jueves, 21 de noviembre de 2019

Paty David / Poemas Paranormales


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Paty David / Poemas Paranormales

Víctor Bustamante

El primer libro siempre define caminos, rumbos, pautas de quien escribe. Es su carta de presentación donde ha quedado impresa una manera de definir, de poetizar, así como los temas preferidos que lo asaetean. Es decir, el primer libro es su huella dactilar. En este libro, quien escribe, se define en su estatura, en su presencia y es un anticipo a los caminos que vendrán con sus textos tallados y sus fisuras, con su asombro y con su desazón. De ahí surge la poesía. Hay algo que siempre me ha llamado la atención de Paty; es nada menos que su escritura apasionada, que obedece solo a ella misma, lo que permite que su poesía sea como ella en sí sin ningún artificio sino con su pulso que es lo indispensable para trasegar su textos como un camino por los calles siempre llenas de extravío  y de poesía. A veces, en sus poemas le apasiona lo que escribe, otras veces duda, pero ella se mantiene firme en esa convicción que es ser poeta en cada instante que destila de sí, que es ese río que fluye por su vida. De ahí que sus poemas posean esa huella tan personal que nos habla y está presente, como si la escritura remediaría su ausencia; es decir la lejanía pero que la cercanía con sus palabras la hacen presente.

Este primer libro tiene un título paradójico Poemas Paranormales, (La Bisagra, 2016), donde la acepción que le vemos podría ser cercana a fenómenos paranormales o si separamos las palabras podría ser poemas para personas normales. De todas maneras en esta ambigüedad dada por este juego de palabras, entramos en el universo poético de Paty que sí es muy concreto. Hay un `poema, el primero de este libro, “Amigos lectores” donde hace una reconvención a sus lectores al decirles que los poemas hablan de ustedes y no de cómo hacer el bien universal, lo cual nos da la medida de su escritura, es decir, como la poeta estará alerta a través de su escritura, en un momento donde ese tipo de libros poblaron hasta la saciedad una nueva moral de tintes pseudo religiosos donde se confundió la palabra poética nada menos que con los arpegios religiosos de ciertos escritores que en lugar de ahondar en su mundo personal decidieron adquirir la falsa sapiencia de dar consejos a través de sus textos para permanecer bien atentos y sin preguntas. Pero también en este poema hay dos palabras que marcarán la poética de Paty, lujuria y soledad, sobre ellas. Es decir o la una o la otra parece descinros Paty de ahí no puedes salir.

Hay varios temas que Paty explaya en sus textos, uno de ellos, la noche. Ella regresa a ese instante en que muchas de sus contemporáneas ignoran. Para Paty la noche es aceleración del pulso, huida del embotellamiento personal, para ella la noche es otro significado de la ciudad misma, así como un encuentro y regocijo consigo misma y sus demonios, además de sus extravíos pero también con la lujuria y el vino. Ya que en la noche se permite no solo el habla fluida, sino el vino que puebla muchos de sus poemas, así como las furias y sus desvelos que ella describe y vive. Ya que hay algo muy peculiar en su escritura, ella nos cuenta su oficiosa manera de ser una poeta al separar ciertos momentos a los cuales les gusta mostrar, sacarlos a la superficie para alejarnos de la ensoñación y probar el pulso al tiempo que discurre con sus diversos eventos. De ahí que Paty no idealiza sino que vive, no se queja sino que asalta la realidad, no allana su condición de mujer sino que percibe que el mundo que ella vive y fluye en sus textos, es aquel que ella merece vivir. De ahí que tenga sensibilidad para escuchar los ruidos y las músicas de la noche, así como el reparar una mañana y la lluvia en la montaña, así como impregnarse de calle cuando sabemos que atisba a alguien a lo mejor un don juan extraviado en su espejo, efebo desconocido, que pasa y ella describe su certeza, como lo dice en algunos de su poemas, o también luego de una noche de vino, describir su estado, una resaca a la cual le reclama su desfallecimiento.

Pero así Paty posea sus temas preferidos, su peculiar manera de escribir que es muy suya, siempre aparece en algunos poemas algo así como una necesidad de desconfiar de sus propias palabras, de sus propias inspiraciones, como si al escribir con tanta pasión algo la perturbara y de esa manera se mantiene alerta ante su oficio de la escritura. Ya en “Fauno” se refiere a la figura mítica de su concepción del poeta y decide atildar su dimensión pero luego le da su bofetada, bien merecida por cierto: “Poeta. / No espero nada solido de ti./ No quiero vestir tus fantasmas. / .   Luego, en otro poema, “Hallazgo” lo vuelve a encontrar en sus vacíos y en sus libros, pero así lo invite a estar con ella misma, decide no perderse con él. Ese escepticismo lo expresa como uno de sus poemas más personales “Modestia” donde ella se define en toda su frialdad, donde desata su autocritica, donde dice avergonzarse de sus poemas. Esta reflexión sobre el devenir arisco del artista prosigue en “A un artista”, aquí lo elogia porque crea destellos de vida pero también de muerte. Eso sí ella decide asumirse casi su compromiso de acompañarlo en su quimera y le susurra que quiere hacer el amor bajo el naufragio, para rematar y decirle que ya no queda nada en este mundo. En estos poemas hay una reflexión sobre el ser artistas pero también esa misma desconfianza ante un momento en que la codicia de poeta se ha perdido.  

Cierto, cada uno de los poemas de Paty David se constituyen en un deslumbramiento, en algo que la ha puesto a pensar y de ahí que una de esas experiencias sea necesario que las escriba, y que en algunas ocasiones regrese a ellas para continuar ese diálogo personal, y, es en esa particular manera de escribirlas y de decirlas con ese tinte, a veces, de cierta desconfianza, de ciertas dudas, lo que le da ese tono para saber qué es lo presente en sus poemas.

En estos días he estado leyendo a Paty David y me ha sorprendido su frescura. Las palabras que imprime en sus poemas, la definen y expresan su ser  de una manera tranquila en todas sus facetas: desde la soledad, el amor por el vino, las ensoñaciones, lo amoroso, así como sus deseos de escribir. Leerla es saber qué destila a cada momento. Así ella haya escrito: “Me odio por no ser poeta”, y se reafirme en insistir, “dentro de mí habitan un ángel y un demonio. Así Paty David,   y desbordante de poesía, nos done la medida de algo que la hace tan valiosa, su actitud y su escritura, tan personal.
                                                                         



                                                                     
                                                                       










2 comentarios:

Anónimo dijo...

HOLA Bustamante, de amante de los diamantes que fueron antes Diamantes de amantes de una mujer(palimpsesto y parodia). Para recrear emociones compartidas y partidas y reencuentros luego de las distancias y idos días.

Me encantó tu regodeo con los poemas de la Paty, a quien no conozco y me gustaría conocer su trabajo. Puesto todo esto en líneas hiciste que me gusten sus poema y quisiera leerla.

Anónimo dijo...

Querido Bustamante, como siempre, estilada entrevista e inquietante personaje. Paty, que ese día comió mucho limón, es un encanto.