viernes, 8 de octubre de 2021

¿ES LA VERDAD UN PROBLEMA DE ABOGADOS? / Darío Ruiz Gómez

 




¿ES LA VERDAD UN PROBLEMA DE ABOGADOS?

Darío Ruiz Gómez

Me parece a simple vista que la defensa del expresidente Uribe ha cometido un error garrafal  al convertir  su defensa frente al poderosísimo grupo  enemigo al cual representa  Iván Cepeda  en un problema para abogados litigantes que hoy lo defienden a él y a la misma hora están defendiendo a un equívoco personaje, tarea que debió estar puesta en manos de quienes representan la tradición de las leyes como defensa de las libertades democráticas,  los derechos individuales  ya que en este  caso  estamos  hablando de una emboscada  del totalitarismo contra  la democracia, utilizando  astutamente la figura de  Uribe como el gran chivo expiatorio que  necesitan condenar severamente  para dar rienda suelta a sus rencores personales ante quien no ha dejado de señalar  sus crímenes, y,  aprovechando  esta coyuntura, tal como lo estamos viendo, despachar bajo cuerda y con un tiro de gracia como les gusta, cualquier tipo de pensamiento libre que se oponga a los intereses  maduristas, putinianos que es lo que están tratando de lograr invirtiendo en este juicio  todo el billete del mundo. ¿No está detrás de Cepeda el inolvidable Colectivo de Abogados tan hábilmente decisivos con Enrique Santiago en elaborar ese monstruoso “Acuerdo de Paz”? ¿No estará presente también la “desinteresada” colaboración del abogado de los pobres Baltazar Garzón? La defensa de los principios democráticos, no dejaría de recordarlo Albert Camus, es lo que está en juego mientras los grupos económicos que todavía podemos calificar en Colombia como clase dirigente, guardan una peligrosa neutralidad ahora que ya el chavismo está mostrando sus colmillos. Lola López Mondéjar en un texto que debería ser de obligatoria lectura, “la estultofilia o la pasión por la ignorancia. El síndrome del pensamiento cero” nos ilustra sobre la situación que aqueja a una sociedad como la nuestra que al borde del precipicio, asaltada por nuevas formas de ignorancia, con el cerebro de sus jóvenes colonizado por las plataformas, el WhatsApp, Instagram, Face Book y  que en estos dos días sin sus plataformas han quedado en el aire,  Ninis que ya no saben ni hablar ni escribir y son llevados  bajo actos reflejos a  una mudez manipulable políticamente. Porque si Marx analizó la alienación y después se habló del hombre unidimensional, hoy esta estultofilia conduce a una pasividad cómplice, a la abulia, finalmente a la imbecilidad. Malraux a quien tanto le debemos lo decía alertándonos: “Si no queremos olvidarnos de Satán, habrá que pensar  que ha  venido también con la camisa planchada y un título de máster bajo el brazo” ¿Cómo una mujer o un hombre educados pueden ponerse de parte del Mal, del  Tirano, abdicando de su propio criterio?

Porque  ante lo que consideran ya una condena inminente, se frota  las manos  esa energúmena muchedumbre de revolucionarios de cafetería que no fueron capaces de llevar hasta las últimas consecuencias  su discurso político, unos grupúsculos  que nada  aportaron  ni a la ciencia ni a  la vida familiar, una resaca social que será capaz de levantar el brazo con el puño apretado  y cerrar los ojos con tal de que se castigue  con la guillotina a quien paranoicamente consideran el único culpable pero de su frustración humana. La hecatombe  de Alemania– permítanme que regrese una y otra vez  al ejemplo-  al caer en manos del llamado nacionalsocialismo  contó como cómplices directos tal como lo atestiguan Thomas Man y Karl Krauss con una justicia que se arrodilló  ante el terrorismo, unos grandes industriales y banqueros que se sometieron  hasta ser humillados vergonzosamente, una prensa que se degradó y unos Partidos Políticos que en medio de su indolencia permitieron  que el país cayera en manos de un sangriento  totalitarismo. ¿No fue este el mismo caso de Venezuela? La libertad y la civilización amenazadas  no necesitan de abogados, necesitan  de pensadores  preclaros  de  estas conquistas del espíritu a través de siglos de lucha contra la opresión de la ignorancia. Pero como decía Lacán: “ Si lo que quieren  es un amo, ya lo tendrán”

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