EL REGRESO DE VIOLETA LA TERRORISTA
Darío Ruiz Gómez
Creo que seguimos sin darnos
cuenta de la importancia decisiva que para que cualquier proyecto de Paz por parte
de Rodolfo Hernández debe tener de salida la condena del terrorismo del ELN ya
que éste se ha convertido, ante la incapacidad de nuestra justicia para enfrentarlo,
en un cáncer que seguirá destruyendo vertiginosamente nuestra identidad de país
civilizado, sobre todo por su gran poder económico. Ya el ELN es en Venezuela un
Estado dentro del Estado madurista y por lo tanto eludir la responsabilidad de
condenarlo seguirá siendo una demostración de debilidad por parte de la clase
política y de la justicia colombiana. El ELN está asesinando cada semana dos o
tres de nuestros soldados o policías, tiene retenidas bajo violencia extrema a
varias comunidades indígenas en el Chocó, el silencio sobre sus iniquidades en
el Cauca y Arauca es un triunfo de su poder mediático. La Comunidad Europea continúa
enfrentando este flagelo para salvaguardar la vida ciudadana ante los ataques
del terrorismo internacional en su propósito de imponer sus leyes despiadadas.
Violeta Arango Ramírez, alias “Violeta” fue detenida a raíz del atentado contra
el centro Andino en Bogotá donde una bomba estalló en un baño y mató a tres
mujeres entre ellas una joven francesa sobre la cual de inmediato se lanzaron
infames sospechas para distraer la atención de la Fiscalía y de la ciudadanía.
Se detuvo a nueve sospechosos quienes finalmente fueron dejados en libertad. Violeta
Arango Ramírez fue detenida bajo firmes cargos de haber participado en el acto
terrorista, se le sindicaron cinco cargos más. ¿Por qué entonces no la condenó
la Fiscalía?
Aquí debemos recordar que
para esta fecha las FARC estaban a punto de culminar la “entrega de armas” – lo
cual, lo sabemos hoy, ha sido otra de sus farsas- El ELN había colocado semanas
antes en el Centro de Bogotá una bomba de gran poder que mató a un ciudadano y
dejó numerosos heridos. Sin embargo, un Comando del ELN a raíz del atentado y
la muerte de las tres ciudadanas publicó un Comunicado donde cínicamente “repudiaba
el atentado, se solidarizaba con las víctimas”. Este atentado fue
posteriormente olvidado por la Fiscalía y por las directivas del Centro Andino
quiénes permanecieron sordos a los justos reclamos de las víctimas a pesar de que
tal como lo detallaron las cámaras de vigilancia minuciosamente quedó
registrada(o) cada uno de los responsables. El atentado fue el 7 de junio del 2017. En acción del Ejército
en el Departamento de Bolívar fue detenida Violeta Arango Ramírez junto con una
compañera muy majas en su estilo de guerrilla “posmoderna” y el montaje de falsedades
y manipulaciones que entonces fueron puestas en circulación por algunos
dirigentes del hoy llamado Pacto Histórico para demostrar “la inocencia de Violeta”,
el “terrorismo de Estado” contra tan inocente criatura, se han venido abajo.
Los crímenes del ELN son y han sido de verdaderos enfermos mentales y
verdaderos enfermos mentales son sus fanáticos seguidores en Colombia. A
Argelino Durán Quintero exministro lo secuestraron en 1991 en su casa en Bucaramanga,
el anciano resistió largas marchas, declinó comer hasta caer muerto. Por
instrucciones de un “médico” que aún vive le sacaron el hígado, los intestinos
y rellenaron de hojas su estómago antes de enterrarlo. Este indignante
asesinato cayó en el olvido naturalmente durante la justicia santista. Hoy vuelve a mí ese luminoso ejemplo cuando
veo la procacidad con que “El Pacto histórico” se mofa de Rodolfo Hernández
quien llora al recordar a su hija asesinada por el ELN sin que fueran
entregadas las señales del sitio donde supuestamente la enterraron. Rodolfo
Hernández fue secuestrado por las FARC y ¿ahora debe callar esa infamia para
“no perturbar el proceso de paz” y no quitarle el sueño a “Los Comunes”? Libertades
y no extorsiones. En este caso el país que calla es el país que otorga.
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