domingo, 5 de septiembre de 2021

SOBRE LA IMPUNIDAD MORAL / Darío Ruiz Gómez

 


SOBRE LA IMPUNIDAD MORAL

Darío Ruiz Gómez

Si algo define el rechazo que se está dando hacia la clase política hoy en muchos países y por supuesto en Colombia es el cuestionamiento que la ciudadanía  hace al concepto  de  representatividad;  reacción que puede comprobarse  en la altísima abstención electoral en Estados Unidos  donde ha  alcanzado  el 55% y en Colombia donde estas cifras han sido más altas. Un ejemplo: el debate sobre la representatividad de las llamadas minorías étnicas, sexuales, religiosas que  en lugar de debatirse  con la necesaria  participación de la opinión pública  por el contrario y mediante componendas fue impuesta  de manera unilateral,  buscando objetivos claramente electorales, esto,  cuando los llamados Partidos tradicionales han demostrado ser  estructuras de poder burocratizadas,  sin contenido alguno democrático, con  dirigentes   inamovibles que solamente están interesados en ganar unas elecciones y no en resolver los  graves problemas de salud, educación, seguridad, de impedir que la Justicia se desnaturalice al enfrentar a los verdaderos autores de la violencia, y , sobre todo de proponerle a los colombianos  un proyecto necesario  de país: ¿Qué es hoy Colombia y qué somos los colombianos?  Pregunta que en  medio del  descrédito de la política  se formularon  los grandes pensadores en 1898 respecto a una España invertebrada, España como problema, tal como lo propone Ortega y Gasset,  y que de salida los lleva  a la tarea primera  de adentrarse en el hondo tesoro de los pueblos ignorados, de las culturas vejadas, de culturas orales que resistieron la mediocridad impuesta por la politiquería, por el caciquismo,  Unamuno, Ortega, Manuel de Falla, Antonio Machado, Azaña recuperaron  el rostro fresco de una tradición popular que se necesitaba para emprender una renovación de la cultura política en España. Un país es un destino, pero para otros, tal como lo seguimos viendo a través de las bancadas de la “Oposición”,  parece ser la tarea permanente de desintegrar  nuestra  sociedad  para  imponer  una sociedad de esclavos políticos y para que reine la impunidad. La voluntad de llegar a reconocerse en  un país real a partir de la diversidad de sus regiones, de sus etnias,  fue igualmente  la  vocación  de nuestro Humanismo del siglo XIX y está presente en  los  fundamentos jurídicos de  nuestra República al cual  debemos la existencia de una vigorosa tradición civilista  negada empecinadamente por los defensores de la “cultura  científica y de masas” La Pandemia al recluirnos, repito,  nos ha permitido ver bajo una nueva perspectiva,  el abismo profundo que  continúa separando  al llamado país político del país nacional. La diferencia que se ha establecido entre el llamado “país nacional bogotano” y el país  real, ya que desde Santos ese país nacional bogotano nunca había sido  tan absorbente, nunca llegó tan lejos en volver  espectral al país de las regiones, del pluralismo cultural. ¿A quién representa entonces esa suma desconsiderada de falsos representantes ante las Cámaras y el Congreso;  al Centro o a las periferias? ¿A quién pueden representar los Verdes o los Comunes, el Polo?

Colombia como problema que exige respuestas ha sido a lo largo de nuestra historia un reto moral que desde los grandes pensadores liberales y  conservadores ha permanecido abierto para quienes lo han sentido personalmente como un dolor que no cesa en su búsqueda  de contar con una nación y una patria: Caro, Uribe Uribe, Súarez hasta la Generación de 1939, los Zalamea, Silvio Villegas, Alzate Avendaño, Gabriel Turbay, Lleras Camargo, Armando Solano, Silvio Villegas, López de Mesa, Fernando González, Baldomero Sanín, Germán Arciniegas, Caballero Calderón  y después  Hernando Téllez, Morales Benítez, y un pensador universal, Gómez Dávila, etc. Proyectar, como recuerda Goethe, desde la perspectiva de lo universal  la importancia de la aldea  planetaria. Este es el reto de quiénes creen y aspiran a la democracia para  convertir la nación en un diario plebiscito tal como lo pedía Renan.    

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