sábado, 31 de agosto de 2019

VIVIR EN LA POLÍTICA / Darío Ruiz Gómez


VIVIR EN LA POLÍTICA
Darío Ruiz Gómez

Cada libro de José Antonio Marina es un pedagógico llamado de atención sobre la vida  social  fundamentalmente  sobre  los diversas formas de comportamiento a nivel individual,  pero sobre todo recordando aquello que las sociedades  suelen  ocultar  en su seno  como fracaso de un comportamiento   ético, o,  como las terribles  falsedades  que se disimulan detrás de  algunas  ideologías políticas  donde los valores morales fueron  sustituidos por caricaturescas  proclamas   electoreras  encubriendo así  la degradación de la política   y desencadenando  la más ofensiva campaña contra la razón y la lógica. “Hay  sistemas políticos, recuerda Marina, poco inteligentes en ambos sentidos. Empobrecen la inteligencia de sus miembros, limitan sus posibilidades, deprimen sus ocurrencias, y las creaciones colectivas  son igualmente miserables”  Ceausescu en Rumania envileció a toda la sociedad rumana tal como Putin lo hace hoy con la sociedad rusa o como lo han hecho los Castro en Cuba y desde luego en el deprimente ejemplo de la Venezuela de Maduro.  La  vida pública en Colombia se ideologizó  previa  y perversamente para que la maldad política   pudiera  revestirse  de legalidad  y de este modo relativizar los conceptos referentes a los derechos de cada ser humano. ¿Qué pensará nuestra izquierda chavista, nuestros periodistas e intelectuales, la social bacanería bogotana,  fieles servidores de estos asesinos  después del demoledor y terrible informe  Bachelet  sobre la tortura, la represión, las ejecuciones extrajudiciales  contra la  oposición  en Venezuela?  Ni Goebbels  ni Beria  lograron  imaginar  tales bajezas. El espanto que sentimos  ante esta enumeración de brutalidades  paraliza las palabras, avergüenza nuestra condición de seres civilizados. Cuando se derrumbó el cruel régimen nazi el mundo  se asombró al descubrir que grandes   empresarios, habían apoyado aquel espantoso régimen con tal de obtener grandes ventajas económicas y descubrió a su vez el papel cómplice de una sociedad  conformista ¿No hemos visto durante los años del peronismo kirchnerista  envilecerse a importantes empresarios que ahora deberán enfrentar el engaño al país en lo  que se refiere a obras públicas inacabadas, puentes  caídos, blanqueo  de capitales? ¿Cuánto billete ha corrido bajo cuerda de parte de las económicamente  poderosísimas FARC en el caso de Santrich?

Santos no tuvo empacho alguno en anunciar por anticipado la mermelada a la cual recurriría para que cualquiera  de sus proyectos fuera aprobado. Y en esto el eufemismo – bajo ese alcance político que le dio Marcuse a esta manipulación totalitaria del lenguaje-  fue una de sus armas más recurridas para degradar  el lenguaje l político: “no se puede hablar de mermelada cuando son ayudas a proyectos regionales, cuotas legítimas de los congresistas” Una paródica  grandilocuencia para  escenificar  catástrofes  y ofrecer “ayuda inmediata” a los  damnificados, para hacer  promesas  que nunca  se cumplirían  no por olvido  sino como una burla deliberada a gentes  que consideró  inferiores  y  de las cuales, además,  rápidamente se alejó  para  vivir en un mundo abstracto  eludiendo  los debates públicos  enajenado  alrededor de su gran y único proyecto: su proceso de Paz.  Los medios de comunicación a su servicio no necesitaron de los fake news  ya que desde antes el eufemismo había instaurado  la neolengua de la falsedad, pero si recurrieron sus ideólogos  al deepfake  creando videos falsos sobre acciones falsas o sea desacreditando el testimonio visual. Por eso nunca tendremos los nombres de las víctimas, nunca se logrará hacer la topografía de las masacres pero si saldrán a flote las figuras de los traidores, de los cómplices del horror,  lo que nos señala ante esta primera y profunda crisis del proceso, que  sin eliminar  las viejas estructuras  políticas  jamás podremos aspirar a contar con una práctica  democrática de la política  y porque  sin  incorporar modelos educativos que hablen de emancipación personal, de conocimiento hacia la libertad,  de respeto a las palabras, las  garras  de FECODE  seguirán ahogando  cualquier intento de futuro.         

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