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6 Festival Alternativo de Poesía / Pais Burlesque/
(Comfenalco 3)
País burlesque o
el blues de las utopías destrozadas
Víctor Bustamante
En el 6 Festival Alternativo
de Poesía, ocurrió una sorpresa, la presentación de País Burlesque. Digo sorpresa
porque en la radio y en tele, ante un público impúdico anestesiado por el continuo
ir y venir de los mismos grupos musicales con sus cancioncitas frambuesas que
nunca dicen nada sino el eterno dilema del amor como enganche para el consumo,
vana distracción, casi han olvidado que la música también puede explorar otros ámbitos.
En este caso, en País Burlesque, asistimos a la exposición de un grupo que no
se detiene en la distracción sino en el cuestionamiento, en la crítica tan necesaria
en el país donde todo en apariencia va bien, ese país anestesiado por los
medios masivos que solo llegan hasta cierto punto y ahí se quedan estáticos porque
la mayoría de ellos mismo coayudan a mantener el statu quo de ese cinismo que
da la quietud, y la aparente felicidad del llamado pueblo colombiano.
Ese cinismo
implacable y lleno del morbo de las encuestas, ya que cuando lo dice una
empresa del cepillo extrajera conmueve a la estolidez de los medios y de las instituciones
nacionales, que se sienten aún más felices por esta designación, cuando ellos
saben que en el fondo es la mentira más inaudita que pueden confirmar y difundir.
Por esa razón en una canción, “El país más feliz del mundo”, País Burlesque,
desmiente ese estado de felicidad declarado por algunos medios y por quienes aún
piensan que la palabra felicidad oculta la ignominia de lo que se vive
realmente: corrupción, mal servicio médico, indigencia. Hay otra canción, “Vivo”,
donde el coro en realidad es un lamento duro y dulce, dice, “habitante de un país
despedazado, de fantasmas milenarios, de encuentros aplazados. Tanta sumisión
acumulada, tanta rabia contenida, tantas vidas destrozadas. Vivo porque estás ahí
en esta cárcel con nombre de país”, pura poesía de la desesperanza, pura poesía
de las utopías derrotadas, encuentro con el origen plausible de saber que hay músicos
que dicen, que perseveran, que sueñan otro estado de cosas.
La materia del
ensueño narcotizado donde vivimos, desde cierto tipo de música, País Burlesque,
las ha destrozado, ya que abre otros ámbitos que se habían cerrado, pero que reaparece
con ellos, y así la música pierde ese efecto colateral de acompañarnos con un susurro
bello que nos lleva al infierno de la y tranquilidad y del conformismo. “País burlesque
canto que reclama humanidad, país burlesque donde te masacran sin piedad, sueño
que no puedo terminar”.
“Entre la alegría
y la nostalgia estarás carnaval, carnaval. En el equipaje de recuerdos estarás carnaval,
carnaval”. Es la despedida pero en realidad ahí es que se abren muchas
preguntas. La primera por qué razón no conocía este grupo, por qué razón Medellín
nos entrega sus sorpresas, esos ases de la baraja ocultos ya que un grupo de
estos quilates, de esa valía, nos asombra con su música, con sus letras
urticantes, con esa presencia que tanto necesita la cultura del dejar pasar, ya que la oxigena.
Cuando el grupo ha
salido a escena, con sus plumajes en la cabelleras de sus cantantes, con su vestidos
rojos y negros de un can can, con sus manos y sus guantes, con sus rostros
coquetamente pintados, y ante los sombreros de copa y la elegancia de los chalecos
de sus músicos, pensamos que vamos a asistir a ver y a escuchar a otro grupo más,
pero cuando comienza la función y la palabra carnaval se apersona del evento y se
atesora en nosotros, y a medida que se suceden las canciones nos sentimos
tocados, y cuando digo tocados no es por presumir, o un falso cumplido, es que hemos
sido sorprendidos en nuestra convicción con esas canciones tan llenas de poesía,
de tanta dulzura, pero a la misma vez que reclaman y más me sorprende, cuando se
termina la función, sus canciones, y queremos que el show continúe porque no es
cualquier show sino ese carnaval que trasplantado aquí entre estas montañas, aquí
entre estas calles, aquí en nuestras entrañas, ya que así sabemos que País
Burlqesque se ha quedado en nosotros, como una huella, como un acto creativo
tan fuerte, tan perdurable como la poesía misma, como el hallazgo de un tesoro valioso
que las entrañas de la ciudad, que Medellín guardaba, y la ola de esta noche de
julio lo devuelve con todo el júbilo posible
como si ellos, despiadados y bellos dulces y duros, nos restituyeran lo que debe
ser el oficio del artista, saber en qué país habitan.
Para Ovidio Rúa, a
sus integrantes, a sus músicos, Adriana Patricia Cartagena Zapata, Carolina
Andrea Martínez Echavarría, Libia Marcela Jiménez Pulgarín, Daniela Martínez
Velásquez, Carolina Suárez González, Liliana Jaramillo Tilano, María Camila Rúa
Henao, Blanca Nelly Rincón Álvarez, Juan Felipe Posada Cardona, Juan David
Muñoz Álvarez, Julián Díaz Soto, Esteban Garcés Gómez, Anderson Stiven Lozada
Quintero, Juan Esteban Rúa Jaramillo, María Análida Soto de Díaz, José William
Díaz Largo, solo nos resta darles ese
abrazo y esa gratitud por su talento.
“Me rescata del abismo
tu sonrisa”, ¿qué más queremos de esta bella y trágica canción de amor y desesperanza?
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