viernes, 22 de octubre de 2021

Diostedé / Antonio Arenas Berrío

 


Diostedé

Antonio Arenas Berrío

Fue una tarde de un lunes del mes de Enero, ardiente, acosada por el calor, el viento y un sol que llegaba fuerte desde las alturas. Llegué al Café - Tucán, a tomarme un Café, a saborear un buen Café. Pocos placeres como tomarse una taza de Café. Confieso que si hubiese sido mujer, usaría el Café como fragancia o imaginaría un perfume con olor a un fino Café. Allí en el Café, estaba Antonio, sentado en una silla verde, frente una mesa de madera al natural; las otras mesas estaban llenas y la gente hablaba sin cesar. La clientela iba y venía y todos eran atendidos a su debido tiempo. Cavilaba y trataba de memorizar el rostro y la silueta de Andrea; asimismo pensaba que todo lo sencillo es naturalmente, hermoso, florido y gracioso. La sencillez en una mujer es una virtud y se puede notar en su cuerpo, su rostro, en el sentir y en el amar. Sencillez en el saber, en el profesar unas costumbres y hábitos familiares. Candidez en la sabiduría, la ignorancia y en los vínculos  tradicionales en la preparación del Café. Algunos dirán que todo puede reducirse a beber una buena taza de Café y a la pura y simple contemplación de una  bella mujer. En el Café llamado Diostedé, se podría creer que se elaboraba el Café más sabroso y delicioso del Mundo, se decía que tenía: “El sabor de una experiencia diferente”. El Café servido, en pocillos blancos de porcelana era tan exquisito que a veces en la puerta del “negocio” se hacía cola a la espera de una mesa y unas sillas para saborear un buen Café y un pedazo de torta de manzana con nueces u otros sabores. Leer un libro o detallar un poema, examinar lo que alguno dejaba  escrito en las hojas de un cuaderno y que a veces creen tener aspectos literarios, algunos se erigen poetas y escriben versos al azar. Otras veces los compradores disminuían por los avatares laborales de la gente que allí asistía y sus múltiples ocupaciones en sus casas y oficinas.  Andrea, una de los artífices de tal obra maestra de la bebida de Café, se sentía muy a gusto por los halagos, ella se quedaba quieta, se sonrojaba con facilidad y su rostro se ocultaba tras unas gafas algo grandes y sus ojos perfilaban una mirada recóndita y escrutadora. Cuando uno de los clientes la miraba fijamente y la coqueteaba, su rostro se tornaba serio y su mirada se hacía más penetrante, se podía decir que, Andrea conectaba sus cinco sentidos. “Yo”, que la observaba, Andrea, siempre se acercaba y me decía suavemente al oído, le sirvo otra taza de Café. Andrea, es una mujer encantadora, por no decir esbelta, con una figura torneada y el cabello un poco largo. Es amante del trabajo, a veces se torna modesta, sencilla y discreta, se podría decir que distante. Era una mujer feliz sabiendo que podía dedicarse a algo diferente  y que le apasionara. Le gustaba seleccionar el Café, el agua, y otros ingredientes, medir el calor y atender directamente a los clientes. Se pasaba horas y horas enteras estudiando la combinación perfecta. Café, agua, maquinitas para moler Café, cafeteras y el ingrediente secreto, para crear una bebida perfecta. Se encerraba unos días en su “negocio”, cuando la clientela ya no estaba e investigaba el uso adecuado y los ingredientes para una excelsa taza de Café. Sabía que todos los ingredientes combinados entre si aportarían un sabor más intenso y suave al Café. Andrea, probaba en pequeños sorbos y observaba cada pizca de Café dentro de los recipientes, para revisar el tiempo, exacto de la infusión  o ebullición. Hay días que preparaba un delicioso Café frío, lo probaba y sonreía para sí con cierto placer y gozo. El Café tiene una marca, Café Uribía, Café de origen, una marca inspirada en el retorno a lo natural y el ensueño del Valle del Paraíso. Un sentido de pertenencia a la Madre tierra. Andrea, ostentaba  que el Café Uribía, gozaba un color intenso, con aromas de cacao y especies que en la boca era carnoso y frutal, con el sabor propio de un Café suave, elegante y con largo gusto. Este Café era producido en la Finca Elisa, en un hermoso Valle, que se asemejaba a un Paraíso y en las laderas del río Cauca, garantizando eso si como buena psicóloga, el cuidado y conservación del medio ambiente y las condiciones de vida de los cultivadores.

Sucedía según Andrea, un buen proceso de siembra, recolección, beneficio, almacenamiento y un néctar garantizado. El Café Uribía, estaba en su negocio exhibido, molido, en grano y con cardamomo. Una deliciosa mezcla de Café y cardamomo. De vez en cuando la vida se tomaba conmigo un Café susurraba Andrea, y no hay nada como una sensible taza de Café para estimular la lectura de un buen libro, la escritura y el amor. Ah el amor, el amor. El Café de Andrea, es como un bálsamo para el corazón y el espíritu. ¿Es sencillamente feliz quien se toma una taza de Café? Claro que sí. Tomarse un Café, es una enseñanza sencilla y sobre todo si es servido por una mujer y en una elegante taza. Un hombre con buen espíritu bebe una taza de Café y en ello encuentra la dicha. Podemos decir que en las pequeñas cosas, la mujer siempre tiene la razón. Saborear, degustar un buen Café es similar a amar y poseer una mujer. Se percibe su olor, es como tener algo para uno solo. Pues toda clase de amor femenino se asemeja a la bebida, beber, gozar y sentir placer. El Café es un gran estimulante para la vida. ¿Cómo se obtendría algo sencillo, que nos agrade al paladar? El mejor Café es aquel, que no nos avergüence beberlo en compañía de una mujer. Al final en mí mesa un pocillo de Café, un apunte para  una abstracción: Vivir con sencillez y saborear un Café. “Un modo sencillo de vida es hoy muy difícil, para lograrlo se necesita más reflexión y mayores inventivas de las que tienen incluso personas muy listas. La más honesta de ellas quizá hasta podría decir: No tengo mucho para pensar sobre el asunto. La vida sencilla es para mí un fin demasiado elevado, esperaré hasta que personas más sabias que yo lo hayan encontrado”.

Diostedé o diotedé, es un Tucán. Una familia de aves fantásticas del orden de los piliformes, es muy amplia ya que alberga seis géneros y cuarenta y dos especies de Tucanes, tienen el pico desarrollado y de vivos colores. Diostedé, es un ave trepadora de plumaje negro, pecho y extremidades de alas amarillas y pico amarillo con grandes rayas negras. ¿Será que tiene esta bella ave, el secreto del Café de Katerine Andrea?  El café alcanza primero nuestros sentidos, sentimiento, sensación y paladar. La boca es el órgano que percibe el sabor y nos da una fantasía alucinante. Podemos expresar lo que alguna vez dijo un poeta: “Déjame saborearte sin inhibiciones, que tu espuma caliente me roce los labios, la lengua, que tu olor estimulante me queme la garganta de placer, que este líquido analgésico acelere el metabolismo de mi cuerpo, que en un par de buches de pasión me trague tu ausencia, antioxidante, que alucine de excitación cuando pase la última gota de esta ambrosia por la boca y chupe el azúcar que siempre queda rezagada en el fondo de una taza de Café.”. Yo sueño con el rose de los labios de Andrea aunque ella no me ame.

antonioarebe1@hotamil.com

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