EL
LENGUAJE DEL RESENTIMIENTO SOCIAL
Darío
Ruiz Gómez
A
la hora en que necesitamos aplicar a la realidad política que estamos viviendo, aquellas teorías
del lenguaje que proliferaron en los claustros académicos, para contar con una necesaria claridad
sobre lo que implican
ideológicamente los discursos en juego, éstas desaparecieron como por encanto en un momento, repito, en que el lenguaje político en algunos grupos ha derivado en jerga, en
babosas amenazas y es necesario y
urgente contar con el legítimo lenguaje de la democracia que nos ayudaría a comenzar a vivir en los espacios de la
convivencia, de la diversidad que pone de presente nuestra pluralidad, en la
aspiración de toda sociedad abierta a
que el ciudadano y la ciudadanía se sientan verdaderamente identificados. Este fue el problema de la
Derecha hasta hace algunos años por su retrogradismo para aceptar las
conquistas democráticas de la modernidad pero hoy a este retrogradismo lo ilustran el fundamentalismo
yihadista del ELN y el fanatismo de los “nuevos revolucionarios”, una mescolanza que puede derivar hacia un desequilibrante anarquismo tal
como se puso de presente en el rencoroso discurso con que Petro
respondió al triunfo electoral de Iván Duque,
es decir a su derrota. La repetida definición de Camus de que el
fascismo es la falta de imaginación se ha puesto de presente en un supuesto
líder que nunca fue capaz de elaborar un programa de gobierno con las palabras
que surgen del conocimiento directo de los problemas que hoy acucian a nuestra sociedad. Enumerarlos
no es demostrar conocimiento y compromiso con ellos, el odio a los ricos no es
una respuesta a la inequidad sino una expresión de complejo social, la
esperanza nace del conocimiento mutuo y la responsabilidad del amor, no del resentimiento. La demagogia electorera
puede convencer a una comunidad pobre con promesas que no se cumplirán. ¿No
es el Chocó el escenario de las mayores
depravaciones de las FARC? Petro con su
demagogia ha convertido en cliché lo que debería ser un fundamentado análisis
sobre la problemática del país. ¿Conocemos algún documento al respecto
elaborado por sus equipos de investigación sobre la minería ilegal, el
narcotráfico? ¿Qué tal los despropósitos
urbanísticos propuestos para Bogotá? ¿Dónde está el documento sobre la cultura
de las regiones, sobre el patrimonio cultural en peligro? ¿Han redactado sus acuciosos intelectuales
una ley de protección del libro?
Pasar a la “resistencia” fue lo que el movimiento partisano hizo en su
lucha contra el fascismo y el nazismo y contra el estalinismo en los países
comunistas de Europa. ¿Contra qué dictadura lucharán los intelectuales
petristas y desde cuáles medios de información
en la” clandestinidad”? ¿No es a
la lucha armada y a “la combinación de distintas formas de lucha
revolucionaria” a la cual han renunciado
las FARC y el Partido Comunista? El
ejercicio necesario de la oposición convertida en pedreas callejeras según el manual elaborado por Lenin debe culminar finalmente
con la huelga general. Ya FECODE ha hecho varios paros demostrando una vez más que lo que le interesa no es que
nuestra juventud – y sobre todo sus afiliados- salgan del estigma de la ignorancia
sino desestabilizar al nuevo Gobierno. ¿Quién mueve los hilos detrás de Petro?
¿Milita en la Congregación Mariana Iván Cepeda? En el informe periodístico al lado
de Petro aparece su verdadero mentor político: Jaime Caicedo del Comité Central
del Partido Comunista y de las FARC.
1 comentario:
"y es necesario y urgentes contar con el legítimo lenguaje de la democracia".
Es un momento de replantear y oir voces como la suya que nos invite a reflexionar sobre el lenguaje y la investigación clara de los problemas que sostienen el discurso de Petro.
Publicar un comentario