LA LLAMADA IZQUIERDA ZOMBIE
Darío Ruiz Gómez
Se denomina como tal a
aquellos(as) que repiten mecánicamente y ad náuseam unas
consignas políticas acabadas,
desprestigiadas por la verdad de los
hechos lo cual demuestra su incapacidad de
pensar por sí mismos y sobre todo de
llegar a discernir moralmente. Y esta
comprobación acaba da darse con los enfrentamientos entre el ejército y la
aviación madurista en el Estado Apure
contra un grupo de disidentes de las
Disidencias de las Farc: aviones de combate ametrallando y bombardeando sin
discriminación alguna a la población civil, soldados sacando de sus casas a
familias enteras para fusilarlas y luego
presentarlas como “colaboradores de la guerrilla” En lo que va de año tal como
lo señala un importante diario madrileño más de 3000 personas han sido
asesinadas por los grupos de asesinos “Defensores de la revolución venezolana”
presentándolos como “terroristas” o sea
lo que el vocabulario al uso de las FARC-ELN y sus teóricos y
Colectivos de Abogados ha
recurrido para sus campañas de descrédito del Gobierno y las Fuerzas Armadas . Hemos visto entonces con nuestros propios ojos las
mismas filas de gentes humildes
desplazadas, escenas dolorosas que ya habíamos
visto a través de los más de cincuenta
años de desplazamientos de campesinos en
el llamado conflicto: las FARC y hoy el
ELN, el Clan del Golfo, la Nacomarquetalia. Miles de familias humildes
desplazándose hacia Arauquita apenas con lo puesto ante la quema de
casas y los fusilamientos de inocentes.
¿Dónde está la señora Representante de la ONU, un veedor(a) de la JEP? Se
escamotea por parte de un periodismo zombie, acostumbrado a aceptar que
solamente el Ejército y los militares colombianos son los autores de “falsos
positivos”, el hecho de que la del Estado Apure no es una confrontación ideológica a favor del pueblo sino tal como lo
hemos visto y lo seguimos viendo en África, esta que apenas se inicia es otra guerra por el oro, las guerras por el Coltán, la disputa por las rutas del
narcotráfico o sea guerras territoriales no para liberar de la opresión a una etnia, a
unos pobres explotados sino para, geopolíticamente, señalar el
dominio sobre un territorio por parte de
un poderoso consorcio mafioso global.
Guerras que obedecen a
nuevas estrategias económicas y que por lo tanto necesitan de unos nuevos
relatos sobre “el guerrillero bueno” y
de una nueva estrategia
publicitaria que en nuestro caso les
facilitan los diversos medios de comunicación “al servicio de la
Oposición, permitiéndoles a través de
ciertos periodistas mantener el disfraz de que aún responden a una
guerra de liberación. Como lo estamos comprobando en el caso del Departamento
del Cauca y Corinto convertida desde hace años en una versión de Sarajevo con
sus francotiradores en las montañas cercanas matando policías, colocando
carrobombas, manteniendo a los niños en las escuelas recibiendo clase bajo los
pupitres, estas mismas condiciones se han vivido permanentemente en muchos
municipios del Cauca, Nariño, el Chocó, sólo que gracias a la pandemia ahora
apenas lo venimos a descubrir. El ametrallamiento desde aviones contra la
población civil, el ajusticiamiento de familias campesinas presentándolas como
“ colaboradoras de la guerrilla” los más de 3000 ejecutados por los Colectivos paramilitares maduristas solamente en este año y
que realmente son “falsos positivos” desencajan para siempre ya que son
evidencias y no conjeturas, el
neolenguaje de la izquierda zombie al servicio de las FARC y el ELN, la farsa de
la información de algunos medios de comunicación: lean el
titular de este domingo 28 de marzo en “El Tiempo” y se darán cuenta de
los alcances de esta planificada desinformación: ”Pelea por narcorrutas sería
causa del éxodo de venezolanos en la frontera” Pero llega un momento en que la
evidencia es tan manifiesta que la verdad de los hechos terminará por socavar nuestro egoísmo,
nuestra indiferencia. ¿De qué falsos positivos, de qué bombardeos podrán hablar
de ahora en adelante las cacatúas al
servicio de la nueva barbarie?
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