EL M19 CONTINÚA
AHÍ
Darío Ruiz Gómez
Cuando a través de
las elecciones de 1970 el llamado rojaspinillismo considera que Carlos Lleras
Restrepo había cometido fraude y le
entregó la presidencia a Misael Pastrana Borrero de inmediato los seguidores
del Dictador se lanzaron furiosamente a las calles, disparos, quemas de casas,
de oficinas, el turbio rostro del populacho poseído por una insana locura. Es
el momento en que nace el movimiento armado M19 que se lanza al monte tal como
entonces se decía y comienza una intensa serie de atentados contra las fuerzas
públicas, contra los campesinos. Los nombres de sus más importantes dirigentes
como Pizarro León Gómez, como Álvaro
Fayad, Jaime Bateman, Carlos Toledo Plata, Rosemberg Pabón
comienzan a escenificar lo que llaman y verdaderamente lo fue, su lucha armada. Y lo que es más
importante: un supuesto proyecto a partir de un nacionalismo carente de
fundamento político. Cuando cayó Rojas
Pinilla yo estudiaba en la Universidad de Medellín mi primer año de Derecho y
al escuchar la noticia difundida desde Bogotá por las emisoras el Centro se
llenó de gentes que alborozadamente celebraban la caída del Dictador. Entre el
grupo de amigos que ya para entonces nos reuníamos en la esquina de Junín con
La Playa comenzaron las desavenencias ideológicas
frente a los hechos que estábamos viviendo. Alberto Aguirre defendía ardorosamente
las conquistas sociales de la Anapo planteadas por verdaderos humanistas y lo mismo decía y escribía Gonzalo
Arango, como lo hacía mi hermano Jaime
Jaramillo Panesso en una discusión donde alentaban al fondo las primeras sensaciones de una
tristeza anunciada sobre lo que vendría políticamente sobre el desino de
Colombia. Mirar hacia esa grupo de
muchachos trenzados en discusiones políticas que transcurrían aún bajo el dominio deol miedo era implorar al regresar a casa que lo peor no
llegara a suceder pero desgraciadamente sucedió. Nada ni nadie lograra borrar de mi alma esas sensaciones de derrota de los ideales republicanos cuando
en la llamada Primera Fiesta de las Flores y en esa misma esquina
disparó la policía contra las gentes que
bailaban mientras un grupo de borrachos gritaba consignas contra el Dictador.
Los ideólogos de la violencia habían impuesto su crueldad sobre los humanistas de la Acción Nacional
Popular.
El M19 prosiguió su
lucha a nombre de una supuesta justicia social pero reclutando no a gentes del pueblo verdadero
sino al lumpen, a la escoria social lo que los convirtió en un populismo de derechas. Lo que quiero
decir es que después de la entrega del M19 al gobierno del Presidente Barco en cada uno de estos dirigentes no se operó el milagro de que se convirtieran
en demócratas convencidos sino que muchos (as) de los Comandos intermedios hoy en el poder arrastraron su resentimiento abriéndose
hacia el rencor de los vencidos . El
resentimiento social del kirchnerismo es un ejemplo muy oportuno respecto a
nuestros “descamisados”. Lo que hizo y ha demostrado como insólito
Consejero de Paz Otty Patiño no es otra cosa que poner de presente su
identificación con esa insurgencia devenida en puro lumpen político, sus
sollozos de perdón a Márquez- un asesino
a sueldo - fueron reales. Patiño no sabe distinguir entre el bien y el
mal. Cuando me enteré de los nombres del Gabinete de Gobierno lo que más me
asombró fue el nombramiento de un exguerrillero como Carlos Ramón González al
frente nada menos que de la Inteligencia del Estado, de las Fuerzas
Armadas sus declaradas enemigas desde los años en el
monte, lo que equivaldría a a nombrar a
Putin como encargado de la Inteligencia de la Otan. Pero Petro a nadie ha engañado ya que lo que nos está gobernando es el M19 en
la desmadrada versión de sus cuadros de
tercera línea y este gabinete lo conocieron quienes hoy derraman lágrimas de
cocodrilo por una democracia que no han sabido defender.
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