miércoles, 12 de octubre de 2022

¿QUIÉN PODRÏA DECIRME ALGO SOBRE MEDELLÍN? / Darío Ruiz Gómez


 ¿QUIÉN PODRÏA DECIRME ALGO SOBRE MEDELLÍN?

Darío Ruiz Gómez

Es verdad que antes del largo confinamiento de la pandemia  estaba el hecho de que  sufríamos  la crispación del espacio público  con cifras escandalosas  de  asesinatos en un año y formas de crueldad cada vez más desusadas  respecto a anteriores formas de violencia que atentaban contra la conquista del espacio público y sentían los ciudadanos que las conquistas que se habían hecho para afirmar  la convivencia se estaban yendo al traste,  acompañadas  de  la privatización creciente  de los espacios  cívicos, la desaparición de ese núcleo cultural, de memoria personal y familiar que es el barrio porque desde la llegada de Quintero a la Alcaldía sentimos que entrábamos en lo que se llama un interregno o sea a vivir sintiendo que de improviso las normas cívicas que permiten el intercambio social, la humanización de los territorios con políticas de integración social, impidiendo la violencia de los desplazamientos urbanos como expresión de una nueva forma de especulación urbana; iban  desapareciendo ante lo que llamaría una “despreocupación” de esta Alcaldía  atenta más por la imagen publicitaria  personal del mandatario que  a enfrentar debidamente estas urgentes problemáticas, esta nueva fractura social propiciada por la masiva migración venezolana, costeña, del Chocó que ha ido asentándose sin regularización alguna   en la marginalidad y bajo las estrictas leyes impuestas por el crimen organizado confirmando las afirmaciones  de Mike Davis  de que en estas marginalidades crecen y se afirman bajo este tipo de organizaciones otras ciudades distintas y diferentes entre sí, desmembradas del antiguo concepto de Centro hegemónico cuyo significado simbólico  ha desaparecido por completo . Después de este penoso encierro fuimos sabiendo de una ciudad donde ninguno de los gravísimos problemas viales fue resuelto y donde como lo describió magistralmente Spitaletta el Centro se ha convertido en un apestoso muladar. Y si hacemos un tour por los barrios podemos constatar los grandes arrume de basuras, las calles llenas de huecos y las gentes padeciendo las torturas de los delirantes trancones vehiculares con cientos de accidentes y muertos, con los peatones dejados a su suerte y con la prostitución y el comercio sexual desbocado, amén del ostentoso fracaso de interconexión de los distintos sistemas de transporte. Tenemos entonces no a un gobernante sino a un actor que representa un papel que otro le ha escrito.

Quintero ha estado siempre en otra realidad y tal como lo califiqué él ha sido el comandante de una operación Caballo de Troya mediante la cual Petro logró introducir en el gobierno de Medellín personajes claves para la campaña en la cual continúa y para “el futuro gobierno de la Medellín” ¿Un Alcalde que no gobierna porque está viajando por órdenes propias o requerimientos del Sr Presidente? ¿Nos ha informado la Comisión Electoral de la creación de un Partido Político llamado MIN y del cual no conocemos sus estatutos pero que actuó abiertamente en la campaña de Petro? ¿Cuánto ha costado a los ciudadanos la permanente asesoría política del partido español de extrema izquierda Unidas Podemos?  Después de ser destituido de su cargo Quintero viajó a Washington con una corte de amigos para presentar su caso ante la Corte Penal Internacional ¿Cuáles fueron los costes de este fracasado viaje? Quintero nunca ha estado aquí como lo comprueba ese desplazamiento aéreo de 9.000 kilómetros para verse en Europa unas horas con Petro. ¿No necesitamos la verdad sobre sus asesores de Comunicación en la tarea de difamar al entonces candidato Fico Gutiérrez?  Y los “delegados” suyos en importantes reuniones como la de Seguridad sobre el Bajo Cauca?  Alguien muy poderoso le permite estos deliberados desafíos a la  autoridad.  Sabemos que Quintero será una importante figura del gobierno de Petro pero le falta un año de gobierno y la ansiedad por estar en Bogotá le está trayendo más graves y mayores errores de los cuales nadie lo podrá exonerar

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