SILENCIO: PIEDAD ESTÁ
JUGANDO
Darío Ruiz Gómez
El ojo avizor de un funcionario
descubrió a Piedad Córdoba cruzando el puente fronterizo de Cúcuta disimulada entre la cola de niños exhaustos, ancianos(as) , jóvenes
derrotados que buscan escapar del infierno de la narcodictadura. ¿Se había
cambiado su turbante ostentoso por uno de telas baratas, por un sencillo hábito
y unas chancletas para “empaparse de pueblo” y en la nueva campaña electoral
“dar voz a quienes no tienen voz”? Primeramente como a Pablo de Tarso la luz de la verdad tendría que haberla derribado del caballo para que se
diera cuenta de que había estado en el
camino equivocado y de aquí en adelante va
a anunciar su renunciar a las bullosas y
ostentosas fiestas con cinco orquestas, a un exhibicionismo cínico al lado
de un dictador como Chávez y de un
monstruoso asesino como Maduro con el cual
ha aparecido abrazada una y otra vez en los balcones del populismo olvidando
que a esta falta se la llama injerencia en la vida política de un país que no
es el suyo y debe ser castigada. Bajar
de esas tribunas, salir de las fiestas interminables del Cartel de los Soles,
del encuentro con la dirigencia de las FARC supondría que después de su descenso
a los infiernos de la miseria al lado de
quienes deben abandonar sus hogares y convertir la carretera en su única patria,
Piedad ha comprendido por fin lo que
sería la entrega de Colombia a un régimen
de torturas, ejecuciones extrajudiciales, desaparición de todo derecho a la
libre expresión y vestida de pobre ha venido a predicar con su ejemplo su
rechazo a estas ignominias. Sin embargo, sabemos que esto nunca llegará a
suceder y el porqué de esta particular entrada y salida de Venezuela tampoco
llegará a conocerse. Pero también sabemos que ninguna de nuestras autoridades
la llamará a dar explicaciones de su conducta ya que tiene, desde que se
llamaba Teodora, el derecho a salir y entrar del país sin que ninguna autoridad
le pueda llamar a cuentas por transgredir una ley de la República. Declarar como nulos por
“un mal procedimiento” los discos duros de los computadores de Raúl Reyes fue
la estrategia para politizar
la Justicia y ponerla por entero al servicio de un objetivo único
para el Gobierno Santos: los Acuerdos de Paz. La otra, recurrir a una larga
tradición de la justicia colombiana en el empleo de los eufemismos para
evitar castigar a los directos
responsables de asaltos y masacres con el fin de mantener bajo la mayor ambigüedad el concepto
fundamental de terrorismo. ¿Cuál es la diferencia entre colocar una bomba que
mata treinta civiles y asaltar un banco? ¿Entre alguien que lucha por sus supuestas
ideas y un desalmado narcotraficante? ¿Porqué los autores de 32.000 secuestros
y 14.000 niños reclutados, fusilados andan en la calle?
En toda guerra las partes
soslayan crímenes expresamente condenados por la Convención de Ginebra, pero en
el caso de Colombia la laxitud de la justicia al respecto ha llegado a
verdaderos desatinos cuando se sigue considerando como guerrillero político a
quien ya debía ser juzgado como un criminal de guerra. Piedad en cada ocasión en
que aparecía involucrada al chavismo y a las FARC rápidamente fue exonerada de culpas
por un inexistente Partido Liberal y un dirigente sin credibilidad moral alguna
como César Gaviria y desde luego por esa justicia que ella había logrado
acomodar a los intereses de los Acuerdos de Paz. ¿No es una agria broma el que
hayan existido personajes del subsuelo como el Fiscal Montealegre y su Robin? A
estas alturas Piedad ha perdido realidad en tanto no ha sido una defensora de
su etnia ni de su pueblo mantenido en la miseria. Si miramos hacia atrás el
Caso 8.000, el Cartel de la Toga, los argumentos de la JEP para dejar en
libertad a Santrich, personajillos como Roy Barreras, Benedetti, Gustavo Bolívar
se constituyen en actores del friso de
una gran farsa política de la cual Piedad Córdoba ha sido la descarnada Hada
Madrina. El “Pollo” Carvajal tiene los discos duros de Reyes como –según se
anuncia- presentarlos como prueba de la colaboración de las FARC con el
chavismo en el negocio del narcotráfico. ¿Lo que sigue a continuación será un
giro lingüístico o una aurora de la verdad? Cuando la verdad la deje al desnudo
¿Se aburrirá Piedad como las niñas grandes que nunca reprendieron y que no
tuvieron amigos(as) en la tierra?
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