jueves, 18 de marzo de 2021

PUTIN Y LA IMPOSICIÓN DEL ODIO / Darío Ruiz Gómez


PUTIN Y LA IMPOSICIÓN DEL ODIO

Darío Ruiz Gómez

Se ha denominado normies a la gente común que sigue dócilmente lo que les dictan las modas, aquellos que toman como información veraz  lo que las redes sociales, a través de Facebooks,  Instagram, Google  les bombardean minuto a  minuto  hasta caer  en la trampa de confundir  la  realidad  del país con lo que estas falsedades  les imponen. Mensajes  emitidos   desde   plataformas  como en el caso de los troles rusos y sus centros de fabricación y emisión  de relatos , de informaciones  adulterada  hasta  convertir al usuario  en una masa manipulable  mediante el recurso sistemático  de frases tópicas tales como las que leemos en las pancartas de las diferentes manifestaciones anti-racistas, antisistema, en los supuestos movimientos de reivindicación sexual  insuflados libidinalmente  todos ellos  a un  lenguaje de odio  desenfrenado ya que  previamente se  ha sido escogido  el personaje  a destruir  mediante  la calumnia, la asignación de delitos  que no cometió –  “el chivo expiatorio” . Me explico: la ignorancia de la verdadera realidad social, del pasado histórico característicos de quienes previamente sufrieron un lavado de cerebro efectuado mediante la destrucción de la educación tal como se ha hecho en Colombia por parte de FECODE, de una izquierda universitaria emocional. La destrucción de todo pensamiento crítico sustituido por  el  llamado  regreso a las identidades, por el igualitarismo, por la abolición  de las bibliotecas y su sustitución por cartillas de adoctrinamiento, ha allanado el camino para que  la propaganda rusa, tal como se comprobó,  interviniendo directamente  en la vida política norteamericana, inglesa esté ya determinando nuestra vida política haciéndolo, claro está, vía Venezuela tal como  lo  comprobó Robert Muller  en “El Mundo” de España con sus análisis sobre el “estallido social” de Chile y las violentas manifestaciones en Colombia programadas milimétricamente  para efectuarse a la misma hora y en las cuales se vino a descubrir  algo importante,  el hecho de que ahora ya no son necesarios  los líderes ni las lideresas,  para llevar  a  cabo la tarea de destrucción y el atropello de lo existente.  El embuste, la desinformación, los mensajes de miedo, sobre falsas tragedias ecológicas, son utilizados a través de medios de comunicación en los cuales se sustituye entonces la verdad por la suspicacia y los relatos falsos se  multiplican tal como lo continúa haciendo  la llamada manguera  rusa en Colombia. Esto se inició  a partir de Chávez  y “el nuevo mejor amigo” con la  abierta injerencia   en la vida política venezolana  de  las FARC y el ELN y sobre todo con el  continuo  receteo de  la información tal como se hace evidente aún en “El Tiempo”, “El Espectador” la “Semana”  de López Caballero y en los distintos noticieros  que  adaptaron su formato  a las nuevas manipulaciones de  la realidad colombiana   dictadas  por el gobierno Santos y la FARC política,  para eludir responsabilidades , creando, repito,  Chivos  espiatorios,  recordándonos  la vigencia monstruosa del aparato de propaganda del leninismo para el cual lo importante es destruir el Estado, la nacionalidad, el lenguaje, imponiendo a cambio  el terror y el desconsuelo, desarmando el aparato legal de justicia y sustituyéndolo por payasadas mediáticas.  ¿Politizando la Justicia no se preparó la acreditación como congresista y posterior fuga de Santrich a la vista nuestros ojos perplejos?  ¿No lo están haciendo ahora tratando de manipular una acción legítima del Ejército contra un delincuente como Gentil Duarte, calificando esta acción, una vez más,  como el asesinato de unos niños?  Un medio informativo democrático no puede caer en la trampa de  solicitar  “ otras opiniones” sobre un hecho  que no admite  discusión alguna sobre su legalidad. Esa “otra opinión” es  siempre  una artimaña para confundir a la ciudadanía y  desacreditar al Ejército, a la Policía mediante  falsedades  presentadas como documentos auténticos. La falsificación de la verdad sobre los hechos en un escenario mediático busca convertirnos en ciegos morales. ¿Llamar tan reiterativamente a Timochenko a dar amenas charlas  ante alguna  Magistrada de la JEP no es ir desgastando la verdad de los secuestros, de los reclutamientos, frivolizando su relato  para que finalmente  nos olvidemos de que la justicia se ha convertido en una parodia? ¿Cuántos chistes  despectivos se han hecho sobre el “provincianismo” del Presidente Duque al expulsar a dos espías rusos? Desde hace años llegaron los rusos a Colombia  sin necesidad de una invasión militar  y ahora  lo siguen haciendo  bajo las estrategias de la  geopolítica  poniendo  su inmensa capacidad tecnológica  para incentivar  aún más  a través de las redes sociales  el odio que ya nos divide, diseminando   más  desinformaciones  que  propicien  el caos,  imponiendo  divisiones  territoriales  y bajo la mano de Putin  apropiándose  del narcotráfico, el oro, el coltán, etc  La lucha contra este grave peligro  es lo que  acaba de  priorizar  el Alto Gobierno de Biden al dar apoyo irrestricto al Presidente Duque en su defensa de la democracia   


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