DELEUZE: LITERATURA Y
EXPERIMENTACION
Antonio Arenas
1. La literatura es la vida.
Gilles Deleuze, consideró la literatura como algo
fundamental en su pensamiento filosófico. La filosofía mantiene una relación
esencial con la literatura. La literatura es la vida, la literatura es salud y
no es un veneno para el espíritu y el cuerpo. “El escritor como tal no está
enfermo, sino que más bien es médico, médico de sí mismo y del mundo”. El escritor
cumple una labor médica, la escritura funciona como remedio para los venenos y
males del hombre. La literatura es una iniciativa de salud. La escritura es un
lugar de cruce entre la literatura y la filosofía. La filosofía con Deleuze logra
un estatus semejante al de obra de arte, a ser pensada como una labor similar
al arte. Sacher – Masoch, Marcel Proust,
Henry Miller, D.H Lawrence, Thomás Hardy, Levis Carroll, Emilio Zola, F.S
Fitzgerald, Samuel Beckett, Frank Kafka, William Burroughs, etc. Fueron sus objetos
de estudio y experimentación en la filo - literatura y en la multiplicidad de
su filosofía. Proust y los Signos, Presentación de Sacher- Masoch, Kafka y la
Literatura Menor, Lógica del Sentido, El Anti-Edipo, Mil Mesetas, Critica y
Clínica etc. Estos textos constituyen su legado en el estudio de la relación
filosofía y literatura. La literatura, como una de las “bellas artes”, impactó
en su pensamiento y específicamente para establecer la idea fundamental de que:
“pensar es crear”. El escritor establece diversas formas de pensamiento que se
conectan con la vida y en la escritura solo puede haber una cosa. “Experimentación-vida”.
Deleuze nos dice siempre que, la principal forma de acercamiento que se puede
hacer a una novela, novela corta, relato, cuento o poesía es desde “la actitud
de experimentador”, en lugar de intentar comprender o interpretar un texto. “El
elemento creativo y experimentador es esencial tanto en los libros de
literatura y artísticos, como los filosóficos”. El acercamiento o encuentro con
ellos es aquel que acoge la misma manera con que han sido creados. “Un proceder
creativo y experimentador, ya que un libro no tiene objeto ni sujeto, este
hecho de materias diversas formas, de fechas, velocidades muy diferentes…Un
libro es una multiplicidad”. La literatura como una composición es una experimentación.
Escribir es construir, es crear, es pensar. La literatura rebosa la realidad acabada,
inventa otros sentidos, otros valores. Fuera del “goce estético”, el novelista
produce sensaciones y establece múltiples maneras de conocer el mundo, inventa
mundos posibles. La literatura es una “creación artística”, mediante el uso de
las palabras y la fijación de frases, con el uso adecuado de un nuevo lenguaje inexplorado.
La literatura está en relación con la vida y es una forma de potenciar la vida.
No es que la literatura piense menos que la filosofía, sino que piensa por afectos
y perceptos. Escribir es un proceso de la vida, que traspasa lo vivido, lo
desborda, más que estar en mundo, devenimos con el mundo. Ahora bien, “la vida es el nombre genérico del
movimiento que escapa a toda representación. Es lo que nunca termina de
metamorfosearse, sin evolucionar jamás verdaderamente. En ella, los momentos
más negadores del punto de vista de la representación contiene mayor vitalidad”.
La literatura, como proceso puede expresar la vida, que deviene lenguaje y
agita la lengua mediante una composición literaria o filosófica. Por eso la
literatura es un acontecimiento. El lenguaje literario es un acontecimiento de “creación
artística”. Deleuze nos indicaba: “Un gran novelista es ante todo un artista
que inventa efectos desconocidos o mal conocidos y los saca a la luz como el
devenir de sus personajes”. El literato esta unido a los filósofos en la
resistencia contra el poder, contra todo lo que impide vivir, soñar y construir
nuevos mundos, nuevas formas de ser en la tierra. La literatura constituye
condiciones de posibilidad del devenir de los pueblos, de otros pueblos, de
otras tierras por venir, de ser diferente de lo que es el mundo cotidiano. Empero, “No se está en el mundo, se deviene en
el mundo, se deviene contemplando, todo es visión, devenir, se deviene
universo, devenir animal, vegetal, molecular, devenir cero”.
Si la filosofía nos permite pensar de otro modo, la
literatura nos permite percibir y sentir de otro modo fuera de la vida real,
inventar mundos posibles. Las novelas y los cuentos como creación “artística”
literaria, les corresponde el uso del lenguaje y bajo la palabra oral, la
escritura, la literatura y el acontecimiento está el arte de crear nuevas cosas.
Los escritores marcan sobre una superficie, por eso el lenguaje escrito crea
algo nuevo. El novelista, el cuentista, el poeta, transfigura el lenguaje en el
que escribe y renuevan lo que nunca había sido dicho. Se crea un mundo no
actual, sino posible. El mundo del escritor es un mundo posible, creíble y
vivible. La literatura trata los problemas de la vida y es pensando la vida que
se realiza la “creación artística”. La novela y los cuentos potencian la vida y
son útiles para la vida. Para un filósofo como Deleuze, el escritor tiene como
propósito mostrar el devenir de sus protagonistas, las frustraciones y
derrotas, sus éxitos, los rompimientos, las grietas. Toda novela, cuento,
relato, poesía, nos abre mundos posibles, encuentra líneas de fuga, abre
puertas y ventanas para reformular nuestras vidas. No hay ningún iluminado, la
tarea del novelista es abrir ventanas, demoler paredes para atreverse a ver el
mundo de diferente manera. Todo lo que se puede escribir no debe silenciarse
deberá decirse a través de la literatura. Es por eso por lo que el “acto de
crear” y el “acto de pensar” son la misma cosa. La filosofía es un modo de pensar
que se distingue de la literatura por crear e inventar conceptos y ejercer la
crítica. La creación de conceptos o inventar conceptos se realiza en un plano
de inmanencia, referido por la imagen de lo que significa pensar y crear. En
filosofía se enfatiza más en la medida que el concepto alcanza o llega a
posicionarse y plantearse a sí misma. La filosofía crea nuevos pensamientos de
lo que significa pensar y en ese sentido no se separa de la crítica. La
literatura le da forma a lo vivido, a lo venidero, escribir es un proceso de la
vida, que traspasa lo vivido, lo eventual, un proceso con devenir múltiple, más
que estar, devenimos. Se experimentan visiones creadoras y trasformadoras de
todo. Deleuze aseveraba que: la literatura deviene en una lengua extraña que
irradia sensaciones, cuya lectura nos trasforma, llevándonos más allá de los
afectos y las percepciones cotidianas. La literatura es un acontecimiento de la
vida al igual que la filosofía. El novelista atisba la vida en lo vivido. Los
literatos son como los filósofos en este aspecto de atisbar la vida. En
literatura vale el grito Deleuziano: “Experimentad no interpretéis jamás”. El
escritor es un personaje que se edifica y excede a sí mismo en el modo
característico que asume el proceso de la escritura, experimentando la vida en
su estado puro de extrañeza, siguiendo sus instintos fundamentales, sin
referirse a su conciencia, viviéndonos conscientes de las anomalías de la vida.
Cada escritor nos enseña a leer la vida, por eso nos dice: “Aprendo palabras
nuevas para contar una historia, una historia alterada, expandida en la
repetición. Modifico mi forma de pensar, de expresarme. Intento otra sintaxis,
otros tonos, otros timbres de voz; decido el acento de las palabras, hago
inauditas las construcciones de las frases. Práctico hasta dominar todas las
variantes fonéticas de la lengua, sus dialectos”. Toda novela cuenta una
historia y en la novela le deberá pasar algo a sus personajes. Para Gilles Deleuze
la experimentación reside en “una relación minuciosa con los estratos, que
permiten liberar las líneas de fuga, hacer pasar los flujos conjugados,
desprender intensidades continuas…En este sentido el deseo quiere más
conexiones y agenciamientos”.
2. Experimentando
con Deleuze (Ensayar con el límite de posibilidades de
la novela corta Bartleby, el escribiente, de Herman Melville)
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