Raúl
Mejía
Poemas
Últimos
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MAÑANAS
Mañana fría, dominical.
Algunos caminan,
divagan, se mezclan.
Avanzo y observo como
ascienden
-Entre antiguas,
renovadas humedades-
Resistentes montañistas:
Agudos bordones
asaltando humus, hojas, rocíos.
Lentas, despiertan
deseadas mujeres,
Párpados aun reteniendo
pesadillas
(No todas las pesadillas
son deleznables)
Y, auxiliados tras
inasibles suspiros,
Fantasmas rondando
senos, labios…
En esta fría mañana
dominical,
Se aprecian vestigios de
reticentes angustias,
Perplejidad y silencio
agotados de violencias, disputas,
Ironías y azares
trazando complicidades.
He prometido ni una
sílaba más,
Vistazos,
Diálogos revestidos de
obligaciones.
Vivimos, apenas, para
presenciar escasas mañanas,
Serenamente grises
Acechantes de nubes,
lluvias, versos…
Mañanas en las que
El suave lomo de mi
mascota
Aleja pesadumbres.
Mañanas en las que
Regresos de lluvias
Evitan saltos al vacío.
Mañanas en las que
Oyes y cantas con “Ceratti”,
Lamentando tan prematura
partida.
Mañanas en las que
Prosiguen ausentes
Aquellos urgidos de ser
llamados, buscados.
Mañanas en las que
Persisten vomitivas
lecturas
De poetastros y poetisas
desopilantes.
Mañanas en las que
Fluyen olores a café, caricias,
Descartados por
atrapados entre pantallas y datos.
Mañanas en las que
Renovados fantasmas
Recorren pesadillas,
melancolías, nostalgias.
Mañanas en las que
La Poesía cambia claves,
Encriptándose de ironías
y acechanzas.
Mañanas en las que
Ejecutan displicentes
órbitas
Altas aves rozando
suspiros.
Mañanas en las que
Somnolientas, desnudas
Adolescentes afrontan
espejos.
Mañanas en las que
Cotidianas ósmosis de
cercanos
Tienden ruidosos puentes
y senderos.
Mañanas en las que
Algunos solitarios
Dejan selectivas pistas.
Mañanas en las que
Tal vez, sea nuestra
muerte
Deleznable ceniza que no
amenaza…
MANOS
Todo hijo lleva de la
mano a sus padres,
¿Qué mano lo conduce a
él?
Extrañas mezclas e
incluso sincronías
Mientras desgastados pasos
animan al sudor;
Tanto se ve, tanto se
ignora
Como si viviésemos
ósmosis de calmas aves
Regresando entre aires,
apatías y demás.
Sé que no puedo
desplazarme sin consecuencias,
Sin equilibrios
Y no es posible,
siempre, poseer tactos comprobables:
Una mano, también, me
sujeta, empuja, guía.
Igual espléndidas
mujeres, fascinantes sombras
Son orientadas hacia
cálidas esperas;
Agresivos hombres
impostando trascendencias
-Nominarlas sería
secuenciar desasosiegos-,
Se contraen, conducidos
por manos
Propiciando catástrofes.
En aulas, pasillos,
calles, muros recientes,
Juveniles rostros
intentan articular
Ese añoso, artrítico
ritmo del tiempo:
Ingenuos, apenas
gesticulando silencios,
Manos férreas los
apuntalan hacia abismos…
Proseguirán hijos
tomando de dedos, brazos a ancianos,
Concluyendo epifanías,
transfigurando cenizas.
Manos, manos, ¡tantas
manos!
Atando
Señalando
Finalizando…
TATUAJES
Oh recordada, bien
deseada amante,
Años después sufres el
deleite
Del tatuaje nupcial
renovado…
Has inscrito sobre
inocente piel
Obvios íconos, trazos,
fechas:
Deleznables
inmediateces, semiologías…
Ah extrañada, antigua
amante,
Pretendes atrapar
nostalgias
Sobre tintas, dolor y
compromisos…
No es así que rehúyes a
tus fantasmas,
No es así como se
pertenece,
No es así que se ocultan
lejanas caricias…
RESOLUCIONES
Resoluciones tempranas…
Al salir, aún,
adormecida luna,
Recordando, quizá,
atrevidas nostalgias nocturnas.
Asciendo esta alta,
transitada senda
Y, entre calculados
pasos, variedad de seres.
Decisiones espontáneas…
Aristas penetrantes del
verano
Hieren, a su modo,
ingrávidas abstracciones:
-que siguen siendo
acechantes silentes nubes
-que no debo evitar a
fantasmas de bellos cuerpos
-que allá aquel gazmoño
poeta y su ego resentido.
Aplazamientos
inevitables…
Fuerza, olfato y
terquedad de mi mascota,
Ironías abrazando
difíciles portales.
Medellín agresiva de
luz, huérfanos, vacíos;
Amantes despetalando
suicidios, olvidos,
Urgente soledad
brutalmente dosificada.
ES
EXTRAÑO…
Es extraño,
No existen fotografías,
tatuajes, rescoldos…
Versos sí, consecuentes
a penumbras,
Débiles ecos de pieles
tras abrazos.
Siendo así,
¿De qué podrían
culparnos?
Es triste,
Te acompañan luz, sombra
Y otro cuerpo, apenas
habitando
Incipientes nostalgias.
Aquella canción
dedicada,
¿Persiste aún entre
hastíos, ironías, abismos?
Es inevitable,
Dotada de cenizas
fértiles
Renaces escasa de
recuerdos,
Besos, entregas…
Apasionada amante,
¿cómo pudieran
susurrarte tristes fantasmas?
PERSISTENTES
Persistentes ironías…
Recuerdo palabra a
palabra
Vieja melodía
sentimental:
No canto bien, olvido
mal.
Distantes días, suspiros
sucesivos;
Línea a línea prosigo:
Acompaño regular, olvido
peor.
Aprehensivas nostalgias…
Extensos años en sostenida
juventud musical.
Desvencijadas puertas ya
memoria de patios.
Encuentros sosteniendo
perdurables intensidades.
Recuerdo imagen tras
imagen,
Identifico ecos,
levedades, susurros, fantasmas.
Mal entiendo estos días:
no sé olvidar.
KAVAFIS
HABITA SEVEROS INSOMNIOS…
Podría tejer enormes,
densas mortajas,
Con abundantes sedas que
proveen mis insomnios.
Penumbra tras penumbra
se asientan abrasivas
melancolías,
ejerciendo abducción de
abismos.
En este cuarto resuenan
silencios rescatando zozobras,
Sin orden alguno se
agolpan distantes imágenes
Y es pobre refugio aquel
manuscrito a medio finalizar.
Incluso padezco
interminables deslices: arenas
Debilitando frágiles
triángulos de horas.
(No podría soportar
ominoso “tic-tac” mecánico)
Llevo días así y apenas
dormito
Cuando se acercan
eróticas cadencias, luces, siluetas;
Quisiera acompañarme de
antiguas travesías nocturnas:
Reyes, dioses, héroes y
amantes
Sumidos en laberintos,
pausas e inveteradas nostalgias;
Algo hallaría que
permitiera besos, roces, suspiros.
Oh sí, anhelo regresivas
“amadas sensaciones”,
Sin embargo, esta
perfección de ausencias
Dificultan sosiegos
Eternizan fantasmas
Filtran pesadillas
Prolongan ancianos,
severos insomnios…
AHORA…
Ahora posas con
sugestiva mascota…
Cerca sombras conocidas:
Tú, él e hipocresías de
casados.
El que no observes
Cómo la nostalgia nos
rodea con letales ironías
Evita, por ahora,
naufragios
En tu utopía de sentirte
pareja.
Sentirse nombrada
durante confusión de roles
No garantiza deseos,
respuestas, auxilios.
Es triste que atrapes
fantasmas
Como trueques de
pesadillas:
Tiernas eternidades no
logran tiempo extra.
Furtivos escapes de
nubes y vientos
Aún rondan ansiosos
besos, abrazos.
Tatuarse grafemas o
ridiculizar imágenes
Son, a lo sumo, ceniza
de penumbras.
Días, meses, años
habitaremos íntimos abismos,
Urgiendo lazos que jamás
merecimos…
2 comentarios:
Creo que este muchacho Raul es el mismo que estuvo de groupier bajo la dirección del gran Raul Henao, pero paree que nada le aprendió. Sería muy del caso que leyera algo y así se hace trovador.
jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja...Poco leían los "trovadores", jajajajajajajajajajajajajajajaja...
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