sábado, 2 de marzo de 2019

PAYASITO GUTIÉRREZ / JAIRO OSORIO





PAYASITO GUTIÉRREZ

JAIRO OSORIO


Loor al desatino de los antioqueños

La implosión del edificio Mónaco es bufonada paisa. Esconden con pólvora los pecados deleznables de su alma: amoralidad, falsía y mal gusto.

Cuando la riqueza del capo sirvió, en sus aposentos la dirigencia local negociaba el salvamento de sus ranchos viejos y heredades. Pedían préstamos. Vendían chécheres. Rogaban favores. Ahora estorba ese vestigio que les recuerda la deuda de las migajas.

Con el mismo pretexto con que se piensa expiar la culpa colectiva, tendríamos que bombardear los miles de bienes incautados por la Sociedad de Activos Especiales del gobierno; oratorios y construcciones de la Comuna 14, inyectados con dineros ilícitos; demoler la Catedral de la ciudad (allí también la plata del narco fue limosna); la basílica de María Auxiliadora de Sabaneta, la gruta de la Rosa Mística del Aguacatal, qué pesar… la ciudad entera, porque la villita es hábitat natural de la transgresión. Yo conozco: El terrero sur del campus de la universidad prestante de Medellín, donde empresas locales sufragaron luego laboratorios de investigación, fue propiedad del Clan Cifuentes. El solar era un vivero que servía de trastienda a las labores clandestinas de la banda, como los hangares del Olaya. A Milton y sus hermanos compró la Universidad, después de mucho ruego directivo. ¿La cañoneamos?

La mojiganga urde la especulación inmobiliaria: frente a las ruinas de lo vengado ya un notable proyecta torre de lujo en el lote de la pizzería del barrio. La hipocresía se alimenta con palabras del chocarrero. No somos los mejores; por eso dinamitan las evidencias que dicen lo contrario. Lo que pudo ser Museo de Historia y Galería del Crimen (infraestructura cultural, gesta común, renta turística), ahora será meadero de perros. Qué asco ese olor a estiércol de mascotas. Los ricos no necesitamos más parques, nos bastamos con el Club Campestre y nuestras fincas en Llanogrande. La moda de los “jardines” es suelo fértil para corruptos y dirigencia nada ingeniosos. ¡Cómo engañan los guasones! Y ofenden. Nos creen brutos, como sus caletres.

Federico termina lo que tanto desearon los hermanos Rodríguez Orejuela: volar la joya de Pablo. Hace el favor, y gratis. Continúan así los funcionarios oficiales trabajando para las pandillas criminales. Me informan que don Gilberto y don Miguel celebrarán el viernes 22 en las celdas de los complejos correccionales de Butner y Edgefield, Carolina del Norte, mientras el zoquete lisonjea a su prensa, este jueves 21, con un almuerzo en el Hotel Intercontinental de Medellín. Extravagante. Nada más mafioso que un condumio en el Inter.  

Quico debería aprovechar la promoción dos por uno: demoler esa otra vergüenza de la raza, la biblioteca España. (Qué pena con el Rey. Montaron escenografía de cartón para que bendijera la burla y, apenas hizo mutis por el foro, se cayó la estantería). Cómo somos de farsardos.

¡Vana la gloria del embustero!


Medellín, jueves 21 de febrero de 2019

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