a nombre de una nueva delincuencia que lo ha despojado de su hogar natal.
Ante la Encíclica “Cáritas in veritate” Ángel
Barahona, recuerda que frente a la ONU “
la Iglesia no puede ser marginada en la lucha
por la justicia, pero no puede quedarse sólo en los márgenes que le
marca la acción política. Su tarea es el servicio del amor ágape que implica
también la búsqueda de la verdad” ágape es el amor hacia los otros sin esperar
nada, incondicional, lo contrario a nuestro egoísmo. Y la verdad es el proceso de re-conocimiento de quienes cometieron una grave falta contra la vida con el rompimiento violento de lo que se consideró un
pacto escrito ante la Ley, en fin, el reconocimiento con nombre y apellido de
los asesinos para someterlos al debido castigo. Frente a la
demagogia peronista de Bergoglio, Ratzinger es el pensador que recogiendo la
singular herencia del pensamiento católico sale a enfrentar la complejidad de la vida
contemporánea al responder con lucida racionalidad al daño de la pederastia, a la impenetrable burocracia vaticana y al sufrimiento de los inocentes y sobre todo a un mal terrible, la relativización de la
moral mediante la cual termina por
justificarse al dictador y ha dejat a
las víctimas en el olvido, casos del Foro de Sao Paulo o Puebla. La Razón demuestra
Ratzinger nos da a conocer a Dios que nos concede derechos y deberes y la fe que
nos concede confianza y lealtad hacia el prójimo, el reconocimiento de que
somos trascendentes. Al Pastor que olvida este deber de piedad hacia el
perseguido y se coloca como colaborador del verdugo, le ha faltado al amor ágape hacia quien quienes debió acompañar en medio
de la oscuridad y el barro. P.D. La nueva farsa de nuestra Iglesia de Sao Paulo
apoyando al ELN, Monseñor Henao, Monseñor Darío Fernández y demás conmilitones
es otra ofensa al dolor de los inocentes perseguidos y masacrados.
1 comentario:
Un colaborador del nazismo y encubridor de violadores de niños no puede ser considerado una eminencia. Más bien debe pasar a la historia como un criminal impune hablador de mierda bajo una sotana.
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