miércoles, 12 de noviembre de 2025

LA CUIDADANÍA: APUESTA A LA DESCOLONIZACIÓN de Marisol Castaño Suárez[1].

 

Marisol Castaño Suárez

LA CUIDADANÍA: APUESTA A LA DESCOLONIZACIÓN.

UNA REFLEXIÓN DESDE LA IMPLICACIÓN PSICOSOCIAL

Basta ser más humano con el otro para llegar a la otredad

Marisol Castaño Suárez[1].

La importancia de las prácticas profesionales en psicología cada vez más cobra valor, ya que dichas prácticas deben ser supervisadas como lo nombra Benatuil (2013), Las practica profesionales supervisadas se dirigen a estimular y producir el aprendizaje, saber hacer, poder hacer y saber estar. No se trata solo de conocer y saber aplicar técnicas y estrategias de intervención, sino sobre todo de adquirir un aprendizaje del rol” (p. 401). Es en las agencias de práctica donde se consigue poner en práctica los conocimientos aprendidos durante el transcurso de la carrera y es allí donde se obtiene el aprendizaje como bien lo ha nombrado Benatuil y a ello se le suma la importancia de la hermenéutica que en Viveros (2019), tiene que ver con Asunto hermenéutico es aquel que da algo para pensar y que sirve de foco para que los dialogantes deliberen sobre él y ejerzan así su capacidad interpretativa. (p. 346). Se puede deducir que toda practica está llamada a un ejercicio psicosocial que permita develar e interpretar lo que a el otro le acontece, es decir como desde la hermenéutica se evidencia maneras de pensar y de actuar siendo dos elementos importantes para poder comprender al otro desde su propia realidad. 

      En este sentido, la cuidadanía en la implicación psicosocial ha de estar centrada en unas prácticas con un alto grado de responsabilidad hermenéutico con el fin de proporcionar en los acompañamientos psicosociales el respeto por el otro dado que, no se trata de manosear la información dejando de lado el acto político y ético del mismo; en lo que sigue se brinda algunas reflexiones sobre este tema.   

     Reflexionar sobre la Ciudadanía, es hablar del cuidado del otro que parafraseando a Junco, et al.,  (2006), la cuidadanía se trata de darle lugar al otro desde su diversidad, reconocerle la vida en compleción y permite el derecho a cuidarnos y que nos cuiden, esto es  un derecho ético y político a cuidar en condiciones dignas de equidad fomentando las participaciones socio comunitarias para la emancipación de los mismos, como lo nombra Barrero (2012), en cuanto a una psicología de la liberación, que hace ruido para una implicación emancipatoria y liberadora del que no tiene voz y una psicología social que está anclada en el acompañamiento psicosocioespiritual como lo esboza el padre Vives, la Espiritualidad es vivir el espirito para estar más cercano a las personas”, una espiritualidad que se áncora a la cuidadanía y en la psicología social conectándose con el saber de las ciencias humanas y sociales, como una impronta dando lugar a otras posibilidades de relación.

    Otros grupos domésticos, otra diversidad sexual, superando la oscuridad de lo privado en su marco más clásico que es la familia, estableciendo redes de cuidado más amplias que pueden abarcar el barrio, las organizaciones sociales... Cuidadanía como una nueva forma de reconocernos como sujetos no sujetados siendo responsables de una sociedad no jerárquica que apueste por poner la vida en el centro, y es ahí donde la psicología social, la teología de la liberación, y la propuesta da la cuidadanía pretenden hacer estallar una forma de pensamiento que ciñe y nos somete a una percepción de la realidad totalmente disociada de lo que vivimos y hacemos día a día.

    En ese mismo orden de ideas, se quiere encarnar nuestro discurso en lo que somos, en lo que hacemos más allá del modelo del ciudadano de mercado atomizado que se impone. Aunque pretendan hacer creer (y muchas veces lo logren), que la mayoría de las relaciones están fundamentadas en el individualismo, eso es una falacia porque si fuera a sí ninguno de nosotros sobrevive a tanto horror neoliberal.

    Es menester que las prácticas de psicología se deben cuestionar frente al hacer, desde una mirada critica que permita la reflexión de nuestros jóvenes, comunidades, colectivos, grupos sociales entre otros, para no fundirnos en un discurso mimético como bien lo nombra Platón citado por Barrero (2012). Con relación a la mimesis, plantea lo siguiente: Vista desprevenidamente – es un bello proceso natural de fundición del Yo, en el todo.  Es un estado en el que poco existe la posibilidad de lo reflexivo y mucho menos de lo crítico.  Es una especie de encantamiento místico, en el que el sujeto desconoce su realidad concreta de existencia y su deseo se aleja de pretensiones de transformación histórica. (p. 140).

    De esto puede inferirse como un ensalmo en la que no existe la posibilidad de reflexión y mucho menos el pensamiento crítico es algo así como un obrar sin una cavilación permanente en el contexto individual, social, cultural y familiar es por ello que el acompañamiento psicosocial su plus esta en un acompañar desde el amor, pero también desde la apertura, del despertar humano como una oportunidad descolonizante de práctica foráneas que no tienen nada que ver con nuestra realidad Latina.

    La tesis que se defiende es que la cuidadanía no es una ciudadanía, ya que la ciudadanía integral como lo nombra el informe sobre derechos humanos citado por Fernández y Girado (2013), desde la cual se debe considerar que él ciudadano de hoy debe acceder a sus derechos cívicos, sociales, económicos y culturales, y que todos ellos conforman un conjunto indivisible y articulado, (p. 157).  Basta con afirmar que la ciudadanía reconoce al otro en la sociedad, y la historia lo ha demostrado que desde la ciudadanía hay una exclusión, una invisibilidad de los derechos negados, ultrajados y no reconocidos y está marcado por el mercado capitalista que deja de lado a los menos favorecidos en todas las instancias, de ahí que la cuidadanía atiza una manera diferente de reconocer a las personas en colectividad, como un estrado distinto, esto es revindicando los derechos negados a la población, A sí mismo la cuidadanía, la psicología de la liberación en su quehacer pretende robustecer las prácticas psicosociales reconociendo la voz de los que no tienen voz y de todas las demás personas que están por fuera del sistema, como una apuesta a la derrota total de prácticas nefastas que no dan el lugar y no reconocen al otro como diferente, como distinto en pensamiento, en forma y, ¿por qué no?, en las distintas estéticas que muestran los medios de comunicación sobre el prototipo de ser macho o hembra es como un encantamiento en el ideal de ser como lo exigen las sociedades capitalistas dejando de lado el valor de cada persona en su esencia y en sus valores que están cimentados en sus acciones, es por ello que la psicología social en su quehacer social pretende una humanidad humanizante donde se dé el lugar al otro como lo señaló Viveros (2016 ), “El otro se opone a ser idéntico y reclama su lugar de diferencia. Exige una ruptura con la ipseidad que he ido construyendo y me pide un paso más lejos, el acto de la proximidad. En ese instante me reconoce como posibilidad de relación. Ahí están las condiciones de reconocimiento mutuo”, (p. 5).  Reconocer al otro implica protegerlo, darle el lugar desde obras encaminadas a preservar lo bello, pero también lo distinto.

    Es por ello que las prácticas profesionales de psicología deben trascender en la cuidadanía porque esta, no excluye y sus matices están enraizados en cuidar y permitir que el otro al ser diferente forme parte de la humanidad como un componente importante para el aprendizaje y es aquí donde Levinas (2002), refiere que el ser-para-el-otro no es una relación entre conceptos cuya comprehensión coincidiría, ni la concepción de un concepto por un yo, sino mi bondad. El hecho de que, existente para el otro, existo de otro modo que al existir. para mí es la moralidad misma, (p 271), lo anterior implica,  que solo se puede ser estando con otros y esto es cuidadanía porque se está haciendo humanidad a partir de la implicación con el otro y los otros que se complementan para la evolución y el desarrollo psicosocial, como bien lo nombra Honneth (citado por Tello, 2011), al hablar del reconocimiento en la esfera del derecho refiere que: es la que procura la libertad individual de los sujetos posibilitando el libre ejercicio de sus capacidades (p, 48), y es aquí donde el ejercicio de la psicología social cobra más relevancia, debido a que dicha esfera busca la dignidad humana y el reconocimiento social como también lo hace la perspectiva psicología social  en los diferentes contextos y objetos de intervención.

    La cuidadanía en la implicación psicosocial en Colombia, tiene como tarea importante desideologizar lo foráneo como lo nombra Baro citado por Pavón (1.986), implica: Rescatar nuestra experiencia original, (p. 337), esto es un descolonizar que en el buen sentido de la palabra invita a una psicología en la cual sea pensada por nosotros mismo, a través de nuestras experiencias en las prácticas psicosociales, es dejar de limitarnos a manipular ideas ajenas que no tienes nada que ver con nuestra realidad Latina, es implicarnos como psicólogos desde una cuidadanía que permite una enfoque integral del contexto y las personas que lo habitan y es ahí donde nos invita  Pavón al referirse a la Ética de la liberación ( 2016 ), se trata entonces, “trabajando a la par de los empobrecidos (as), los oprimidos (as), las explotadas (os), de asumir el desafío de construir una nueva praxis de la psicología (…) (p. 88).  Lo anterior involucra a ser humanidad para el encuentro con el otro o con aquel que pide a gritos la lucha por la libertad de pensamiento o de otras maneras de hacer las cosas en el buen sentido de la palabra, es por ello que en palabras de Vives y González (1986), se podría decir que: el sentido de vida está en hacer humanidad a través del amor y la espiritualidad siendo el foco fundamental para crecer en humildad”.

    Las ideas de Vives y González, y enraizándolas con la implicación psicosocial sobra dejar claro que lo que se pretende con las diferentes perspectivas psicosociales es construir humanidad a través de una psicología incluyente como bien lo propone la cuidadanía que no es más que otra cosa que poner: el cuidado de la vida en el centro (1986, p.3), y eso le interesa a la psicología social la cual cobra sentido cuando se está con el otro para ser y hacer humanidad porque de lo contrario se cae en el peor error de la ciudadanía que lo que pretende es un sistema excluyente, que solo pretende abrir nuevas vías para la domesticación y para la poca reflexión. (1986, p. 1).

 

Conclusión

En este mismo orden de ideas es urgente que la psicología social se implique como bien lo nombra Ventura (2011): el orden implicado debe pues, considerarse como un proceso de pliegue y des- pliegue continuo de un espacio multidimensional, donde la estructura general de la materia implica un orden implicado multidimensional. (p. 95).

    Es un trabajar desde adentro en donde el psicólogo/a pone en su accionar su saber psicosocial pero también se implica en cada acontecer individual, social, cultural entre otros, de ahí que la perspectiva psicosocial en la impronta de los practicantes de psicología puede adentrarnos a las diferentes posturas psicológicas que pueden comprender una problemática psicosocial. Así mismo, una perspectiva social que trabaja por la democracia, la dignidad humana, y que se asuma como una apuesta por la vida, dando lugar a una psicología libertaria que permite las expresiones subjetivas de cada consultante o porque no de cada persona que se acercó en las diferentes zonas de escucha de las/os practicantes y que pusieron allí sus situaciones, angustias entre otros.  Fue allí, donde cada practicante se implicó en las historias, hechos y experiencias de cada persona utilizando diferentes herramientas psicosociales no solo para conocer al otro sino mas bien para logra comprender su angustia, preocupación o por llamarlo de otra manera su dolor y llama la atención en las experiencias de cada practicante el trabajo con el cuerpo inconsciente. Dice Barrero (2020), al hablar del cuerpo inconsciente, que: se puede entender como un conjunto articulado de dispositivos simbólicos altamente ideologizados para la naturalización, normalización y enraizamiento social de fenómenos sociales, políticos, económicos y militares potencialmente dañinos para la condición humana. Un proceso de acostumbramiento sutil para la sumisión extrema y para la obediencia ciega hacia las crueles condiciones de existencia que imponen las elites. En el cuerpo inconsciente es que se puede normalizar lo anormal ideologizado”. (p. 137).  Interpretando la postura de Barrero da lugar a que el cuerpo inconsciente es donde se normalizan las violencias, los actos crueles que permiten de algún modo la sumisión y justificación de situaciones que afectan todo un entramada emocional en las personas que acudieron a las zonas de escucha, los talleres reflexivos entre otros.

    Es posible creer que hay varias formas de expresión de la psicología latina y lo importante no es que estás sean sólo respuestas emancipadoras sino también liberadoras, debido a que la psicología de la liberación no se liga necesariamente a ideas de izquierda. Hay que pensarla desde perspectivas más democráticas, progresistas, dado que la psicología tiene que ir ganando confianza entre las personas. Esto puede lograrse, entre otras cosas, a través de propuestas como la de formular conversatorios de arrepentimiento, para Barrero ( 2014 ), “destaca el arrepentimiento como elemente importante, el mostrar formas concretas de arrepentimiento, de los responsables cómo participaron directa o indirectamente en la construcción de esta violencia política que estamos viviendo, pero lo que se ve es que no hay tales muestras de arrepentimiento al contrario lo que se hace es aumentar la polarización social, aumentar el odio y el desprecio hacia el contradictor, (…) entonces el perdón, el famoso perdón del que se habla pues se vuelve una cosa mucho más compleja porque tienen que irse dando muestras de arrepentimiento y tiene que irse dando muestras de reparación frente al daño que se ha generado”. Esta consideración de Barrero nos ofrece una idea sobre la importancia del arrepentimiento para ir desconfigurando la violencia y crear espacios para dialogar sobre lo acontecido en la historia Colombina.

     Para finalizar, toda la psicología es social y es política, no es posible sin una relación con el otro y como psicólogos/as debemos hacer una apuesta de vida que atraviese lo que pensamos, somos, decimos y hacemos, en términos de clínica, se trata de trabajar con la verdad, la justicia y la reparación, porque, el problema de la psicología no es de praxis es de imposiciones políticas y no podemos ser sólo activistas. Hay que pensar, ser, hacer y hay que humanizar la psicología por ello hay que hablar de prácticas contra el capitalismo salvaje, porque el anticapitalismo ya es suficiente de ahí que nuestro papel como psicólogos/a es ser diferentes: ayudar a que los conflictos grandes no sean manejados políticamente. En este sentido podemos contribuir a la dignificación de las personas y hay que encontrar formas de expresión que conlleven a la superación del fatalismo y es necesario democratizar el saber psicológico.

    Desde mi ventana miro a lo lejos y siento tus huellas con sabor a tú alma, que enuncian un nuevo regreso a tú casa a nuestra casa esperando tú regreso intermitente y que espera aun, un nuevo regreso.

    Esos nuevos regresos alegran no solo la belleza de tú alma sino también la alegría de mi alma que se sumerge no solo en sus perspectivas psicosocial si no también con tu presencia que me envuelve, en la fragilidad de mi cuerpo, a través de la oscuridad de la noche, y que dan luz desde la belleza de tú alma. Pero, no solo es la presencia de la belleza de tú alma, son tus huellas que encienden y han encendido en las practicas psicosociales la pureza del amor que siento por las practicas psicosociales, un amor con olor a rosas rojas que perfuman la suavidad de los hechos vividos, bajo la belleza de aprendizajes que aflora un bonito recuerdo en cada experiencia vivida.

    La belleza de tú alma, que engrandece la inmensidad de la lucha por la justicia y por la vida de cada persona, a través de sus aportes teóricos y prácticos en el ejercicio de las prácticas y esa es la belleza de la psicología que no se toca, pero se siente.

 

Referencias

Barrero, E. (2012). Psicología de la liberación. Del discurso encantador a la praxis liberadora. Ediciones Cátedra Libre.

Barrero, E. (2020). Clínica psicopolítica. Hacia una psicología de la subversión en tiempos del horror neoliberal. Ediciones Cátedra Libre.

Benatuil, D., & Laurito, J. (2015). El rol de las prácticas profesionales supervisadas en una muestra de estudiantes de psicología de una universidad de gestión privada argentina. PSIENCIA. Revista Latinoamericana de Ciencia Psicológica, 7, 397-410. doi: 10.5872/ psiencia/7.2.141

Giraldo y Fernández. (2013). La formación de una ciudadanía democrática: Una prioridad de la responsabilidad social universitaria.

Junco, C.  Pérez Orozco, A., y del Ríos.  (2006). Hacia un derecho universal de cuidadanía (si, de cuidadanía). Revista libre pensamiento, 51, 44-49.

Levinas, M. (2002) Totalidad e infinito Ensayo sobre la exterioridad. Ediciones sigueme Salamanca.

Pavón, D. (2016), Ignacio Martín-Baró: una lectura en tiempos de quiebres y esperanzas. Editorial Arlekín.

Pavón, D. (1987). Descolonizar e indigenizar: Dos tareas urgentes en el proceso de liberación de la psicología Latinoamericana.  

Tello Navarro, F. (2011). Las esferas de reconocimiento en la teoría de Axel Honneth. Revista De Sociología, 26, 45–57. https://doi.org/10.5354/0719-529X.2011.27487

Universidad de Nariño. (2014). Reconciliación y construcción de paz en el Departamento de Nariño. Conversatorio Pasto.

Vives, J. y González, A. (1986). Monseñor Luis Amigó y Ferrer. Obras completas. Biblioteca de autores Cristianos de la Editorial Católica, S.A.

Ventura, Mª C. (2011).  Reflexiones acerca de una nueva psicología del orden implicado: sistemática, fenomenológica y psicofísica.  Educación y cultura, 22, 89-98. http://ibdigital.uib.es/greenstone/collect/educacio/index/assoc/Educacio/_i_Cultu/ra_2011v/22p089.dir/Educacio_i_Cultura_2011v22p089.pdf

Viveros, E. (2019).  El dialogo como fusión de horizontes en la comprensión hermenéutica de Gadamer.   Perseitas Vol. 7.

Viveros, E. (2016).  Sobre la necesidad de reconocimiento.  Perseitas.

 



[1] Marisol Castaño Suárez. Licenciatura en Pedagogía Reeducativa Fundación Universitaria Luis Amigó. Especialista en: Farmacodependencia Fundación Universitaria Luis Amigó. Psicóloga Universidad Católica Luis Amigó. Magister en: Intervenciones Psicosociales Universidad Católica Luis Amigó. orcid.org/0000-0002-1723-0027 marisolpsicologia.especialista@gmail.com

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