El frágil
juego de un alquimista...
Saúl Bustamante C.
A Margren
Abrázame, le dije una vez más.
Esperé a través de los días, después de una
aventura, cuando anduvimos contagiados de ausencia,
En la noche embrujada con palabras e iluminados
hechos,
El agua tibia coincidió con la calidez de los
cuerpos, sus dedos en geométricas caricias circulares como frotando su
sensibilidad tras la esperanza de evidenciar las hipocresías recurrentes para
contagiar abruptamente la intransigencia y el desamor.
La teoría en práctica creó revuelo cuando
manipular el proceder advertía cualquier error...
Soy paciente,
Soy creyente,
Soy complaciente,
Soy humano,
Soy buen escucha,
Soy un creador
Soy analista
Soy un poco sabio y conozco las armas de los
rivales.
Quisieron arrebatar mi serenidad,
Quisieron amedrentarme pero aprendí de mi padre a
defenderme con estilo, sin escuetas actitudes.
Quisieron robarme su amor sutil, perverso y
delicado:
Cada mujer es para cada hombre,
Todo esfuerzo es contundente y los dolores del
alma son agudos fraguando la infelicidad.
El viejo poeta anduvo solitario, tuvo tiempo
suficiente para discernir los embates de la vida,
Madrugo tantas veces bajo el cielo oscuro, el
frío, la lluvia, unas lágrimas, el hambre la noche, las eternas noches.
Entonces, cómo no remediar los asuntos del
corazón.
Me hablé de catarsis, callar, escribir sobre sus
hazañas desde mi conciencia me recusé de nuevo
Abandoné el mar,
Abandoné el tiempo,
Abandoné su compañía,
Abandoné las máscaras,
Abandoné su cuerpo,
Abandoné el bullicio y fui paciente, entonces,
pues hui a mi trinchera con mis libros y mis recuerdos .
Me alimenté de sus imágenes, de la fe del hombre,
de su voz, de sus escritos, de sus caricias
Me alejé entonces del celo, la vi caminar sin mí,
Distante, observando sus pasos, pensé en las pequeñas cosas escalar sobre las
partículas, sobre las necias voces y la adversidad.
Me enclavé en el silencio, en las letras me inspiré,
me llené de nostalgia, recurrí al lápiz y al papel.
Jugué al juego de los escribientes.
Trataron en educarlo,
Trataron de emanciparlo, de corregir los malos
hábitos y entrar en el romance, en la seducción y complacencia.
De cómo una mujer es serena, cordial, noble y
tenazmente perversa, que no basta entrar y desovar en ellas, pero no se acentuó
en leer sus ojos.
Atarla en las prohibiciones del amor, condenarla
a la esclavitud, su corazón, su mente, su cuerpo puro poseído por el fuego.
Estoy contagiado por la palabra, por librarme de
las penas.
Por el metal, por el rock, por el trans, por las
corrientes alternas del punk, del funk, de Iron Maiden del trash, del son del
pop eterno de Los Beatles, y no me quedé en los remansos del gran Vicente
Fernández.
De Led Zeppelin de Moby Dick,
De Black Sabbath de NIB,
De The Rolling Stone y su eterna balada, Angie.
Que yo nací un día atrás viendo primero la luz
del alba. Y llevo muchos amaneceres
A cuestas..
Que lamento la muerte de Poe,
Que lamento la muerte de Lennon,
Que lamento la muerte Rubens,
Que lamento la muerte de mis abuelos
Que lamento la muerte de mis rivales,
Que lamento la muerte de Juan Pablo Segundo,
Que lamento la muerte de Cabrera Infante,
Que lamento la muerte de mi padre, de irse sin
avisar cuando lo hacen los grandes hombres sin ruidos y en su eterna paz, así de
sencillo, sin banalidades y superfluas razones, así como yo heredé su historia
en la ostentación de su recuerdo...
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