domingo, 5 de diciembre de 2021

Poemas de Raúl Mejía

 





Poemas de Raúl Mejía

EXPECTATIVAS

 

1

 

La decadencia, al margen de ser inevitable,

confiesa sin restricción sus propósitos.

“Agua” proclama sedienta madre

y quien eres, ad portas de semejarla,

arrastra gotas hacia sus labios.

Decadencia, excelente asesora del derruimiento,

te has vuelto especialista en escalofríos:

“sí llaman”, “sí vienen” … Terapias del horror

pasean sobre recintos apenas iluminados.

Algo ha de perderse al atravesar límites,

no tiene sentido acarrear lastres hostigantes;

sedosa arena, olas tatuándose de azul,

indeciso placer si persisten penumbras.

Tras alucinante viaje regresa a casa el hijo,

calor adicional ante sedentarios hastíos.

Y luego … Decadencias del afecto, silencio, vacíos.

 

   

2

 

Brumas desdibujan soledad de distantes edificios,

frío estremecedor, versículos a la intemperie.

Decenas de golondrinas parecieran urdir colmenas,

veloces y aleatorias tras deslices de lluvias.

Calma, menor dosis de culpa tras íntima diatriba,

-faltan jueces para dirimir historial de nostalgias-;

brumas, también, distorsionan crecientes espejismos.

Cubierto, antaño era retar inviernos, soles,

praxis de autos, calles, demoliciones en ciernes.

“Habrá torres nuevas el próximo año”, piensas,

al tiempo que apagan fuegos emisarios de la muerte.

“Irse pleno de sencillez y alegría”, caramba,

aquel joven sumó a su sensibilidad intensos misticismos.

Sosegadas brumas se citan para tomar café …

 

 

3

 

A diferencia de Pessoa: que no cesen mis viajes,

sea entre preces, plegarias acontecidas de hipocresía,

allende atributos de torpeza, huésped penumbroso,

no cesen viajes en paralelo a otros deseos.

Sólo ir, piel de áspid hacia el fulgor,

partícipe en coros, rocíos, iris alrededor.

Una vez allí, negarle susurros a la muerte,

(ella sabrá dejarme a solas con la alegría).

Páramos, playas, gramas donde almas pacen:

tendré tiempo para ustedes, mis viajes detenidos.

Sé que falta poco para ejercer dosis de levedad.

 

 

4

 

Antes, si, portal sinuoso hacia exhalaciones,

modesta camiseta ante intemperie de escarchas.

Tremenda delgadez, anunciados fantasmas

jugando al azar sobre siniestras especulaciones.

Estuve cerca, recuerdo nido, furtivas alas,

desde allí prados escasos de huellas,

no sé ahora, obsesiones rastrean hastíos.

Iré de nuevo, siempre, Edipo sin lazarillo,

-dudo de dádivas maternales, no es eso-

sabré acrecentar dosis de melancolía.

Antaño, corazón extraviado entre crepúsculos …

 

 

5

 

Regresivas ideas, damas, extraviados.

Regresivas nubes también, siluetas.

Retengo aplazada caminata, duerme quien saldrá conmigo.

Ha rato, sujetos o libres,

corretean mascotas mientras no decido si lanzarme

o proseguir hacia otras bitácoras.

-Tonto sentarse ante escasos, leer, hablar,

desconfigurada atención sin ánimos de significantes.

Atractivos, empero, sala en penumbra, cadáveres vistosos,

truculencias nostálgicas al borde del hallazgo;

por lo demás, pérdida de tiempo, fastidios poéticos:

“estamos a años luz de un poeta como Trakl”, concluyo.

Domingo, llevan viandas y ropa limpia a las cárceles,

nadie se asoma a tu cenizario, padre,

y los otrora amigos organizan festín de carroñas.

Regresivas depresiones roen hasta los huesos …

 

 

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