jueves, 18 de abril de 2019

INDÍGENAS E INDIGENISTAS / Darío RUIZ GÓMEZ



INDÍGENAS E INDIGENISTAS
Darío RUIZ  GÓMEZ


En su comunicado  la CRIC  amenaza  al Gobierno , recordando  que si ahora “a puesto a temblar al país”,  no vacilará en volver en  hacerlo de nuevo cuando  lo consideren  necesario mediante las mismas vías de hecho o sea  recurriendo al terrorismo. La historia de la CRIC responde   en principio a reivindicaciones que esencialmente  son aquellas que  las minorías indígenas oprimidas reclamaron, recordemos a Quintin Lame, pero  al cual el CRIC actual  permeado ideológicamente por las doctrinas revolucionarias  de los movimientos guerrilleros, incorpora formas de lucha propias del leninismo fariano. Y un lenguaje que, como lo comprobamos en la fraseología  de sus dirigentes, de sus comunicados,  cae inevitablemente en los mismos tópicos pequeño burgueses   de  las minorías que hoy en la ciudades  insisten en imponer un modelo  supuestamente socialista,  completamente desfasado ante las nuevas realidades sociales, ante el hecho de que algunas  minorías étnicas tal como la afrosdescendientes,  ya se incorporó plenamente al  reto  de crear una nueva sociedad plural, mientras bajo inconfesados intereses, estos líderes  tratan de congelar el proceso histórico de sus  comunidades hacia su redención,  aislándolas  bajo  falaces  conceptos  sobre  una “autonomías  territorial” que, curiosamente,  les permite recibir cuantiosas ayudas del gobierno pero no rendir cuentas por el destino de estas ayudas. El reconocimiento de la ciudadanía, como lo recuerda Rousseau, nos convierte   en ciudadanos integrados con los mismos derechos y deberes que los demás, precisamente para eliminar la tendencia al paternalismo, que es, otra disimulada manera de seguir considerando al otro como un ser inferior. Y este es el error del CRIC al usurpar la vocería de diversas  comunidades  indígenas  que  cuentan con sus  propias  teogonías, con  formas de vida diferentes que exigen un respeto a sus propias  vías reivindicatorias  que  el terrorismo viola de la manera despiadada. Si la Iglesia Católica comprendió los errores que conllevaba la llamada “catequización de infieles” a cuyo nombre se justificaron tantas tropelías ¿Por  qué los adoctrinadores blancos de la guerrilla no tuvieron respeto alguno para estas culturas  y disfrazados de redentores  al imponer  a estas comunidades el uso de la llamada violencia  revolucionaria, les  negaron  su espiritualidad? ¿No los están degradando al convertirlos en narcotraficantes imponiéndoles formas de violencia inaudita y enfrentándolos – como sucedió con los Awá-  ofendiendo así las voces de sus antepasados?  ¿Hubiera permitido Quintín Lame que los sagrados recintos del Cauca se convirtieran en el territorio de la coca? La aculturización de una comunidad ; y este es el problema que todas las comunidades indígenas de Latinoamérica siguen afrontando,   conduce  inevitablemente a la destrucción de sus valores de referencia, a que el indígena se preste a convertirse en una caricatura de su raza, en objeto de los antropólogos, a que se le niegue el derecho a confrontar sus conocimientos ancestrales con la tecnología agrícola, por ejemplo, con la ciencia,   y  a ser condenado eternamente  a quedarse  en  las artesanías, en la pobreza, utilizados  como comparsas y no como protagonistas. Incentivar el odio étnico es una actitud repulsiva. Pero hay algo más importante y es el hecho de que el CRIC no es el único portavoz de todas las comunidades tal como lo ponen de presente dirigentes indígenas que los han denunciado por  su totalitarismo, por su corrupción. Desconocer esas otras vocerías ha sido parte del plan de la llamada oposición para desestabilizar el gobierno de Duque. P.D. ¿Dónde está el informe sobre sus inmensos territorios, sobre sus planes educativos, sobre el rescate de sus lenguas, sobre la salud?

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