¿LA MUERTE DE LA VERDAD? LA
INTROMISIÖN DE LOS RUSOS EN COLOMBIA
Darío Ruiz Gómez
Se manipula la lengua, recuerda Víctor
Klemperer, en su obra maestra “La lengua del Tercer Reich”, - léanla vagos y
vagas - y con ello las emociones de las masas con consignas cuya finalidad es
liquidar la personalidad individual. Ejemplo:” Tú no eres nada, tu pueblo es
todo”. ¿No es lo que las masas vociferantes repiten hoy mismo? Porque aquí no
habla el indígena, el campesino, la maestra, el vecino si no “los representantes
del pueblo” escogidos por la dirigencia del Paro. Colombia es hoy el objetivo
de Putin y para ello se han desplegado todas las técnicas de hackeo, de fake news,
con el fin de conmocionar desde las redes sociales a grupos que carecen de contenidos políticos a
quienes subliminalmente ser les imponen
determinados contenidos de odio. Ospina el Alcalde de Cali sin saberlo
acaba de “descubrir” que en esas redes
sociales se informó de la muerte de diecisiete ciudadanos en un lugar de Cali cuando la verdad, dijo, es
que sólo hubo un muerto. En las primeras informaciones en directo
sobre la violencia desatada en las ciudades colombianas con el
falso señuelo de protestar contra la Tributaria, vimos cómo los Combos salidos
de sus territorios marcados por las
fronteras invisibles se infiltraban en
las marchas legales de Bogotá, Medellín y especial y notoriamente Cali, desatando el caos, facilitando la tarea de los
francotiradores; pero, inesperadamente, los medios y Noticieros de la Oposición, borraron las secuencias de las turbas agrediendo policías, tratando de
quemarlos, saqueando y destrozando con una rara insania los pequeños comercios, los sistemas de transporte y
declarando –tal como sucedió cuando sincrónicamente se destruyeron 11 CAIS en Bogotá que los únicos culpables de aquellas feroces
demostraciones de barbarie, era “tres policías”- . También inesperadamente los únicos
victimarios para esos medios de comunicación de la Oposición y su Quinta Columna
en El Senado y Congreso, han pasado a ser el Esmad y la Policía y no las
cuadrillas de asesinos a sueldo utilizados como escuadrones de combate. Cambio
de narrativa que nos muestra a un indignado Jorge Enrique Robledo saliendo de
Palacio “porque lo importante no son las medidas tributarias sino no
la barbarie policial en Cali” Una vez más un deformado y mal intencionado informe de los
corresponsales de “El País” de España: “Las voces de la peor noche de
represión en Colombia: esto es una cacería” “La violencia policial se
descontrola en Colombia” Es decir que la
ciudadanía no vio nada, yo no vi nada de
la malevolencia de unas estrategias de
toma sangrienta del país por parte de la
Narcotalia, del ELN y de un Cartel mexicano, del madurismo, apoyados en su distorsión informativa por las plataformas rusas. O sea que debemos convertirnos en ciegos y
debemos agachar la cabeza ante estas narrativas falsas inventadas para eludir
–esto ya parece un deja vú- la
cobardía moral de la Oposición ante este bien
planificado ataque armado y ante esta estrategia fríamente calculada por
las plataformas rusas para hundir la
democracia colombiana. “No existe la desinformación inocua; recuerda El Papa, confiar en las falsedades puede tener
consecuencias nefastas” Si hoy una
fotografía no es aceptada como documento por la Justicia, en estos videos entregados como “muestra de la violencia de la fuerza
pública” el celular del miliciano
enfoca un enfrentamiento sin que podamos distinguir nada y la voz impostada del supuesto “testigo” dice: “ la policía nos
agrede, nos agrede”. Aquí ya está el objetivo de la manipulación del montaje en
estas “pruebas” entregadas a la ONU, a la JEP. Entregadas a las grandes cadenas
informativas: Un “documental” de tres horas muestra el recorrido de un grupo de
milicianos comunistas que marcha en Medellín a destruir un peaje: la
escenificación es perfecta, el montaje “einsteniano” va incorporando las voces
de “apoyo de la población” que no son otras que las suyas. La cámara muestra
una cancha de fútbol y la voz susurrante del miliciano nos explica: “Este será
nuestro hospital de campaña para recibir a los heridos. Tenemos alcohol, nos
faltan vendas” El final es confuso y nada nos dice de los daños y atropellos
que hicieron contra gentes sencillas en urbanizaciones como Navarra y Las Cabañas,
pero en su subconsciente ellos creen que han repetido el asalto de los sóviets
al Palacio de Invierno. Las plataformas rusas despiertan estas falsas emociones,
crean estos héroes ilusorios desatan el frenesí de la destrucción y del
pillaje.
P.D. Ante el ataque a mansalva de este nuevo populismo,
la ciudadanía en Colombia ha comenzado a crear la verdadera resiliencia.
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