viernes, 8 de marzo de 2019

LA IZQUIERDA VERGONZANTE / Darío Ruiz Gómez



LA IZQUIERDA VERGONZANTE

Darío Ruiz Gómez


Durante la última década  he sido víctima   del llamado fascismo de izquierda instaurado en las universidades y en círculos intelectuales que asumieron frenéticamente su radicalismo    instaurando  tribunales políticos en las sombras donde quien llegaba  a ser  considerado como enemigo  era condenado de inmediato  al ostracismo. No olvidemos que el origen social de estos grupúsculos  provenía  de las nuevas clases medias urbanas  y  de las clases populares  y  que al dar el salto al vacío, olvidando  la  lealtad a su origen social, mataron sus valores de referencia  y los  sustituyeron por  caricaturescos  íconos  “revolucionarios”.  Este fue el tema de ciertos films de Godard, de Bertolucchi  al analizar  a  una juventud  que de la rebeldía se precipitó  en el totalitarismo  rehuyendo  hacer  el  análisis crítico de las  situaciones  que vivieron, lo que les permitió regresar cómodamente, una vez cumplido su período de  justificación de una violencia anárquica, de negación del pensamiento crítico,  a  una vida vacía y llena de resentimiento.  Si se llegó a identificar  juventud con un impulso renovador hacia la verdad,  aquí  sucedió  lo contrario  y del odio solamente pudo  emerger la monstruosidad del mediocre, ese insultante vacío productivo en el pensamiento y la ciencia que nos caracteriza. Desde una reacción  emocional  no puede darse lo más importante en cualquier movimiento político  o sea la necesidad de una permanente  autocrítica  para no caer en el dogmatismo. Maoísmos, leninismos,  convirtieron al militante  en  un fanático  dedicado a perseguir enemigos imaginarios.  En Colombia   la crisis histórica que llevó  en Europa a que desaparecieran por  consunción  los Partidos Comunistas  aparentemente  no se produjo,  ya  que  el antiguo PCC   se mutó en las FARC para preservar su aliento leninista y para convertir en  idiotas  útiles a los intelectuales ingenuos  tal como recientemente  sucedió con los llamados  intelectuales  santistas.  Recomiendo vivamente el último texto de Félix Ovejero el importante pensador  español, “La deriva reaccionaria de la izquierda”, extensa  y profunda revisión sobre las teorías  socialistas  vigentes en el último siglo y  sobre el proceso hacia el  fracaso de una izquierda que,  despojada  de los  valores  que  llegó a  concederles   la lucha por la  emancipación  social,  las llevó a hundirse  en la deriva   del populismo peronista, chavista, petrista, al carecer de verdaderos  argumentos  nacidos de la  realidad   de las nuevas clases trabajadoras, de la aculturación de los grupos étnicos, de la reivindicación de las mujeres y los niños,  pero  sobre todo de su incapacidad para condenar  un pasado dominado por el crimen político. Después de ufanarse de una  supuesta superioridad moral, de su sobradez intelectual,  de gozar de todas las prebendas de la prensa “progre” ¿Cuál va a ser entonces el relato de esta “izquierda”   en el momento en que las FARC ya han admitido  que llegaron a secuestrar a diez mil personas, en que admiten el reclutamiento de miles de niños? ¿Van a seguir  en el vacío ideológico es decir sin un discurso propio sobre  la inequidad? Cuando denuncié  quince  años atrás estas iniquidades  fue cuando estos pijos intelectuales  me crucificaron para siempre y  era “progre” todo el mundo, filósofos de cátedra, casposos intelectuales, monjas y sacerdotes, escritores(as) de éxito, famosas periodistas  lo que ahondó la dimensión de un extravagante  conformismo político disfrazado de moda social y cuyos efectos han sido devastadores en la calidad de la educación superior, de la cultura, en la ausencia de esa madurez política sin la cual es imposible pensar en la racionalidad de un diálogo  sobre la suerte de un país que, hay que decirlo,  nunca llegaron a conocer.      

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