LA VERDAD Y LA HISTORIA
Darío Ruiz Gómez
Debe acudir a la JEP, dice
el padre de Roux, aludiendo a un personaje, para que sepamos la verdad
histórica. Ya que lo que al parecer busca la Comisión de la Verdad no es la verdad
humana sino “la verdad histórica” Y es
en este punto donde el padre de Roux se mete en un lío de conceptos muy
profundos y que hasta lo que yo sé no ha
sabido aclarar hasta ahora ningún historiador colombiano pues la inmensa
mayoría de estos(as) siguen considerando que solamente es histórico aquello que ya pasó el filtro de los años,
demostrando su condena o su absolución. Es la tonta frase de Fidel Castro al
confiar en que “la Historia me absolverá” ante la enumeración de sus crímenes,
la destrucción de la esperanza de los pobres y los oprimidos. Para Castro como
para el leninismo la verdadera Historia debería estar comenzando una vez fueran
“destruidas la sociedad y la Historia burguesa”. Pero eso no fue así y el
estropicio que los barbudos hicieron fue
terrible y hoy Castro es simplemente un criminal más de la Historia. ¿A
nombre de qué las FARC y el ELN salieron a matar gente invocando para ello la
construcción de una “nueva Historia” luego de redimir las masas oprimidas? ¿Cuáles son sus historiadores encargados de
escribirla? En sus extensos territorios sólo imperó el abuso, el narcotráfico,
la destrucción ambiental y no la redención social ni el reconocimiento de las
culturas indígenas o afrodescendientes. El
concepto de la Historia de San Agustín es a partir de la presencia del
cristianismo y antes que él Heródoto en Grecia escribió su Historia pero es
Hegel quien va a definir -a partir del desastre
que suponen las guerras napoleónicas y sus veinte millones de muertos- la
Historia Moderna como “el reino de la
infelicidad”. ¿Sabían acaso por qué luchaban los miles y miles de campesinos
que fueron reclutados a la fuerza durante nuestras bárbaras guerras
civiles? Iremos descubriendo los desplazamientos de poblaciones
enteras, de fusilamientos para “mantener la moral revolucionaria” y otras
bajezas que, paradójicamente, son verdades históricas incontrovertibles. Para
el leninismo la Historia es el conflicto de la lucha de clases, un tópico mandado a recoger pues el neoliberalismo ha destruido los conceptos de trabajo y de
trabajador. Hablo pues de diferentes conceptos sobre la Historia: de la que se atiene a la verdad dogmática del leninismo para el cual no hay individuos sino
hechos y de la historia con minúsculas que escriben
quienes inciden en la heroica resistencia de las gentes anónimas
frente a una violencia abstracta. Yo me la juego por la verdad de esa
madre que descubre que su hija fue fusilada por Karina, y no por
las “verdades materialistas” detrás de las cuales se han amparado los victimarios, recordando además que la
utilización de la mentira, continúa siendo parte fundamental de las estrategias leninistas en los períodos
de paz.
Lo que estoy haciendo son cuestionamientos fundamentados desde disciplinas que han hecho de la pregunta, la pedagogía s para acercarse sin
manipulación alguna a una
verdad que estará siempre de parte de las víctimas de la Historia y no de parte de quienes, pretendiendo mediante el terror “cambiar” la Historia, han terminado por convertirse en cómplices de lo peor. “La
Historia, ha dicho Ortega y Gasset, no prevé el futuro, sino que tiene que
aprender a evitar lo que no hay que hacer “
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