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Betsabé Espinal /
Carlos Uribe
Víctor Bustamante
La
historia de Medellín siempre exige que se reescriba, hay tantos olvidos, tantas
exclusiones, pero también cierta reiteración sobre los mismos personajes que
esta historia se vuelve algo plano y aceptado como norma general, en el panteón
de la comodidad, como si nos dieran a entender que aquí todo ha pasado de una
manera trasparente, irreprochable, y apegados
a las normas, a las leyes y a los códigos de conducta, pero no, Medellín y
Antioquia, también poseen fisuras, transgresiones, momentos críticos, otros personajes valiosos
y olvidados No solo se puede o debe hablar
de las pioneros, de los grandes hombres que cumplen la norma a carta cabal, no,
una cultura son todas las personas que han estado presente en todos esos aspectos.
Por
eso cuando Carlos Uribe nos dice quién fue Betsabé Espinal, cuando indaga sobre
ella y nos explica que aquí existió ella, al lado de los grandes millonarios de
las naciente industrias de Medellín. Entonces, es que caemos en cuenta de
nuestro olvido generalizado, y es que siempre hemos mirado la historia desde un
solo lado, lo cual olvida momentos históricos, nunca se ha mirado la historia
desde la óptica de los vencidos. Desde este punto de vista somos excluyentes porque
no solo el victorioso, con su tamiz, y diversas maneras de dejar que todo el silencio
fluya muchos años para apropiarse incluso de la historia, no ha permitido que
al interior de nosotros, en Medellín, se expresen los otros, los derrotados. Podríamos
mencionar en este sentido, entre otros, a Tomás Uribe Márquez, Ignacio Torres
Giraldo que no han sido analizados en su verdadero papel de hombres con ideas
de vanguardia.
De
ellos podemos decir que hacen parte de esa Antioquia derrotada. De aquellos que
buscaron otra opción política o religiosa, de aquellos que tuvieron que irse para
el exterior o para la capital o permanecer en silencio como si fueran
extranjeros en su propia ciudad, porque aquí eran incomodos. La lista es larga:
León de Greiff, Luis tejada, Porfirio Barba Jacob, María Cano, Tartarín Moreira,
Fernando González, Bernardo Ángel y algunos nadaístas.
Por
eso la reivindicación de Betsabé Espinal, es necesaria en un medio donde además
la mujer ha sido excluida de esos procesos, y si no ha podido dejarse desaparecer
su memoria es debido a quienes aun buscan otro sentido y signos de la irrupción
y evolución de otras ideas en Medellín.
Por
eso al lado la historia no es la de los grandes industriales y pioneros, viven de
aquellos que también se opusieron de una manera tacita a sus abusos.
En
esta conversación Carlos Uribe, nos da esa presencia y los motivos por los cuáles
se decidió a investigar quién era Betsabé Espinal, a él muchas gracias por su amabilidad,
y además por su persistencia en rescatar la historia de las garras del olvido,
y de la indiferencia.
3 comentarios:
Queda una, como mujer, untada de saber mas de esta líder. Muchas gracias.
En definitiva nadie conocemos en este país de mierda. Carlos muy bien
Con tan solo 24 años, esta joven lideró una de las luchas que más recordará el pueblo antioqueño.
Era el día 20 del mes de febrero del año 1920, tal vez un día como cualquier otro pero no, para ella no lo era; estaba dispuesta a salir a pelear por lo que siempre tuvo derecho y por eso en la Fábrica de Tejidos de Bello Antioquia ese día no se trabajó. Esta fábrica fue fundada en 1902 con maquinaria traída desde Inglaterra, al frente de ella estaba don Emilio Restrepo un accionista adinerado de Medellín que se recuerda llegando a la fábrica en su coche tirado por caballos ingleses.
Betsabé era una humilde campesina de tan solo 24 años, pero eso no le impidió armar una revolución y dejar huella en la historia del país al liderar la huelga que según cuentan, duró 21 días y participaron alrededor de 400 mujeres que eran quienes constituían el mayor porcentaje de trabajadores debido a que no requerían fuerza física ni educación. En Bello las obreras laboraban en precarias condiciones, por eso cansadas de tanto maltrato decidieron protestar contra tantas injusticias; eran víctimas de abuso sexual que cometían los supervisores y mayordomos, se les prohibía usar calzado, entre otras.
Que reclamaban las obreras:
Lo primero que exigieron fue la igualdad de salarios, una obrera ganaba entre $0.4. y $1.00 a la semana; los hombres ganaban por el mismo oficio entre $1.00 y $2.70 semanal. Existía un sistema de multas que las obligaba a pagar por cualquier contratiempo, por llegar tarde, por hacer un daño accidentalmente, por enfermarse, por distraerse, etc. Se dice que se llego a multar a las mujeres por negarse a satisfacer los deseos sexuales de algún capataz, pero si cedían ante alguna propuesta eran muy bien recompensadas.
Por eso otro de los reclamos de las obreras, era que no las acosaran más sexualmente deshonrando su dignidad. También pedían que redujeran las horas laborales que eran de seis de la mañana a seis de la tarde con una hora de descanso. Se les prohibía trabajar calzadas y por eso debían ir sin zapatos, a la salida eran estrictamente requisadas para que no se llevaran nada que perteneciera a la fabrica.
Luego de 21 días de huelga don Emilio Restrepo tuvo que ceder ante las obreras cumpliendo con todo lo que ellas exigían, hasta el mismo presidente Carlos E. Restrepo le escribió una carta donde le decía que le parecían muy numerosas las horas de trabajo y muy rígidas las condiciones laborales.
A las obreras se les aumentó el salario en un 40%, la jornada laboral quedó de 10 horas y más tiempo para descansar, pudieron ir calzadas al trabajo y despidieron a los empleados que
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