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Despedida de Black Sabbath sin
“Geoff" Nicholls, su músico fantasma
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Víctor Bustamante
----- Hay una práctica medieval, oscura, áspera y, es mejor,
decirlo de una vez, una actitud demasiado avarienta para esconder a un músico,
nunca a un frotman de la vista del público en el escenario. Ya que mientras los
latidos de las guitarras cabalgan hacia el paroxismo de lo que es un concierto,
y la banda, los cuatro de la banda, se expresan dando lo mejor de cada uno, de
la mejor manera posible, entregando su talento de una manera total, además, de
público y grupo encontrar esa simbiosis que hace posible ese encuentro, en
medio del bullicio, de la algarabía de un concierto, existe en algún lugar del
escenario un músico escondido, un musico secreto, en este caso un tecladista. A
veces lo situaban detrás del telón de fondo, tras bambalinas de una pantalla de
proyección o disponiendo algún elemento escenográfico, por ejemplo, detrás de
las cruces celtas y la niebla que parece humo, pura escenografía, para que lo
cubra y lo encubra en la noche de concierto. Así, de esa manera, se elaboraba
una ocultación integral del músico fantasma, pero, eso sí, se permite la
esperada proyección del sonido con micrófonos adecuados, lo cual es ideal para
situaciones donde la presencia visual del músico, en este caso, Geoffrey James "Geoff"
Nicholls, no era deseada en
absoluto, ya que, a pesar de su talento con los teclados distraía del foco
principal a la banda inicial.
----- Mejor dicho, no lo situaron en el foso, porque ya era el
colmo de un agravio, o debajo la tarima porque sería un doble agravio. De todas
maneras, cuando se escuchaba o aún se escucha Heaven and Hell en concierto de
alguna parte del escenario brotaba el sonido de los teclados pausados y
lúgubres, dando ese toque definitivo a Black Sabbath. Pero algo no encajaba, en
ningún lugar del escenario aparecía el tecladista, menos a la sombra, aunque
era una sombra de sus amigos entre comillas, podría ser que ningún foco lo
iluminaba, pero no, de ninguna manera se podía ver ni la silueta del
tecladista, de "Geoff" Nicholls digo, eso sí, ellos de ninguna manera
iban al toque de concierto con música pregrabada, pero, dónde estaba el
tecladista’. Esa pregunta se la había hecho Wilde hacia cien años, ¿dónde está
el pianista?, lo digo porque no lo vemos, porque sabemos de su existencia, pero
su silueta, su hálito no aparece, pero sí registramos su golpeteo de las
teclas, la brillantez de su ejecución, ahí escondido, secreto, porque sus
compañeros de banda lo habían relegado, lo habían disimulado lejos de las
luces; a lo mejor, guardado en una caja oscura,
o en una más negra, en la noche de concierto, como Houdini, para que le sirviera de envoltorio o de
mortaja y nadie lo viera. No fuera que, el público expectante, se enamorara de
él, y ya lo vieran como el quinto componente de Black Sabbath. Hay una causa,
el legado anterior, los derechos de transmisión y grabación es decir los
royalties de por medio, llevan a esa impostura.
----- Me refiero a “Geoff" Nicholls, ya que su primera aparición en
un álbum de Black Sabbath fue en Heaven and Hell (1980), Mob Rules (1981), Born
Again (1983), Seventh Star (1986), The Eternal Idol (1987), Headless Cross
(1989), Tyr (1990), Dehumanizer (1992) y Forbidden (1995), además de algunos
discos en directo. Siendo acreditado como teclista a partir de entonces, aunque
sin ser incluido como miembro estable, hasta 1986. No obstante, su rol casi
exclusivo en los teclados, Nicholls tambien tocó la segunda guitarra en Black
Sabbath, durante la gira de reunión con Ozzy Osbourne en los años 90, durante
el solo de Tony Iommi en "Snowblind", y en algunas canciones durante
las giras de Headless Cross y Forbidden. Nicholls muy pocas veces se asomó
sobre el escenario con Black Sabbath, su puesto durante los conciertos se
encontraba oculto tras bastidores a un costado del escenario, como una sombra,
ya que los reflectores pocas veces lo iluminaban; eso sí, lo mordían los
aplausos lejanos en la oscuridad y, estoico, sabía que, al ser el músico
escondido de la banda, que sus compañeros los recibían con alegría y boato ante
un público que genuflexo se quemaba las palmas de sus manos por ellos. Una
excepción ocurrió en la gira de Seventh Star, donde Nicholls fue visible sobre
el escenario, otra fue durante un concierto de caridad en mayo de 1988, donde
Nicholls resplandeció como bajista.
----- Geoff Nicholls, fue teclista de Black Sabbath
durante 25 años, entre 1979 y 2004, falleció a los 68 años por cáncer de
pulmón.
----- Su
fallecimiento fue confirmado por Tony Iommi, a través de redes sociales:
----- Me entristece
profundamente la pérdida de uno de mis amigos más queridos, Geoff Nicholls.
Llevaba un tiempo sufriendo cáncer de pulmón y perdió la batalla esta mañana.
Geoff y yo siempre hemos sido muy cercanos y él ha sido un verdadero amigo y me
ha apoyado en todo momento durante casi 40 años. Lo extrañaré mucho y vivirá en
mi corazón hasta que nos volvamos a encontrar.
Descansa en paz, mi
querido amigo.
Tony
----- Ozzy Osbourne
también publicó un recuerdo de su colaborador de toda la vida:
Geoff Nicholls fue un
gran amigo mío durante mucho tiempo. Lo extrañaremos muchísimo. La noticia me
entristece mucho.
----- Igual actitud fue la del bajista Geezer
Butler:
Me entristece mucho
saber del fallecimiento de mi viejo amigo y teclista de Sabbath, Geoff
Nicholls. Descanse en paz, Geoff.
----- A pesar de los
afectos en su despedida a “Geoff" Nicholls, nunca dejó de ser un Músico
Fantasma, ghost musician, lo cual denota y describe a un artista o productor
que colabora a crear música para otros, que no recibe crédito público por su
trabajo. Estos músicos también pueden componer, escribir letras, producir,
arreglar, mezclar o masterizar canciones completas o partes de ellas. A cambio
de su anonimato, los músicos fantasmas suelen recibir un pago único o regalías
silenciosas. Los acuerdos varían mucho, pero el objetivo es compensarlos por su
trabajo, eso sí, sin darles reconocimiento público.
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Un
músico fantasma con su talento creativo y técnico maniobra tras bambalinas,
permite que otros artistas brillen con música que, en gran parte, fue creada
por ellos. Es una parte importante y a menudo invisible del funcionamiento de
la industria musical actual.
----- En este
contexto, el instrumentista o vocalista graba partes musicales para un artista
o una banda, pero su nombre puede no aparecer en los créditos del álbum o sencillo.
Esto puede ocurrir por diversas razones, como acuerdos contractuales, la
necesidad de un sonido específico que el artista principal no puede producir. A
menudo, estos músicos son pagados con una tarifa única y renuncian a cualquier
derecho de autor o regalía.
----- El guitarrista Jamie Mallender nos da
una reflexión sobre su amigo Geoff:
“Cuando era
adolescente y de repente solo me interesaba la música, Ozzy Osbourne era
solista y Black Sabbath tenía a Tony Martin como vocalista y, por supuesto, Geoff
Nicholls era el invaluable extra entre bastidores. Así que, para mí, así sonaba
Black Sabbath. Temas como "El Resplandor" y "Cruz sin
Cabeza", resplandecientes con el brillo que la musicalidad de Geoff
aportaba a la banda, siempre sonaban en mi estéreo por aquel entonces. Descubrí
el resto del material de Sabbath más tarde. Así que, para mí, formar parte de
una banda con Tony Martin y Geoff Nicholls y estar ahí arriba, tocando esas
canciones de gira por escenarios de todo el mundo, fue como un sueño hecho
realidad. Dicen que nunca debes conocer a tus héroes, y yo he conocido a muchos
de los míos, incluso he trabajado con algunos. Pero puedo decirte con
sinceridad que conocer y trabajar con un Geoff fue
un verdadero placer. Geoff era un tipo bondadoso y de gran corazón, un gran
blandengue. Amaba la música y le encantaba hacer reír a la gente. Las bromas
parecían no parar; era el alma de la banda y, si no bromeaba, nos contaba
alguna de sus muchas anécdotas de gira. A veces me moría de ganas de que se callara
porque me dolía el estómago.
----- La gente suele
pensar en Geoff como un teclista, pero en esencia, era músico. Podía tocar un
montón de instrumentos, cantaba, tenía un oído increíble, era un gran
compositor; y todo lo hacía con una humildad entrañable. No importaba con quién
hubiera trabajado, él era simplemente Geoff”.
----- Una de esas
anécdotas refiere que Geoff, se aburría mucho detrás de las cortinas en pleno
concierto, también se deprimía, por estar a la sombra, y lo compensaba fumando
como un loco en plena oscuridad. A veces se asomaba tras el telón para mirar a
sus propios compañeros de banda y, sobre todo, al público exultante envuelto en
una nube, ya real, de humo sagrado. Otras veces se mezclaba entre el público,
mientras dejaba las teclas del piano con solo dos o tres variaciones de notas largas,
fúnebres, de una manera automática, para luego regresar a su urna. Llegó tantas
veces a sentir su papel de músico fantasma que se obsesionó con El Fantasma de la Ópera con Lon Chaney,
aunque le era infiel con El Fantasma del
Paraíso de Brian de Palma.