DEFINICIONES POLITICAS
Darío Ruiz Gómez
¿Mi
criterio y conocimiento sobre la política dónde me situarían hoy? Para mis
desconocidos y conocidos enemigos lo más fácil para deshacerse de Darío Ruiz
Gómez ha sido llamarlo con tono enfático
un “H.P uribista” o un maldito derechista. Y chao, liquidado del todo tal como
efectivamente me ha pasado con los escritores pertenecientes a la llamada
extrema izquierda quienes simbólicamente desde hace mucho decretaron mi muerte literaria. Violencia
simbólica como la describe Pierre Bourdieu. Como veo en los noticieros continúa
la discusión sobre los “Partidos Políticos”
que han conformado el núcleo más
cerrado de defensores del Presidente Petro, el Pacto Histórico, Comunes,
Colombia Humana negándole a este último
la Corte Electoral su fusión con el Pacto Histórico, lo cual
constituye un acierto ya que si hasta
ahora aparecieron fusionados lo ha sido
por una jugada electoral ya que radicalmente son contrarios. El Partido
Comunista, Polo Democrático y Unión Patriótica aparecen como Partidos autónomos
cuando son en realidad el Partido Comunista, lo contrario políticamente a un
Partido Frankestein como la Colombia Humana rescoldo del M19 lleno de
oportunistas y corruptos. El Partido Verde donde aparecen Iván Cepeda y Gloria
Ramírez entre otros militantes de siempre del Partido Comunista ha sido el
disfraz en las estrategias del comunismo criollo para negar su verdadera identidad. Ahora veo que
el profesor Heraclio Landinez y David Racero, acusado este último de
corrupción, pretenden que la Corte
Electoral valide su Partido Fantasma “Progresista” así por las buenas, sin rendir cuentas de su
ineficacia, de no haber propuesto nada en beneficio de la ciudadanía y como el
resto de estos Partidos sin un programa político que los defina. Y encima el
Partido Político de Roy Barrera Preguntarse entonces por lo que a estas alturas
supone la aparición de estos Partidos es tener en cuenta la necesidad de
impedir que persistan estas triquiñuelas
a través de cuya práctica ha
aumentado la inseguridad, el dominio de los violentos , y
lo único que puede estar asegurado es el
aumento del sueldo de estos supuestos representantes de un pueblo que la
mayoría de ellos desconoce
La
crítica de la política debe señalar estos peligros que la indolencia deja convertir en costumbre, permitiendo que
se imponga la indiferencia. Contar con una perspectiva sobre los acontecimientos es evitar que sigamos cerrando los ojos ante los efectos del terrorismo que hasta el momento no ha contado
con la sanción debida. Fragmentarse en grupúsculos es la estrategia utilizada
por estos movimientos con el fin de continuar
en el Congreso, el Senado, las Corporaciones públicas como
representantes de minorías inexistentes. Y sobre todo bajo rótulos mentirosos
como “progresistas” cuando lo que han demostrado – no dejo de repetirlo-
durante este gobierno es exactamente lo contrario a la responsabilidad de
rescatar la salud, la educación, los territorios y sobre todo de devolver a la
izquierda el rigor intelectual que le dieron las izquierdas históricas en
Colombia. No podemos transigir con la
recocha donde el Presidente de una nación en el recinto de la ONU se transformó
en un peleador calllejero enarbolando la
bandera roja y negra de las jornadas de tierra arrasada bajo las cuales miles de españoles y sus
familias fueron ejecutados y el terror
robespierriano mostró una insania que ha manchado para siempre la vida y obra
de Bolívar. Hacerle frente con los argumentos de la democracia a este
intento de utilizar el poder
político como encubierta arma de terror, es la misión de quienes aún creen en los
valores de la civilización.
No hay comentarios:
Publicar un comentario