domingo, 10 de diciembre de 2023

A LAVARSE LAS MANOS / Darío Ruiz Gómez

 


A LAVARSE LAS MANOS

Darío Ruiz Gómez

Apenas ahora el Presidente Petro y sus colaboradores han comenzado a darse cuenta de que fue prematuro empezar una mesa de conversaciones con las FARC y con el ELN luego de que inconsultamente  reconociese como su portavoz en la Mesa de Conversaciones con el ELN a Iván Cepeda  Jefe,  desde hace años de las FARC  y que el Partido Comunes, las mismas FARC fuese encargado de vigilar los acuerdos de Paz en los territorios nacionales o que una Comisión de Leyes agrarias presidida por las mismas Farc sea la encargada  de dar continuidad al llamado por los teóricos del nuevo populismo, “La Paz Total”. Que,  fue contando con nuestra Iglesia de Puebla  presidida entre otros por auténticas joyas  como Monseñor Darío Monsalve, Monseñor Henao, el Padre Francisco de Roux y los Arzobispos de Medellín, Apartadó,  Quibdó, Itsmina ,etc  quienes  han insistido   a pesar de los Paros Armados, de los brutales  desplazamientos de comunidades étnicas en el Chocó , del contrabando de oro y de maderas finas  por parte del ELN  de que en esta  opresión  contra comunidades indefensas  el único culpable es el Estado según célebre  misiva a todos los fieles. Un despistado muchacho cercano a Darío Monsalve es nombrado Comisionado de Paz sin contar con la formación necesaria para ello ni la estatura moral que debe tener el supuesto  representante de una  sociedad ofendida ante quienes como el mismo Presidente lo ha  reconocido  “dicen que son guerrilleros cuando son mamertos  vestidos de narcotraficantes” refiriéndose a las Disidencias.  No hay que referirse en este caso a la manifiesto déficit moral   de este histriónico   funcionario  cayendo de desacierto en desacierto sino a una propuesta sin fundamentación jurídica alguna para hacer claridad sobre lo que debe ser penalizado y lo que puede ser redimido socialmente. ¿Quiénes debieron hacer con antelación  esta claridad?

Con su implacable y oportuno análisis de la “revolución cubana” saludada entonces  por  la progresía mundial, René Dumon en “Los guerrilleros al poder” – tal como K.S. Karol-  diseccionó a los extremos de barbarie a que se puede llegar cuando una sociedad es tomada por azarosos analfabetas convertidos en funcionarios  a “nombre del pueblo” y que  ocuparon  descaradamente  la dirección de la economía,  la Salud Pública, los Ministerio  de Vías públicas  y de Ciencias incluso, suplantando a los  técnicos y especialistas tal como  sucedió cuando  Chávez expulsó  a los técnicos de petróleos, a los economistas y nombró en su sustitución a analfabetos activistas leales a su  Régimen. Estas chambonadas llevan a la destrucción  de toda una nación  hasta que por un inesperado giro de la historia sus falacias  tal como hoy está sucediendo con la reacción de los sectores democráticos, llegan a  mostrarnos   el verdadero rostro de sus inventados héroes: no era Tirofijo el apóstol de los campesinos olvidados  según Arturo Alape  sino lo que realmente nos ha mostrado este grotesco  bibelot  enriquecido como sus otros gerifaltes con el sufrimiento del pueblo, el Iván Mordisco a quien encubrieron  con oraciones y salmos, panegíricos  periodistas e intelectuales abyectos,  mostrándolo como un Salvador  cuando en realidad  igual que  Beltrán o García o Violeta o el camarada del grupo que secuestró a Mane  Díaz son unos delincuentes rasos. ¿Quiénes responderán por esta indignidad jurídica, por esta humillación a la Justicia?  ¿Quiénes fueron los Magistrados que dieron su aprobación para que el ELN siguiera  secuestrando?  Porque es todo el País el  que está secuestrado. Considerar  como político lo que hace rato pertenece a la patología, lo he dicho, ha conducido a estas esperpénticas situaciones. “Se perdona, recordemos, al pecador pero no se perdona el pecado” La liberación de Mane  adquiriría sentido pleno si se hubieran liberado a la vez los otros treinta secuestrados, si a priori se hubiera condenado  por parte de la Justicia  el atroz atentado contra el ser humano como lo es el secuestro.

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