viernes, 22 de diciembre de 2023

¿ A CUÁL CIUDAD ESTAMOS REGRESANDO? / Darío Ruiz Gómez

 


¿ A CUÁL CIUDAD ESTAMOS REGRESANDO?

Darío Ruiz Gómez

A medida que vamos conociendo la terrible dimensión  de los delitos  de los cuales se señala  a  Quintero y sus colaboradores(as)  no salimos del asombro de que tales desmanes hayan estado prácticamente  sucediendo ante nuestros ojos y  ante la supuesta fiscalización  de  los Entes de Justicia  que no profundizaron  en cada uno de  estas denuncias;  delitos cometidos en medio de un carnaval  de irresponsables que convirtieron el presupuesto municipal en un derroche  de malversaciones  amparados en su condición de jóvenes que habían sido  ungidos  por Petro para  “condenar la corrupción imperante” y terminaron  deslumbrados  por los viajes de turismo, los vehículos de lujo, las grandes comilonas.  Toda una comedia de Almodóvar.  O sea  una demostración de plebeyismo delirante teniendo en cuenta sus orígenes sociales de clase media o clases populares cuya representatividad reclamaban y a la cual rápidamente traicionaron porque el hecho es que cuando  ahora cesa su gobierno estos  muchachos(as) ya no pueden volver al barrio, ya no pueden recorrer  a pie las calles tanto es el odio que las gentes sienten por ellos(as). Y la mejor demostración del buen gobierno  es la de  que el gobernante pueda   seguir confundiéndose en la calle con una ciudadanía satisfecha.  Convertir  la Alcaldía en un búnker  y no volver a tener  la experiencia de  la ciudad fue entonces comenzar a desconocer los cambios que  iba  acusando la vida cotidiana, las transformaciones  que  en lo referente al uso del espacio suponen  los refugiados  venezolanos, los extranjeros que al escoger Medellín como lugar de residencia  han planteado  radicales  modificaciones   respecto a  la idea de ciudad. Además de las  lógicas transformaciones causadas  por los desplazamientos internos de población   lo cual implica la necesidad de un reconocimiento inmediato  de esa nueva ciudadanía, un concepto diferente de los territorios, de los barrios dentro de los barrios que replantean la cartografía de lo que hemos venido llamando Comunas.

¿Cómo enfrentar esta problemática  sin una teoría urbanística de aproximación o sea sin una idea de ciudad acorde con estos shocks culturales?  Lo que hace veinte años llamábamos la necesidad de releer la ciudad,  de no confundir el  maquillaje de los espacios y zonas verdes con el verdadero urbanismo que acepta con los instrumentos teóricos debidos la complejidad de la problemática de una ciudad cuyos  bordes tal  como se demuestra en el traslado de población de  El Poblado hacia Oriente  son otros  y habría que haber planteado a tiempo un Área Metropolitana  para evitar  el caos que está causando la conurbación propiciada por los  “urbanizadores de lotes” que destruyen  sin cesar el medio ambiente y nos recuerda en este momento que el juicio a los malos funcionarios que saquean las arcas de una ciudad es el derecho de los ciudadanos  a defender su ciudad  reapropiándose de sus espacios, devolviéndoles el significado que borró el atropello de las estructuras criminales, la nueva y salvaje especulación eufemísticamente calificada como “gentrificación”  Esta banda de jóvenes salidos de no se sabe qué organización capaz de darles 100. 000 votos  más que su contrario  ha sido la encargada de desacreditar la imagen de la juventud como la de una energía moral reacia a la falsedad, a la corrupción. ¿Qué ciudad se ha entregado al nuevo Alcalde?  Ojo: De los delitos como el amiguismo o el tráfico de influencias  sólo se salva el gobernante que gobierna para y con los ciudadanos desde el vendedor ambulante hasta el empresario, el gobernante que escoge a los más indicados(as) y trata de hacer realidad la ciudad que,  como un anhelo, todos llevamos dentro.

    

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