viernes, 13 de junio de 2025

12 MONOS: EXPERIENCIA ÉTICO-POLÍTICA DEL PRINCIPIO DE PROVENIENCIA EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA HISTORIA / Carlos Alberto Molina Gómez

 

Carlos Alberto Molina Gómez

12 MONOS: EXPERIENCIA ÉTICO-POLÍTICA DEL PRINCIPIO DE PROVENIENCIA EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA HISTORIA

Carlos Alberto Molina Gómez[1].

 

En el cruce entre la filosofía como educar/se y el cine/pensamiento reformista se encuentra un terreno fértil para explorar las profundidades de la condición humana. En esta oportunidad y muy sucintamente se ahonda en el universo del filme Doce Monos (1995) escrito por David Webb Peoples y Janet Peoples[2] y dirigida por Terry Gilliam. Filme que, a través de la lente de Michel Foucault, se revela como una inquietante arqueología para nuestro presente. Se excava en los discursos/vestigios del pasado para entender lo que hoy se está haciendo. Quizás por eso es de sabios apreciar el pasado y de necios/tontos despreciar la novedad.

Antes de dar inicio al desarrollo del tema se presentan algunos fragmentos que podrían resultar interesantes a propósito del cine como otro modo de ser y como otro territorio en donde se puede buscar otros mundos: “El cine tiene que existir como una forma de expresión y de pensamiento de una sociedad”. (Mendoza, 2019). Deleuze señala: “La búsqueda de nuevos medios de expresión filosófica dio comienzo con Nietzsche, y debe proseguirse hoy en relación con la renovación de otras artes, como, por ejemplo, el teatro o el cine” (Deleuze, 2002: 35). Por eso: “el cine forma parte de la historia del arte y del pensamiento” (Deleuze, 1984: 12). Se pregunta el mismo Deleuze:

¿Puede negarse que las artes también deberán cumplir esta conversión? ¿Y qué el cine no es, en este aspecto, un factor esencial, e incluso que no tenga un papel que desempeñar en el nacimiento y la formación de ese nuevo pensamiento, de esa nueva manera de pensar? (Deleuze, 1984: 21).

El alma del cine según Deleuze, exige cada vez “más pensamiento, aun cuando el pensamiento empiece por deshacer el sistema de acciones, percepciones y afecciones del que hasta entonces el cine se había alimentado”. (Deleuze, 1984: 287). Alberto Martínez Boom, enfatiza en que: “El cine es hoy un lugar de experimentación que permite el juego, la composición, la variación de planos, la comprensión de la discontinuidad, la variación del tiempo y del espacio […]” (Martínez, 2010). Estas palabras se recuerdan que el cine, como la filosofía, es un espejo que refleja nuestras propias preguntas y búsquedas. “Entre la filosofía y el cine ese pensamiento [reformista][3] teje un conjunto de alambicadas relaciones”. (Deleuze, 1984: 169). Con estos provocadores fragmentos se presentan los temas que se abordarán a partir del diálogo entre David Webb Peoples y Janet Peoples con su película Doce monos y Foucault. Los temas son:

Ø El principio de la proveniencia o ir río arriba como modo de hacer historia de lo que somos.

Ø La proveniencia como experiencia de movimiento.

Ø Los principios de exclusión de Foucault en Doce monos de David Webb Peoples y Janet Peoples.

El principio de proveniencia o ir río arriba como modo de hacer historia de lo que somos.

La película Doce monos, relata la historia de James Cole (Bruce Willis), un criminal convicto –reo aberrante-, que es escogido como voluntario principiante para traer evidencias –léase vestigios arqueológicos si se quiere- de lo que queda en la superficie de la tierra luego de haber sido contaminada con un poderoso virus que obligó a la población superviviente a vivir bajo tierra. En la primera salida a la superficie como voluntario James Cole, se encuentra con lo evidente, con la superficie de la superficie que se podría llamar efecto de superficie: insectos, osos, leones, aves, edificios derruidos, esculturas, letreros, vitrinas, vestigios de lo que fue de una temporada navideña y humedad.

Pero James Cole, también se encuentra con lo no evidente, lo que está en la superficie, pero oculto por la nieve o por el polvo o por la institución que no quiere que se vea, se lea o se diga, como un letrero WE DID IT –lo logramos. Irrupción de la novedad:

Ext. department store – Dawn as Cole comes out of the store, the first rays of the sun hit the building. Cole stops, squints into the light through his visor. Cole's pov: spray-painted on the wall a long time ago is a stenciled logo of twelve monkeys holding hands in a circle. Over it is written, "We did it!" Cole looks up. Cole's pov: high up on a building across the street, a LION patrols a ledge, pauses, looks out majestically over his world. […] Cole On the walls -- they meant the animals when they said, "We did it. (Peoples & Peoples, 1994: 5, 115).

Documento oculto que solo él puede ver, tiene su campo de visión alerta para ver este tipo de documentos. Sus sentidos no son herméticos, no han sido sellados y protegidos. No están sellados -descontaminados- por las normas del encerramiento. Es Ud. Muy buen observador Cole. Le reconoce la institucionalidad. “Engineer, we appreciate you volunteering. You're a very good observer, Cole. Cole. Uh, thank you. Engineer You'll get a reduction in sentence. Cole keeps his face impassive”. (Peoples & Peoples, 1994: 8). La institucionalidad procura visibilizar discursos que le interesa visibilizar descontaminando a los individuos y protegiéndolos de lo prohibido, de lo que no se puede oír, ni decir, ni ver, ni pronunciar. Pero James Cole, descubre el discurso oculto tal vez porque es muy buen observador. La descontaminación institucional del encerramiento no lo tiene atrapado del todo. Aún queda en él algo no capturado por el encerramiento.

Es desde ese aún que él puede encontrar el discurso oculto bajo la nieve, bajo el polvo o por la sentencia de prohibido. Alberto Martínez Bomm, lo diría así: el polvo que cubre los hechos es el campo de visión que nos han suministrado. Por eso hay que dejar que la época hable, acoger la escritura de lo dicho en tanto ya ha sido dicho. El campo de visión que han suministrado son campos teóricos, son marcos conceptuales (pura artificialidad. Son construcciones artificiales). Pero también lo son los objetivos lineales, las misiones, las tareas, los encargos, las funciones, los manuales, la legaliformidad, igual el ser funcionario. El funcionario, es para que funcione. El funcionario es funcional. Y funciona en línea con esos campos que le han suministrado la mera legaliformidad supurante corporativa o empresarial: políticas corporativas, valores corporativos. Los espíritus opacados le llaman Ponerse la camiseta o tener sentido de pertenencia. Algunos más sumisos dicen: la empresa es mi familia.

Con este hallazgo, James Cole, rompe con la linealidad de su búsqueda, aparece la dispersión, la incoherencia irrumpe algo que no está en la linealidad de su archivo de evidencias bien encerradas en sus herméticas bolsas y en su encerrada caja de seguridad, cumpliendo su tarea, su misión deriva en alerta y ve la irrupción.

Quizás se pueda decir que el archivo para el historiador no es masa documental, sino que se da por fragmentos para configurar enunciados[4]. El fragmento irrumpe con toda su extrañeza singularidad y rareza. El fragmento también es eventual. De ahí que se pueda sugerir a manera de conjetura que también se puede investigar la eventualización. La eventualización como metódica. Esto es abandonar las viejas ropas usadas y arriesgarse a perderse en el océano y emprenderla por el cielo. El desafío es poder mostrar el enunciado y su formación y lo que somos desde esos enunciados dejando que se muestren esos fragmentos, rarezas o eventualidades. No siempre están en la legal formalidad lineal de los discursos en apariencia evidentes o mostrados por el régimen de luz de la institucionalidad dominante o hegemónica.

El enunciado no es lo dicho - lo logramos- sino que se constituye a partir de múltiples fragmentos y condiciones comunes de posibilidad[5] que se configuran yendo río arriba, dejando que la época hable, que el documento diga lo que ya ha dicho o lo que no ha podido decir.

El filme Doce monos, inicia con un fragmento bajo la nieve y James Cole construye el enunciado yendo río arriba y viniendo al hoy. Va y viene. En su primera salida llega al año equivocado. Investigar es extraviarse, irse a la época equivocada. Pero ese viaje no se pierde, ni él se pierde en el viaje. No se pierde el tiempo. No se pierde el viaje. También en el extravío encuentra documentos, fragmentos: la doctora Kathryn Railly (Madeleine Stowe), Jeffrey Goines (Brad Pitt), un paciente anticonsumista obsesionado con los derechos de los animales; en el extravío dice cosas prohibidas que supuestamente se convierten en una excelente idea de cómo acabar con la humanidad. Se puede decir, que la conversación ocurrida entre un reo aberrante y un loco, durante el encierro de estos en un manicomio, irrumpe la idea del ejército de los doce monos y de cómo acabar con la humanidad. Esto dice también que hacemos parte de la trama discursiva. Hacer historia no es solo mirar fuera, suponer que es historia de otros. Nosotros también hacemos parte del orden del discurso, de la trama discursiva. ¿Será acaso el ejército de los doce monos una especie de enunciado con sus condiciones, posibilidades y modos de emergencia?

La proveniencia como experiencia de movimiento

Es volver a lo que fue, a la manera de James Cole, pero no con la mirada comparativa entre el pasado y el presente o en búsqueda de fuentes u orígenes o en un intento de unificar acontecimientos. Es un ejercicio de ir al pasado. Pero ¿por qué ir al pasado? Porque, además de ser estratégico políticamente, es fundamental para pensar el presente, para razonar lo que ya no somos y no para saber de dónde venimos. Es una manera de tomar distancia de lo que está pasando para ver cómo se constituyeron modos de ser y cómo esto define en gran parte el devenir social, político, educativo de los grupos humanos. Es el reconocimiento de procesos que hoy ya no son lo que fueron y que paródicamente subyacen a lo que hoy somos. Y a la manera de Lampedusa en El Gatopardo: cambiamos para seguir igual. No somos totalmente novedad ni somos totalmente todo lo anterior. Siempre sobre lo anterior emerge otra cosa que tercamente llamamos novedad. Pero se es una especie de Odradek. ¿No seremos, acaso, otra emergencia a la manera del ser Odradek del breve cuento de Franz Kafka?:

Ser que parece cubierto de hilo, pero más bien se trata de pedazos de hilo, de los tipos y colores más diversos, anudados o apelmazados entre sí. Ser, frente al que uno siente la tentación de creer que esta criatura tuvo, tiempo atrás, una figura más razonable y que ahora está rota. Pero, no se encuentra ningún indicio de ello; en ninguna parte se ven huellas de añadidos o de puntas de rotura que pudieran darnos una pista en ese sentido; aunque el conjunto es absurdo, parece completo en sí… Ser muy movedizo, que no se deja atrapar, con domicilio indeterminado y que no parece que haga mal a nadie. Ser que a veces ni siquiera contesta y permanece tan callado como la madera de la que parece hecho y del que resulta casi dolorosa la idea de que me pueda sobrevivir. (Kafka, 1987: 376-377).

Ir río arriba es desentrañar modos de ser que fueron contemporáneos y que hoy ya no son y que en lo substancial aún están presentes. Se siente la tentación de creer que esta criatura tuvo, tiempo atrás, una figura más razonable y que ahora está rota.

Las claves de lectura están en lo siguiente: desentrañar particularidades entendidas como acentos que se ponen en un momento dado que ya no existen, pero que en su contemporaneidad se convirtieron en condiciones que posibilitaron procesos y particulares modos de ser que definen, no a la manera de causas o factores determinantes, posibilidades de emergencia de condiciones humanas: ¿Cómo llegamos a ser lo que somos? ¿Cuáles son las condiciones que hacen posible que se pregunte por algo o emerja algo? Se está ante el principio de proveniencia, es decir de aparición y emergencias.

No es linealidad, no es causa-efecto. No; es dispersión, eventualidades dispersas por doquier que en una trama no oculta forma un dibujo, un diagrama que posibilita la emergencia de ese algo, de esa otra cosa. No es origen ni nacimiento. Es emergencia. Por eso el ir río arriba no es para buscar causas, orígenes o principios o nacimientos. Es para dejar que las rarezas se muestren, se manifiesten y dejar que muestren ese diagrama o dibujo. Esa red o malla de múltiples fuerzas que se cruzan para posibilitar que algo emerja o se manifieste. Es si se quiere el trabajo de un cartógrafo.

Lo primero que sobresale de la película Doce monos es el criterio, para hacer historia, de proveniencia buscando variantes, continuos desvíos y discontinuidades y particularidades ahí donde se intenta historizar o unificar la historia en estructuras y funcionamientos, pero con la conciencia de que en la búsqueda de desvíos y discontinuidades específicas en el hecho histórico me encuentro con regularidades.

Pero no se puede quedar en el pasado. Ese ir río arriba se complementa con el volver. En el volver, James Cole, también encuentra fragmentos en avisos de prensa pegados en una pared:

Clok ticking, no cure yet; scientist says, "it's too late for cure": “Tiny James Cole. Cleared from quarantine. Microbiologist Thank you. You two wait outside. Scarface He's got a history, Doctor. Violence. COLE'S eyes return to the walls. Headlines: "clock ticking! ¡no cure yet!"” (Peoples & Peoples, 1994: 5).

Astpophysicist Where you collected sample #4, what street was that? Cole Uh... Botanist It's important to observe everything. Cole I think it was...I'm sure it was 2nd Street. As the SCIENTISTS start to whisper animatedly among themselves, COLE'S eyes drift across the newspaper clippings taped to the wall. One headline screams, "Virus Mutating!" Another features a photo of an old man (dr. mason, who we'll see again later on) and the words, Scientist Says, "It's too late for cure". (Peoples & Peoples, 1994: 6).

Para cerrar este primer punto, se hace una corta alusión a la metáfora de la descontaminación y de la protección como condición sine qua non para salir a la superficie: Estas son las instrucciones para los voluntarios principiantes. Presten atención. Hay que seguirlas al pie de la letra. La vestimenta debe permanecer totalmente sellada. Si por alguna razón… se abriera el uniforme, o se rompiera la tela… o algún cierre quedará abierto… no podrán volver a entrar:

Titles begin supered over the scene Cole has the torso of the suit on now and is trying to close it. Offscreen voice (o.s.) All openings must be closed. Cole looks for the source of the voice, a tiny grate in the wall. Offscreen voice (o.s.) If the integrity of the suit is compromised in any way, if the fabric is torn or a zipper not closed, readmittance will be denied.” (Peoples & Peoples, 1994: 2).

Para los investigadores esto es un llamado de atención. ¿No debemos protegernos antes de salir a la superficie, antes de ir a los datos para que estos no nos contaminen, no nos toquen? ¿Acaso los contextos teóricos y los marcos conceptuales no son los trajes bien cerrados y sellados que nos protegen de una superficie contaminada de hechos, de borrascosas superficies, de irregularidades, de oscuridad y sospechas? El exponerse a la superficie contaminada es motivo o criterio de exclusión: no podrán volver a entrar. Eres raro, eres distinto y diferente. Exclusión y expulsión de lo distinto. Quedas fuera. Despido sin justa causa. Te indemnicé, vete ya. Legaliformidades que amparan sin ningún ocultamiento la expulsión. Todo ante la ley. Toda expulsión de lo distinto/contaminado se hace bajo los parámetros de la ley. Quien tiene un alma es expulsado. Y si no es expulsado entonces le extirpan el alma. Al final te pensionan sin alma. Vete a morir como una chicharra al parque. Que se termine de disecar tu cuerpo. Tener alma es lo peor para sobrevivir en la corporación empresa o institución:

Había dos médicos: uno, pequeñito y con las piernas torcidas, acompañaba con su hosca mirada a los pacientes. El otro era finísimo, tenía unos labios brillantes como tijeras y una nariz como el filo de un cuchillo... ¡Es él!

Me lancé hacia él como si fuera un hermano y, ante su perfil afilado, le hablé del insomnio, de los sueños, de las sombras y del mundo amarillo. Sus labios-tijera refulgían. Sonrió.

—¡Mal asunto el suyo! Por lo visto, se le ha formado el alma.

¿El alma? Era una palabra extraña, antigua, olvidada hace mucho tiempo. A veces hablamos de «llegar al alma», «desalmado», «con el alma en vilo», eso sí… Pero «alma» a secas…

—Es... muy peligroso —balbuceé.

—Incurable —zanjó el doctor de los labios-tijera.

—Pero… en esencia, ¿de qué se trata? Creo que... no me lo puedo imaginar.

—Pues mire... ¿Cómo explicárselo…? Es usted matemático, ¿no?

—Sí.

[…]

Sin embargo, ¿por qué sale de repente el alma? Yo no tenía alma, y de pronto… ¿Por qué nadie tiene y yo sí…?

[…]

Distraído, hice un gesto afirmativo con la cabeza. Él me miró y se rió con ironía, cáusticamente. El otro doctor había estado escuchando nuestras palabras y salió de su despacho arqueando las piernas y lanzando una mirada hosca tanto al finísimo doctor como a mí.

—¿Qué significa esto? ¿Cómo que el alma? ¿El alma dice usted? ¡El diablo sabe lo que es! De seguir así, pronto brotará la peste. Le digo que habría de extirpar la imaginación a todo el mundo. Aquí solo cabe la cirugía…” (Zamiátin, 2008: 131,132).



Por eso se debe de ser objetivo en ciencia. El médico no puede socializar ni confraternizar con su paciente -cliente-, por eso el maestro no puede confraternizar con su estudiante -cliente- (cualquier atisbo de empatía, de socialización, es visto como acoso o seducción y es penalizado). El fin de ser objetivo es mantener distancia, no dejarse contaminar para poder volver a entrar o para ganarse el privilegio de no ser de los excluidos y estar en el gremio o policía médica o magisterial. Todo aquel que parezca estar contaminado… no podrá volver a entrar. Coloquen la muestra de sangre en el receptáculo provisto.

La proveniencia es un criterio de hacer historia no buscando orígenes, principios, fuentes o causas sino las posibilidades donde irrumpieron prácticas y discursos a partir de los cuales se configuraron modos de ser que hoy ya no son pero que siguen estando presentes. Se cambia para seguir igual. Ese ir río arriba solicita/exige a estar volviendo al presente no para comparar sino para reconocer lo que fue y ya no somos pero que no desaparece del todo, sino que subyace como zócalo dentro de su continuo desplazamiento.

La historia como experiencia de movimiento-tiempo

Movimiento espacial-temporal, pero también un movimiento del pensamiento. Todo pensamiento es un desplazamiento diría Deleuze, porque tiene que ver con inquietud, como posibilidad de...:

[…] el Pensamiento, el Alma, en virtud de una exigencia que le es propia, debe comprender en un todo el conjunto de los movimientos de la Naturaleza o el Universo… el pensamiento ha de alcanzar aquello que rebasa toda imaginación, es decir, el conjunto de movimientos como todo, máximo absoluto de movimiento, movimiento absoluto que en sí mismo se confunde con lo inconmensurable o lo desmesurado, lo gigantesco, lo inmenso, bóveda celeste o mar sin límites. (Deleuze, 1984: 73).

No es gratuito que dos de los tres principales protagonistas sean un preso y un loco. Ambos recluidos. Es la metáfora del encerramiento de las sociedades de la disciplina, del control y de la guberna-mentalidad y de la psicopolítica y del gobierno del alma.

Pero ante el riesgo de pérdida de toda posibilidad de ser uno mismo a manos de unas relaciones de poder rígidas y poderosas emergen personajes anónimos, como James Cole y Jeffrey Goines, quienes se enfrentan a la institucionalidad controladora y vigilante, que oprime su individualidad y cohíbe su voluntad, recurriendo a mecanismos poco ortodoxos para lograrlo como sacarse los dientes en el caso de James Cole u organizando un inocente ejército de doce monos para alertar a la humanidad del peligro que corre como es el caso de Goines.

Es así como la película relata dentro del movimiento otros movimientos. Pero ojo, “Lo erróneo está siempre en reconstruir el movimiento con instantes o posiciones […]” (Deleuze, 1984: 16). El cine es el arte del tiempo, no solo por la duración de las tomas, sino por la manera en que organiza el movimiento en el tiempo. Movimiento de tiempo-espacio que conectan de manera irregular a los protagonistas moviendo simultáneamente sus pensamientos. Cole, en su equívoco viaje al pasado, hace un comentario que Goines asume como una gran idea. Idea que años más tarde lleva a cabo a la manera de un efecto mariposa. En este mismo extravío en el tiempo Cole conoce a la doctora Kathryn Railly con quien, en su nueva y acertada vuelta al pasado, inicia su viaje en búsqueda del ejército de los doce monos. Aquí ya los fragmentos se van conectando. Es lo que se conoce como posibilidades de emergencia: líneas de fuerza que se cruzan, pero sin linealidad.

En el recoger información hoy, sobre el exterior, acontece el encuentro de un cartel con un mensaje: lo logramos, el pasado irrumpe. Un viaje equivocado al pasado (1990) conecta a Cole con Goines y con la doctora Kathryn Railly. En ese presente/pasado se hace un comentario suelto, alguien lo capitaliza a su manera ejecutando un plan y dejando el documento lo logramos. Aparentemente este lo logramos tiene que ver con el virus que acabó con 5 mil millones de personas, quien hizo el comentario inicial supone que fue causante de ese gran desastre y se ocupa en detenerlo volviendo al pasado correcto (1996). En este segundo viajar al pasado en busca de pistas que faciliten el trabajo de los científicos, en el tiempo presente, Cole junto a la doctora Railly busca el rastro del Ejército de los doce monos, al que se cree causante del desencadenamiento del virus que expulsará a los pocos supervivientes a la oscuridad del subsuelo. Este es el movimiento del tiempo y del espacio no lineal sino cruzado.

La experiencia de viajar con Cole la doctora Railly también mueve su pensamiento: del discurso clínico hacia el acontecer de las cosas. Y aunque ella está en su presente se conecta en la escena final de la película, por la vía del contacto visual, con su futuro que será su pasado, el sueño recurrente de Cole se actualiza en la mirada que cruza, en el aeropuerto, ella con el niño que es el mismo Cole. Por eso ella en ese cruce de miradas insinúa una tímida señal de sonrisa sabe que la historia no termina ahí, sino que inicia y que no todo está perdido. Es el eterno retorno (Nietzsche), esa es nuestra experiencia de movimiento, no porque se vuelva siempre a lo mismo sino porque se dan cuenta de que la época habla desde lo dicho y que eso tuvo su propio valor de verdad, pero hoy ya no es, las condiciones cambian. Al cambiar las condiciones cambian las prácticas, los discursos y las verdades. De eso se dio cuenta la doctora Railly cuando ante la muerte de algo… cruza su mirada con la del niño y toma conciencia de que hay algo está irrumpiendo.

En Doce monos, como metáfora de movimiento, se puede descubrir que la historia no está articulada en torno a una línea o eje organizador sino a continuas interrupciones, irrupciones que transforman la vida de los personajes en un constante viaje entre pasado y hoy. Es la enseñanza para los historiadores: ir río arriba no buscando orígenes sino las posibilidades del ser de las cosas que tuvieron su actualidad y hoy ya no son, pero permanecen en su continua actualización.

Los principios de exclusión de Foucault en Doce monos de David Webb Peoples y Janet Peoples

La película doce monos, instala en el vertiginoso avance de la ciencia y la técnica, la progresiva deshumanización, identificada en nuestros días con los aspectos más peligrosos de la globalización, que conducen a un trágico destino en el que el hombre queda sometido a un régimen basado en el control, la vigilancia, la monotonía y la ausencia de esperanza, particularidades propias de un mundo alejado de su condición natural y ensimismado con la tecnosfera que el propio ser humano ha creado como entorno virtual que puede controlar con una mayor comodidad y eficacia, un sustitutivo artificial que conduce a la alienación y pérdida de identidad del individuo en su entorno más inmediato y en su relación con sus semejantes.

El homo-ciborg capturado/prisionero por/de legaliformidades. Por ejemplo, la institucionalidad escuela (con sus tales universidades estatistas confesionales y laicas privadas y públicas). Enjambre institucional de captura y pastoreo de almas como el Flautista de Hamelín. Encarna una ambivalencia, doble vínculo estratégico: dice liberar al pueblo de una plaga de ratas con su música encantadora, pero, tras la traición, utiliza esa misma música para seducir y llevar a los niños a un destino desconocido. Son las posibilidades de la guía/conducción del alma: cerdos/cíborg/zombis narcotizados (redes sociales, noticieros, pandemias, realities, concursos, fútbol, reinados, reels, influencer de todo tipo -instagramers, youtubers, tiktokers, blogueros, podcasters, vloggers, dealer-). La misma música que dice liberar (eres libre, di lo que quieras, exprésate libremente, no hay tapabocas) seduce para extirpar el alma.

Enjambre institucional escolar, médico, eclesial, jurídico, empresarial, recreador post Núremberg. El olor del humo de sus hornos no deja acercarse a las aves. No hay canto de aves. Hornos crematorios de almas seducidas por el canto de la libertad de la hechicera Circe, del flautista de Hamelín. Circe y el flautista de Hamelín con sus seductores cantos son la cura mortal. Se va a una palabra acuñada durante el lapsus biósico/histórico aún vigente de la pandemia global-globalizante: Reinventarse. ¿En qué? ¿Para qué? ¿Para quién/quienes? ¿Reinventarse? ¿O más bien simulacro y simulación, ocultamiento del ser?

Distinción de Heidegger en La pregunta por la técnica:

La técnica no es lo mismo que la esencia de la técnica… la esencia de la técnica tampoco es en manera alguna nada técnico. Por esto nunca experienciaremos nuestra relación para con la esencia de la técnica mientras nos limitemos a representar únicamente lo técnico y a impulsarlo, mientras nos resignemos con lo técnico o lo esquivemos (Heidegger, 1994: 10).

Odradek: Ocultamiento del ser. des/sustancialización. ¿Ya no hay ser en las cosas? ¿Mera técnica? ¿Afán de ocultamiento de nuestras pulsantes sísmicas-en-ritmo de aptitud y de inquietud de “los combatientes… henchidos de esperanza?” (Nietzsche, 1980: 27).

Estados Unidos, China, Rusia, Alemania, Francia, Reino Unido, Emiratos Árabes (petrodólares)... ya tienen todo el dinero que quieren. Casas de los hombres/forbes más ricos del mundo. ¿Cuál son las pretensiones hoy (naciones y nacionales multimillonarios y poderosos)? Conjetura: No es dinero, no es poder. Ya lo tienen. ¿Es quizás el gobierno del alma? Lo más profundo del ser. Desde la biopolítica (aún vigente) transitando la Psicopolítica (en desarrollo) inoculando el gobierno del alma. Plan de la ONU postpandemia: gobernanza global. Ruta del nuevo orden/gobernanza global de la ONU: Agenda 2030 (2015), Pacto Digital Mundial (2023), Plataforma de emergencias (2023), Pacto para el Futuro y Declaración sobre las Generaciones Futuras (2024). Las furiosas fauces del presente babélico/bélico del nuevo orden globalitario.

Sentido de la vida capturado/captado/gobernado por esa tecno-necro-cracia que está imponiendo en la ciudadanía común un sopor conformista-anonimizador. No hay esencia, captura/gobierno del alma:

—Compréndalo -dijo soltando uno-, es como la antigua leyenda del paraíso… pero ahora adaptada a nosotros. ¡Sí! Piense en ello. A aquellos dos que entraron en el Paraíso se les ofreció elegir entre la felicidad sin libertad o la libertad sin felicidad. No se les dio una tercera opción. Y ellos, unos zoquetes, escogieron la libertad. Claro, así se comprende que luego, durante siglos, añoraran las cadenas. Las cadenas, ¿comprende?, ahí tiene en qué consistió el dolor del mundo. ¡Durante siglos! Y solo nosotros hemos sabido cómo recuperar la felicidad… ¡Sí escuche! ¡Continúe escuchándome! El antiguo Dios y nosotros estamos juntos, sentados en la misma mesa. ¡Sí! Nosotros ayudamos a Dios a derrotar definitivamente al diablo, que fue el que empujó a la gente a infringir la prohibición de catar la perniciosa libertad. ¡Él, es la víbora! Nosotros hemos aplastado su cabeza. ¡Plaf! Y listo: volverá a haber un Paraíso. Y de nuevo seremos cándidos, inocentes, como Adán y Eva. Sobre el bien y el mal, no puede haber ninguna confusión. Todo es muy simple y paradisiaco; es cosa de niños.” (Zamiátin, 2008: 101-102).

Hoy el enjambre, Circe, Flautista de Hamelín ofrece ese paraíso. ¿Y la libertad? ¡Nada! Ya se aplastó al diablo, ese que nos abría los ojos y nos señalaba la libertad. Hay que acabar con el diablo. Ahora no hay libertad ni felicidad. Pero todos estamos incluidos en el enjambre: políticas de inclusión al cerdo/ciborg/zombi y de exclusión a distinto y diferente. Exclusión a ese que tiene alma. A es que aún sigue al diablo y su libertad. Claro que la democracia/alma al ser condenada/capturada se recupera el procedimiento de exclusión a partir del cual se afirma el procedimiento de separación y rechazo. Separación mito-razón, separación doxa-episteme, separación productividad-contemplación, separación esclavo- ciudadano libre, separación administración doméstica-política, separación productividad-contemplación, separación oligarquía-aristocracia.

En este sistema de exclusión la palabra del esclavo, del oligarca, del comerciante, del negociante, del que se ocupa de los negocios y de los patrimonios, de quien es productivo es considerada algo nulo y sin valor: “No parece ser un descubrimiento, ni actual ni reciente, de los que filosofan sobre el Estado, que debe separarse por clases la ciudad y ser distinta la clase militar de la de los agricultores”. (Aristóteles, 1988, Libro VII, 1329b: 423). “[…] los ciudadanos no deben llevar una vida de trabajador manual, ni de mercader (pues esa forma de vida es innoble y contraria a la virtud), ni tampoco deben ser agricultores los que han de ser ciudadanos (pues se necesita ocio para el nacimiento de la virtud y para las actividades políticas)”. (Aristóteles, 1988, Libro VII, 1329a: 421).

Está claro, por estas razones, que no es lo mismo el poder del amo y del político, ni todos los poderes son idénticos entre sí, como algunos dicen; pues uno se ejerce sobre personas libres por naturaleza, y otro, sobre esclavos, y el gobierno doméstico es una monarquía (ya que toda casa es gobernada por uno solo), mientras que el gobierno político es sobre hombres libres e iguales. (Aristóteles, 1988 Libro I, 1255b: 62-63).

A estos excluidos como en el caso del esclavo, se le da el poder de ocuparse de los bienes materiales, inclusive de administrarlos y en otros casos de llevar a los niños, de ser pedagogo. Esta separación aún actúa hoy. Se encuentran en la educación con la alta dirección o con los directivos o con el personal administrativo y con el personal de servicios generales y los docentes. Los docentes en una universidad o institución de educación están en escala de jerarquía cerca del personal de secretarias, de conserjes y de servicios generales. En la gran corporación privada con el management o CEO y con las gerencias y subgerencias o presidencias y vicepresidencias la separación en más abrumadora. Ante lo prohibido como coacción de la verdad (la democracia es condenada y hoy se condena y se define que se puede decir y que no) y ante separaciones como las señaladas resulta viable preguntar:

¿Cómo van a poder compararse razonablemente la coacción de la verdad con separaciones como ésas, separaciones que son arbitrarias desde el comienzo o que cuando menos se organizan en tomo a contingencias históricas; que no sólo son modificables, sino que están en perpetuo desplazamiento; que están sostenidas por todo un sistema de instituciones que las imponen y las acompañan en su vigencia y que finalmente no se ejercen sin coacción y sin cierta violencia? (Foucault, 2005: 18-19).

Inconclusiones. Aperturas para seguir en via/diá/logos

El cine se convierte en práctica filosófica. La experiencia fílmica, como en 12 Monos, puede propiciar una transformación del sujeto, similar a los procesos ético-políticos que Foucault vincula al conocerse y cuidarse. Ver cine con pensamiento crítico es también una forma de ejercitarse espiritualmente porque el cine visto como un medio de pensamiento reformista revela una profunda conexión entre el conocimiento y el cuidado de sí. El cine al solicitar más pensamiento y deshacer sistemas de percepciones se convierte en un lugar de experimentación que permite la variación de planos y la comprensión de la discontinuidad. Esta relación entre filosofía y cine teje complejas conexiones convirtiendo la pantalla en un espejo de nuestras búsquedas existenciales.

La película Doce monos se presenta como una experiencia ético-política del cine como imagen-movimiento del pensamiento donde la narrativa de James Cole se convierte en una ontología del subjetivarse en un contexto de confinamiento institucional (que bien podría representar los actuales centros de encierro incluyendo los centros comerciales y las redes sociales). Esta misma experiencia ético-política confronta al espectador con los límites de ese encierro, el tiempo y la verdad. Este filme presenta un movimiento tiempo-espacio no lineal que conecta de manera irregular a sus protagonistas, simultáneamente moviendo sus pensamientos. Su estructura temporal fragmentaria y no lineal encarna el devenir del pensamiento que se transforma a sí mismo al desplazarse. La historia al no articularse linealmente lo hace a través de continuas interrupciones e irrupciones que transforman la vida de los personajes manifestando un eterno retorno donde las condiciones cambian y con ellas las prácticas, discursos y verdades (monumentos, ídolos, objetos, evidencias).

La historia investigativa de James Cole (Bruce Willis) en Doce Monos se revela como una ontología del subjetivarse aún en el confinamiento institucional. Cole un reo aberrante y muy buen observador, descubre discursos ocultos bajo la descontaminación institucional. Su capacidad de ver lo no evidente y su resistencia al encerramiento —lo que aún queda en él no capturado por el encerramiento— le permiten ir río arriba y encontrar fragmentos que rompen la linealidad, constituyendo así un proceso de autotransformación frente a un enjambre institucional de captura y pastoreo de almas. Esta historia investigativa de James Cole no es un simple viaje en el tiempo. Aun desde el confinamiento institucional Cole mantiene un resto de libertad. Su atención, su mirada no capturada, permite la emergencia de fragmentos, pistas, documentos. Él no es solo objeto de poder. También es sujeto de resistencia. Su subjetividad se construye en el movimiento constante entre la vigilancia y la conciencia.

Foucault propone que los enunciados son actos de decir que configuran lo que puede ser pensado y vivido. Hacer historia, desde el principio de proveniencia, implica buscar las condiciones que hacen posible que algo emerja. 12 monos no narran un pasado estable. Presenta fragmentos, irrupciones, discontinuidades. En su dimensión discursiva, la película permite pensar cómo se han formado los enunciados que nos constituyen. Ir “río arriba” no es buscar orígenes, sino comprender la emergencia y la dispersión que modelan nuestras subjetividades. Entonces, el hacer historia desde el principio de proveniencia permite mostrar las formaciones discursivas que nos configuran. Los enunciados no son solo lo dicho, sino la función que hace posible decir ciertas cosas en un momento y lugar específicos, conformados por reglas históricas y anónimas. Investigar desde la proveniencia implica buscar variantes, desvíos y discontinuidades en la historia, no orígenes o causas, sino las posibilidades de emergencia de modos de ser que, aunque ya no sean, subyacen y nos definen en nuestro presente. Al observar los fragmentos que emergen de la historia gracias a James Cole se hace evidente que el poder del discurso, junto con las instituciones, juega un papel crucial en la construcción de lo que somos y en la forma en que interactuamos con la realidad.

Referencias

Aristóteles. (1988). Política. Gredos.

Deleuze, G. (1984). La imagen-movimiento. Estudios sobre cine 1. Paidós.

Deleuze, G. (2002). Diferencia y repetición. Amorrortu.

Foucault, M. (2005). El orden del discurso. Tusquets Editores.

Heidegger, Martin. (1994). Conferencias y artículos. Ediciones del Serbal.

Martínez Boom, A. (2010). Syllabus del Seminario: Pedagogía, Escuela y Cine. Universidad Pedagógica Nacional: Doctorado Interinstitucional en Educación.

Mendoza, R. (2019). Discurso en la inauguración del Ficci -Festival de Cine de Cartagena edición 59 de 2019. Recuperado de https://www.elespectador.com/noticias/cultura/este-fue-el-discurso-de-ruben-mendoza-en-la-inauguracion-del-ficci-articulo-843705.

Nietzsche, Friedrich. (1980). Sobre el porvenir de nuestras escuelas. TusQuets Editores.

Peoples, D., & Peoples, J. (1994). Twelve Monkeys: An original screenplay inspired by La Jetée, a Chris Marker film. Production Draft, June 27, 1994. https://imsdb.com/scripts/12-Monkeys.html.

Zamiátin, Y. I. (2008). Nosotros. Akal.

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[1]. Licenciado en Historia y Filosofía. Magíster en Educación de la Pontificia Universidad Javeriana Cali (Colombia). Magíster en Estudios Políticos de la Pontificia Universidad Javeriana Cali (Colombia). Especialista en Gerencia de Servicios Sociales de la Universidad Católica Luis Amigó, Medellín (Colombia). Ph. D. Doctor Filosofía en Educación de la Universidad Pedagógica Nacional, Bogotá (Colombia) con tesis doctoral distinguida. Investigador en el campo temático: filosofía como educar/se y espiritualidad. Minciencias: Investigador Junior (IJ). CvLAC. GrupLAC. Orcid: 0000-0002-6153 -7675. camolina@uniquindio.edu.co molinagomezcarlosalberto@gmail.com


[2]. Inspirada en La Jetée (1962) de Chris Marker. Protagonizada por Bruce Willis, Madeleine Stowe, Brad Pitt y Christopher Plummer.


[3]. “Extraño pensamiento este moralismo extremo que se opone a la moral, esta fe que se opone a la religión. No tiene nada que ver con Nietzsche, pero sí mucho con Pascal y Kierkegaard, con cierto jansenismo y reformismo (incluso en el caso de Sartre)”. (Deleuze, 1984: 169).


[4]. Los enunciados en la perspectiva de Foucault son producciones sociales situadas que revelan relaciones complejas entre lenguaje, poder y conocimiento. Al abordarlos, se nos permite desentrañar no solo los significados que transmiten, sino las estructuras de poder que los sostienen y que modelan nuestra forma de entender el mundo. Los enunciados trascienden la mera proposición lingüística o la frase gramatical. No son simplemente lo que decimos, sino la función que hace posible decir ciertas cosas en un momento y lugar determinados. Los enunciados son el resultado de un conjunto de reglas históricas y anónimas que determinan lo que puede ser dicho, pensado y actuado en una formación discursiva específica. Cada enunciado no solo comunica una idea, sino que también produce efectos en el mundo social: establece verdades, define sujetos, y determina lo que es considerado normal o patológico. Así, el acto de enunciar implica una compleja red de interacciones donde se entrelazan normas, instituciones y prácticas discursivas. Su formación no depende de la conciencia individual del hablante, sino de un complejo sistema de regularidades. Estas reglas de formación establecen los objetos que se pueden enunciar (qué se considera real o conocible), los sujetos que tienen derecho a enunciar (quién tiene la autoridad para hablar), los conceptos que se pueden emplear (las categorías de pensamiento válidas), y las estrategias discursivas (cómo se articulan argumentos y se construyen teorías). En definitiva, los enunciados son actos de decir que están intrínsecamente ligados a prácticas institucionales y relaciones de poder, configurando lo que es verdadero o aceptable en un dominio particular. Un ejemplo de enunciado de la vida cotidiana, desde la perspectiva foucaultiana, podría ser la frase El estudiante debe ser evaluado mediante un examen estandarizado. Este enunciado no es solo una afirmación; es posible y adquiere sentido dentro de una formación discursiva específica sobre la educación, la meritocracia y el control del conocimiento. Su existencia presupone la institución escolar, la figura del estudiante, la legitimidad de la evaluación estandarizada y un conjunto de prácticas asociadas que le dan validez y fuerza.


[5]. Asumo como condiciones de posibilidad el sistema de relaciones sociales donde se producen determinadas prácticas y discursos que finalmente se imponen. Son entonces las condiciones de exterioridad de aparición e imposición de prácticas y discursos. De ahí la necesidad de ir río arriba pero no buscando orígenes o fundamentos sino irrupciones, discontinuidades o acontecimientos que permiten la emergencia de algo. Responde a las preguntas: ¿cómo ocurrió esto? ¿cuándo apareció? ¿por qué apareció esto? ¿en qué momento fu aceptado? Es ver las condiciones sociales, políticas, étnicas, religiosas como posibilidades de emergencia. La exterioridad es un principio de Foucault. No buscar un interior oculto en las palabras, ir desde la aparición del discurso hacia sus condiciones externas. Ellas son su manifestación en las prácticas discursivas y no discursivas. Las condiciones externas presentan límites, regularidades, series aleatorias.

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