Lucia Agudelo. La Barca de los Locos

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Lucia Agudelo

Víctor Bustamante

 Lucia Agudelo ha dado al teatro en Medellín no solo la certeza de ser la compañera de Bernardo Ángel sino que persiste en algo que pocas veces se da, cuando este arte se asume como una norma e vida, ser también la animadora de La Barca de los Locos, ya que la escritura de estas obras, por parte de Bernardo están pensadas para una pareja, y ocasionalmente para un actor invitado. La pregunta es esta, ¿qué hace que una  mujer abandone su carrera de sociología y su calidad de profesora para convertirse en actriz?, la respuesta sería, la pasión y el convencimiento de que Bernardo Ángel le haya dado  respuesta, una manera de pensar y una valentía que se da en pocos casos en la actividad creadora. De ahí que Lucia sea un soporte fuerte para la actividad y músculo actoral y creativo de Ángel. No sabríamos decir qué rumbo hubiera tomado Bernardo sin ese apoyo total de una mujer que entregó su vida a él y al teatro que escribe. Lo cierto es que son uno solo, en esos avatares que entrega el ser críticos de una sociedad que necesita que alguien les diga sus verdades, una sociedad que es necesario fustigar, y, sobre todo, un teatro sumido en la comodidad.

Ambos, Bernardo y Lucia han trasegado por las calles, por los parques, han asumido el reto de estar en el extremo de esa línea de sombra que es la marginalidad debido a lo que plantean y nunca han bajado la guardia en un momento donde los actores necesitan la panoplia del éxito y el reconocimiento, como estrellitas ocasionales.

Ellos han estado allá firmes como lo demanda el ser contemporáneo con la valentía de ser y saberse como los heraldos de un arte calcinado en su círculo vicioso en la  entrega total de sus dictados.

Lucia, de esa manera, ha sido capaz de mantenerse firme, de saber que cada jueves en el parque de Bolívar o cuando le toque actuar estará ahí al pie del cañón dispuesta a decirnos que no solo lo económico es el triunfo que merece un artista, sino la vastedad de su intención de nunca apartarse de acompañar a alguien tan creador y valioso como Bernardo. Pasión y calidad, persistencia y crítica, es el mundo del teatro que ella ama.

En esta conversación con Berenice Pineda, Daniel Día y Gustavo Zuluaga, llevada a cabo en el Cerro del Ángel en Bello, en las Jornadas culturales de la Revista Quitasol, Lucia no solo nos enseña su arte en un monólogo, sino que define el sentido de su vida, de su carácter, de como la actuación es su norma, pero sobre todo mantenerse firme, en un terreno donde pocas mujeres lo harían con su entrega y valor. Así Lucia Agudelo.