domingo, 3 de noviembre de 2013

10. “Antioquia acrisolada, amalgama de razas” ORLANDO RAMÍREZ-CASAS




10. “Antioquia acrisolada, amalgama de razas

ORLANDO RAMÍREZ-CASAS

 

PÁNEL 6 (DIÁLOGO DE SABERES 1)

Hola, jóvenes:


1.
El Dr. Jesús Alberto Echeverri Sánchez es coordinador nacional del Grupo de Historia de las Prácticas Pedagógicas, y abordó el tema “Antioquia, continuidades y discontinuidades del Ideal de lo Práctico”. El Ideal de lo Práctico es una política que privilegia el pragmatismo sobre el idealismo, la realidad sobre la utopía. Dice el Dr. Echeverri que “La educación se constituyó en la dimensión pedagógica del proyecto político y ético cultural de los intelectuales que llevaron a cabo el proceso de emancipación y construcción de la instrucción pública en la región antioqueña al final de la Colonia”. Eran conscientes estos antepasados de que la educación era base fundamental para el desarrollo, aunque las cosas para “la construcción de la instrucción pública y de una cultura propia y distinta” no fueron fáciles porque “esta empresa pedagógica con sus difíciles comienzos estuvo imbricada y confundida con… las acciones y propósitos que animaron en principio la lucha por la independencia”. Cita el expositor a la historiadora María Teresa Uribe de Hincapié que afirmó que “La Universidad de Antioquia es el punto de encuentro de las vertientes políticas. En ella se libraron luchas en torno a la formación del ser humano, los fines de la educación y la construcción de un Estado nacional. Estas luchas influyeron la conformación de las escuelas de primeras letras, la educación secundaria, y la formación de maestros”. Dice el Dr. Echeverri que “los intelectuales nutrieron con su pensamiento y acción dicha fundación e hicieron parte de un conjunto de pensadores activos que vieron en la instrucción pública el camino indicado para la construcción de Nación”. Cita a la historiadora Uribe en que la universidad “tuvo expresión en las luchas que libraron por la independencia y en el tipo de propuesta que presentaron para garantizar la supervivencia de la nueva sociedad. En ella encontramos, por ejemplo, la distribución de tierras entre los pobladores sin recursos, no sólo de aquellas públicas o realengas, sino también las otorgadas en forma de concesión pero que no habían sido explotadas por sus dueños, con la finalidad de asentar la población nómada en un determinado territorio”. Dice el Dr. Echeverri que “el grupo de intelectuales que la autora denomina orgánicos incrusta la pedagogía en tensiones regionales que opusieron a los partidarios de la reconquista española contra los partidarios de la emancipación. A nivel nacional chocaron con la intelectualidad bogotana, que manifestó una evidente hostilidad ante la fundación del Colegio Universidad, clara evidencia de la tensión entre el centro capitalino y la periferia provincial”. En la Provincia de Antioquia, según Olga Lucía Zuluaga, “se le dio durante la gobernación de Juan de Dios Aranzazu a la educación una orientación decididamente pragmática, que hacía énfasis en las funciones ocupacionales y técnicas, en oposición a las especulativas que en ciertos momentos le imprimió el gobierno nacional” cuando, dice Echeverri, “el plan de estudios de Francisco de Paula Santander, su obra máxima, fracasó porque no fue capaz de modelar la tensión entre el centro y la periferia debido al exceso de centralismo que tomó cuerpo en la afirmación de que dicho plan tenía una cobertura nacional por el solo hecho de que fue puesto en práctica en Santa Fe de Bogotá. Esta anomalía nos permite afirmar que al exceso de centralismo se sumó un desborde de formalismo”. En contraposición el plan de Aranzazu “hacía énfasis en las funciones ocupacionales y técnicas”. El Dr. Mariano Ospina Rodríguez deseaba dar una orientación pragmática al colegio, y en desarrollo de ese ideal la Cámara Provincial ordenó en 1882 crear las cátedras de química y mineralogía, que servirían para impulsar las actividades mineras en la región. En el gobierno de Ospina Rodríguez se expidió el decreto del 2 de mayo de 1843 sobre organización y arreglo de las escuelas, y según su plan “la enseñanza en las escuelas normales de institutores debía ser más extensa que en las escuelas primarias y estar orientada a aplicaciones prácticas, incluyendo junto a las disciplinas tradicionales la aritmética comercial, la teneduría de libros, la geometría y el diseño con aplicación a la agrimensura, entre otras”. Según Zuluaga, citado por el expositor, Ospina fundó un colegio privado en Fredonia “con la intención de experimentar sus propias ideas sobre educación práctica y dijo que se proponía que los alumnos de ese colegio así habían de saber resolver un problema de matemáticas, de física, o de economía política, como capar un toro o hacer una talanquera”. Estas orientaciones de Ospina se atrincheraron en cuatro instituciones: la Universidad de Antioquia, la Escuela Normal, la Escuela Nacional de Artes y Oficios, y la Escuela de Minas. El Dr. Mariano Ospina Rodríguez tenía tan claros esos conceptos que en carta dirigida a sus hijos Tulio y Pedro Nel Ospina Vásquez, que se encontraban estudiando en la Universidad de California, daba instrucciones para que (cita a Emilio Quevedo) “no se metan con lo más alambicado de la mecánica analítica o de las matemáticas trascendentales, y conságrense de preferencia a lo aplicable en la práctica procurando adquirir los conocimientos de lo que se llaman ingenieros mecánicos… Hay ciencias muy atractivas, pero poco provechosas, como son la botánica, la zoología, la astronomía, que deben dejarse a los ricos. En el mismo caso se hallan la literatura, la religión, y la moral. Cuanta les quepa en el alma y en el cuerpo, ocúpense de la ciencia aplicable y aplicada… bastante de idiomas vivos, algo de ciencia puramente especulativa, literatura, e idiomas muertos; y nada de novelas y versos… Se debe estudiar todo lo que se pueda, especialmente las ciencias aplicables a nuestras, observar mucho y tomar apuntamientos de todo, porque sólo así se conserva el recuerdo exacto y aprovechable”. Según su pensamiento, en Antioquia se requerían “maestros prácticos, más pedagogos que eruditos, para la formación de niños moral e intelectualmente socializados pero fundamentalmente interesados por el trabajo, con menos teoría y más acción”.

Dice el expositor que “La directriz de Mariano Ospina Rodríguez, para la formación de los dirigentes de la sociedad se basaba en la magra experiencia que el santanderismo, gobierno de doctores, había dejado en el país, la cual queda retratada en la afirmación de José Eusebio Caro de que la grande obra de anarquizar la Nueva Granada ya estaba consumada por parte del gobierno centralista”. Consecuente con el planteamiento de Ospina Rodríguez, dice Echeverri, se fundó la Escuela Normal Nacional de varones de Antioquia que tuvo dos momentos importantes con la traída de los maestros alemanes y su pedagogía pestalozziana; y con la apropiación en los años 30 del siglo XX de la Escuela Nueva pregonada por Dewey, Decroly, Montessori y otros. Cita el expositor a Hernando Restrepo Toro con las palabras del Dr. Pedro Justo Berrío al fundar la Escuela de Artes y Oficios: “Debe mantenerse en el Colegio del Estado una escuela de artes y oficios porque la clase pobre y desvalida de la sociedad no puede consagrarse a los estudios literarios y científicos y se necesita que en lugar de teorías luminosas se le enseñen reglas y preceptos de segura subsistencia”. Según Echeverri el éxito de los dirigentes antioqueños en la orientación de la educación provincial dependía de tres elementos: “1. Independencia con respecto a la política o, por lo menos, la politiquería. 2. Independencia con respecto de la religión o, más exactamente, separación entre la moral civil o pública y la moral religiosa privada. 3. Independencia financiera.

Dice Echeverri que “Las guerras civiles de fines del siglo XIX y principios del siglo XX borraron de la faz de la tierra a los maestros formados por los pedagogos alemanes venidos entre 1870 y 1886; y los efectos de la reforma instruccionista fueron suprimidos de la mayoría de los estados soberanos con la excepción del Estado de Antioquia… con efectos críticos que afectaron no sólo la instrucción pública sino también el conjunto de la sociedad civil y en particular se extendió por todo el país una profunda desconfianza ante los políticos y la política”, lo que llevó al general Rafael Reyes al poder en apoyo de su consigna de “más administración, y menos política” y de ahí que “el republicanismo se erigió como el horizonte más promisorio para el país y la región antioqueña, en cabeza de las presidencias de Carlos E. Restrepo y Pedro Nel Ospina Vásquez”.

La historiadora María Teresa Uribe describe el proceso de formación del republicanismo y su concepción del hombre, que es un punto en el que se acerca a un proyecto pedagógico de Estado, diciendo que “ante la desolación en que se sumió el país debido a las guerras de fines del siglo XIX, a las epidemias, a la quiebra de los banos, y a la profunda desconfianza en la política y en los hombres de Estado; aparece el movimiento de reconciliación nacional que no es partidista, que reúne en su interior a miembros de los diferentes agrupamientos políticos que en dichas guerras habían sido antagónicos… y recupera como legado la gestación de un proyecto de Nación donde confluyen pedagogía, ética, cultura, y política. Parte esencial de ese proyecto es su concepción del hombre. Su divisa fue “formar más ciudadanos útiles y productivos, y menos copartidarios intolerantes y sobrepolitizados”, para lo cual la educación se convirtió en un proyecto estratégico. Con la llegada del Dr. Carlos E. Restrepo a la rectoría de la Universidad de Antioquia y a la Presidencia de la República lo regional se hace nacional pues para Restrepo se trataba de “formar hombres, ciudadanos capaces de desarrollar la iniciativa particular, dotados de conocimientos prácticos que les sirvan para domar la naturaleza, cultivarla, y hacerla progresar”.

Dice el expositor que “Antioquia, en el primer cuarto del siglo XX, sostenía un sistema educativo que a pesar de sus notables problemas se diferenciaba positivamente de otras regiones… asunto que dejaba a la región como la de mayor número de maestros y estudiantes en el país”.

Menciona luego el expositor el cambio de paradigmas machistas con relación a la mujer de que “los hombres trabajan en la calle, y la mujer educa en la casa” (o, como dijo alguno: “los hombres en la calle y las mujeres en la cocina”). “Desde mediados del siglo XIX Antioquia prestó una fuerte atención a la educación de la mujer y a una instrucción femenina con un tinte práctico y religioso que pone a esta región a la delantera nacional… y es notable la presencia de jóvenes antioqueñas egresadas de la Escuela Normal de Institutoras que se ganaron la vida como maestras rurales y urbanas… pioneras en el país en el ingreso a la universidad… que todavía sin contar con una legislación que aprobara el derecho a la educación superior femenina ya cinco antioqueñas se matricularon en la Escuela Dental de la Universidad de Antioquia en el año de 1932”.

En cuanto a descentralización educativa, “En las últimas dos décadas del siglo XX las universidades antioqueñas hicieron un esfuerzo para ampliar su presencia en otras regiones del departamento donde se adelantan programas educativos de mayor pertinencia para la vocación económica de las subregiones”.

Es un hecho, pues, que el desarrollo regional y del país han estado vinculados decididamente a la educación, puesto que sin educación no hay progreso; y que los visionarios que orientaron la educación de nuestro departamento hacia las carreras con sentido práctico fueron los que sentaron las bases para el progreso económico posterior generado por la industrialización y la generación de empresas; amén de que la pionera inserción de la mujer a la fuerza laboral que se dio en esta región aportó un crecimiento notable a la clase pensante y dirigente no sólo nuestra sino de todo el país.

2.
El Dr. Antonio Romero H, exdirector de Asistencia Técnica Minera del Ministerio de Minas y Energía, tuvo a su cargo el tema de “La minería y la industrialización del país, una mirada desde Antioquia”. Dice, citando a Melo y Ocampo, que “el oro representó la primera gran salida de capitales de la región, consituyendo el 100% de las exportaciones del Nuevo Reino de Granada durante más de dos siglos desde mediados del siglo XVI”. Se pregunta por qué si el oro es un generador tan importante de riqueza “hoy como ayer la pobreza ronda las regiones mineras”. Decía al respecto el religioso capuchino fray Joaquín de Finestrad, refiriéndose a las provincias que “la de Antioquia, que toda está lastrada de oro, es la más pobre y miserable de toda, a proporción de la riqueza que en sí contiene y del mayor valor y estimación que puede ofrecer al Real Erario”.

Hago un paréntesis para comentar que mi abuela consideraba el dinero obtenido con la minería como “plata maldita”, y que sus ocasionales bonanzas constituían “pan para hoy y hambre para mañana” por el sistema de vida generalizado entre los mineros de no ahorrar ni invertir sino gastar suntuosamente; y es sabido que el vicio ronda las regiones mineras representado en el licor, el juego, las mujeres, y otros vicios, además de despertar la envidia, la ambición, el robo, y hasta la idea de quitarle la vida al prójimo por su causa. Cierro mi paréntesis.

Encuentro aquí que la palabra plata aplicada al dinero se remonta a la época de Mon y Velarde cuando se acuñaron monedas de plata para representar el valor del oro guardado en las bodegas, sustituyendo el comercio de trueque: “sobresaliendo en especial la introducción de la plata como moneda. El visitador Mon y Velarde ordenó que las monedas de plata fueran aceptadas en todas las transacciones las cuales, hasta el momento, se hacían con oro en polvo”.

La minería en Antioquia fue por mucho tiempo la principal actividad económica de la región en el siglo XIX” La decadencia de la época colonial dio paso a la llegada de la nueva tecnología “con el arribo entre 1820 y 1850 de varios ingenieros extranjeros como Tyrrell Moore y Enrique Heusler, entre otros, que introdujeron mejoras tecnificadas en la explotación de las minas de veta y en la ingeniería de obras. Se inicia entonces un proceso de fortalecimiento de la economía antioqueña que repercutió en la construcción del país”. De acuerdo con Molina y Castaño “la minería antioqueña a pesar de su atraso y el activo comercio centrado en el oro como elemento preponderante de las exportaciones del Estado, fueron la base originaria de otras actividades y empresas como el desarrollo bancario del primer período republicano en el departamento… hasta que en el decenio de 1890 se empezara a dar la gran expansión del café”. La mina del Zancudo tuvo su propio banco y fue “la única empresa con mil empleados en el siglo XIX y la empresa de capital más importante de Colombia para la época… un acervo de acumulación de capital y conocimientos técnicos y administrativos que fortaleció la capacidad de los empresarios y trabajadores antioqueños”. Dice el expositor que “Uno de los principales beneficios derivados del auge de la minería en Antioquia fue la oportunidad que dio a los empresarios mineros de acumular riquezas en términos de tiempo relativamente cortos, con lo que pudieron emprender negocios mayores a nivel nacional y posteriormente en el extranjero… sirvió de músculo financiero y de base crediticia para la industria tabacalera y en gran medida para las importaciones provenientes de Europa”. Dice Ann Twinan que “a partir de 1830 proliferaron las asociaciones con capital extranjero con lo que los antioqueños pudieron aprovechar los adelantos de la tecnología… favoreciendo el desarrollo de la capacidad inventiva de empresarios y operarios. Fue en estas empresas donde se establecieron por primera vez las bases de una administración racional y sistemática que luego sería ejemplo para todo el país… Se consolidaba así el prestigio de los empresarios antioqueños como un grupo fuerte, con una iniciativa que no denotaba marcados prejuicios de clase, sobre todo en lo concerniente a linajes. Se vio en ellos un grupo interesado en reinvertir en vez de acumular ganancias, en mejorar la explotación de las minas, en abrir las tierras aledañas al río Cauca…”. “Carlos Coriolano Amador emitiera moneda propia… creó un banco propio cuando apenas hacía diez años se había fundado en Medellín el Banco de Antioquia… en 1883, a diez años de haberse creado el primer banco en Medellín existían ocho establecimientos bancarios –Antioquia, Medellín, Popular, Progreso, Zancudo–; y tres casas comerciales que eran Restrepo y Cía., Botero Arango e hijos, y Vicente B. Villa e hijos”. “La ferrería de Amagá, orientada a sustituir la costosa maquinaria importada con producción local…”.

En resumen, fue el poder económico del oro antioqueño el que permitió que los empresarios de la región controlaran en gran parte la vida comercial del país, al lograr el control del río Magdalena como arteria comercial e incidir en las importaciones de equipos, maquinaria y bienes de comercio internacional en Barranquilla debido a la exportación de barras de oro al mercado mundial”.

El desarrollo minero condujo a la formación de ingenieros que dieron empuje para el desarrollo en otros campos de la ciencia y la técnica en el país y “una vez se dio la reversión al Estado colombiano de la concesión petrolera de Mares la ingeniería de Medellín asumió la tarea de entrenar a los futuros administradores y técnicos de Ecopetrol y comienza un período de gran influencia de la ingeniería antioqueña en la construcción de país, sumada a la tradición pedagógica y el énfasis en la enseñanza empírica de hacer las cosas directamente para responder al reto… fue por insistencia de Antioquia que el Gobierno se decidió a apoyar la formación de ingenieros de petróleos inicialmente, seguidos de la Ingeniería de Geología y Petróleos y la creación de la empresa siderúrgica Paz del Río. La ingeniería alemana y los egresados de la Escuela de Minas hicieron posible este hito definitivo de industrialización de Boyacá y del país”. “La tesis fundamental del ingeniero Alejandro López Restrepo para la creación de la Escuela de Minas se basó “en identificar que gran parte del atraso en el que se sumía la nación era promovido por la falta de una fuerza directiva eficiente y que se requerían mejoras en la infraestructura y el aparato productivo… este ingeniero dotado de un sentido práctico fuera de lo común se adelantó a las soluciones empresariales y de ingeniería que necesitaba el país y dedicó buena parte de su pensamiento a divulgar y aplicar los modelos administrativos desarrollados por Frederick W. Taylor y Henry Fayol… buscando la racionalización y eficiencia de los factores productivos en especial el del trabajo”.

Noviembre 2 de 2013

--------------------------------------------------------------






1 comentario:

Pepo dijo...

Perdonen que interrumba este silencio sepulcral.

Pero andan preguntando por el reconocido miembro de las Convivir de la Calle Barranquilla, Gustavo Zuluaga, alias El Hamaquero.