COLOMBIA: SU
VERDADERA UBICACIÓN POLÍTICA HOY
Darío Ruiz Gómez
18.677 niños fueron reclutados por las FARC, violados, sometidos a prácticas médicas aberrantes, humillados, colgados de su cuello, mutilados,
convertidas las niñas en esclavas sexuales de esta tenebrosa organización criminal que
disfrazada de Nueva Marquetalia y de las
Disidencias continúa impertérrita cometiendo crímenes de
lesa humanidad en medio de las llamadas mesas de Paz presididas por renovados sanguinarios en una parodia de justicia cuya finalidad
última es la de humillar a las instituciones de justicia universal, amedrentar
a jueces y magistrados hasta hacerlos
caer en el más deplorable de los silencios demostrando que “la justicia ha
sido politizada”. En la t.v hace unos
años escuché y vi a estos asesinos confesar – sí, los seis Comandantes del Secretariado que son
muchísimos más en realidad - sus atrocidades y pedir hipócritamente perdón a sus víctimas pues tal
como lo dijo una dicharachera Magistrada de la JEP, la condena de estos
bandoleros requeriría de algunos años. Es posible que esta intempestiva
declaración de la JEP se deba al temor de que ya la ciudadanía está cansada de
sostener económicamente a esa fantasmal burocracia o que ante la esperada
impasibilidad moral con que los medios, las instituciones, han acogido estas esperadas condenas, como en
las llamadas sociedades delincuentes,
permanezcan de nuevo impasibles hasta que las
otras noticias las conviertan en periódico de ayer. ¿Podrá pronunciarse
al respecto la Corte Penal Internacional y dar a conocer al mundo civilizado la
dimensión de una brutal agresión al ser humano, la farsa de una supuesta Paz que dejó a estos verdugos
y verdugas ganando altos sueldos en el
Senado y el Congreso, gozando la vida como unos repulsivos nuevos ricos? Alguna
justicia debe por fin reconocer que los derechos de las víctimas están por
encima de las perversas concesiones a estos asesinos.
“Llevo diez paros
armados del ELN sin que el actual gobierno se acuerde de nosotros” reclama el
Alcalde de un pequeño pueblo del Chocó, ante el nuevo confinamiento total de
más de 41.000 habitantes que deben mantenerse dentro de sus casas sin poder
recibir ayudas en alimentos, desplazarse hacia escuelas los niños, buscar
medicamentos. El Paro anterior como lo reseñé en su momento, obviamente mostró los grados de increíble
inhumanidad del ELN, este historial de madres indígenas destrozadas por las
minas antipersonales, de ancianas muriendo de hambre, de enfermos sufriendo por
falta de medicinas, de destrucción de la naturaleza. Como desde una panorámica que se abre y de
repente nos permite observar un vasto escenario de miseria, de esclavitud,
mientras los ríos y quebradas se salen de madre y las casas de madera
desaparecen bajo el agua, lo que nos
conmociona es un espectáculo copiado de las tragedias de un pueblo asiático o
africano que hoy presenta a Colombia ante el concierto de las
naciones civilizadas como una sociedad ya
no solamente insensible sino indecente, con una Iglesia cuyo silencio es más que
cómplice, con la caricatura de unas minorías cultas que con la clase política lo único que hacen es mirarse el ombligo. ¿Podrá esta situación
de absoluta inmoralidad seguir en su
inercia ahora bajo el nuevo Orden
mundial que se abre con el apabullante triunfo de Trump? No olvidemos que Petro
nos sacó de la Civilización Occidental y nos inscribió en el Eje del Mal, China, Rusia, Irán, Cuba,
Venezuela, México, Nicaragua o sea de la
justificación del terrorismo, de la extinción
de los “infieles” y por lo tanto de la
desaparición de la justicia y su sustitución por títeres disfrazados de
Magistrados, tal como ilustra Maduro. 18.677 niños sacrificados ¿Y lo que resta de las atrocidades reconocidas
en el Informe de Roux, miles de ganaderos asesinados, de desaparecidos, de
crímenes selectivos ¿Cuándo serán condenados públicamente estos mismos asesinos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario