LAS DOS COLOMBIAS Y TRUMP
Darío
Ruiz Gómez
Lo que a simple vista me pareció un encuentro
de trabajadores(as) de una fábrica, en las fotos de “El Tiempo” -19 octubre-me
fue descubriendo a sus protagonistas, hombres con cara de agitadores
profesionales en la parte de arriba y abajo, ahí estaban todas las viejas
luchadoras del Partido Comunista, posando para la foto como si lo hicieran
antes de la batalla decisiva contra el “imperialismo norteamericano”. En
seguida asistirían seguramente desde una cómoda tribuna al espectáculo de las
hoy ya reconocidas tropas de El Pacto Histórico, matones a sueldo, la masa
furiosa de indígenas adoctrinados y armados con flechas y lanzas. El
espectáculo de la trifulca fue caricaturesco en su intento de demostrar lo que
debería ser el triunfo de la selva sobre la “tecnología capitalista”. Lo que
hizo con esta sangrienta asonada el Pacto Histórico fue mostrar la explícita
utilización del terrorismo y el hecho de que son sus dirigentes, entre ellas
estas veteranas activistas, las responsables de actos de violencia que no deben
pasar inadvertidos para la just6icia.
Después de esta demostración de genuino terrorismo el Pacto Histórico no
puede seguir siendo considerado como un
Partido político sino como una montonera de terroristas ¿Son falsas las fotos
de la Pizarro y sus acompañantes en el Campus universitario? ¿Son falsas las
acusaciones de Trump llamando al Presidente narcotraficante, sujeto de
malestares cerebrales? Después de la entrevista de Daniel Coronel no queda duda
alguna al respecto. A la ayuda militar norteamericana desde hace décadas se han
opuesto de forma violenta todos los grupos de extrema izquierda. La supresión
de esta ayuda y el anuncio de más altos aranceles a nuestros principales
productos de exportación han servido para que se den de parte de la izquierda y
de los gremios económicos respuestas en que algunas de ellas olvidan el marco
social por el cual Trump ha hecho estos señalamientos.
El lunes se daba la
nueva cifra de desplazados por el ELN en el Catatumbo: 83.000 personas
abandonadas a su suerte por el gobierno. Un video muestra a las gentes
corriendo despavoridas cuando llegan los mercenarios disparando. Lo que no se
nos dice es el número de población asesinada, torturada. En toda la geografía
del país esto mismo está sucediendo, se está destruyendo el Guaviare, en el
Cauca se fusila a campesinos diariamente tal como se hace en el Chocó, en
Antioquia donde crece el número de víctimas. ¿Acaso no está causada esta
tragedia por la coca y por la presencia de grupos internacionales de
narcotraficantes? ¿Miente Trump un Presidente en las antípodas de mi
liberalismo? Una estratagema para eludir la respuesta exigida es la de reducir
esta acusación que ya es irreversible a un anecdótico enfrentamiento personal
entre Petro y Trump, tratando de que olvidemos la existencia de la verdadera
Colombia destruida por Organizaciones Criminales como el ELN comparado
justamente por Trump con Al Qaeda. Tiene uno que estar demente para considerar
que a un ataque a la Embajada Americana es una acción revolucionaria. Demostrar
que Petro no es un narcotraficante sino un nuevo Mesías es tarea de Petro y de sus
portavoces mostrando que en sus años de gobierno el crimen organizado ha sido
combatido como ningún gobierno lo ha hecho, protegiendo a la población y a sus
regiones, bajando los impuestos. Es el país esclavizado por estas
organizaciones criminales el que debe recibir respuestas de Petro ante el
concierto de las naciones del mundo. Y esto mismo debe hacer esa corte de
áulicos, vivillos, agachados que al alabarlo se han beneficiado de este
despelote general y han pretendido que sigamos creyendo que la izquierda totalitaria es buena y
bondadosa.
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