domingo, 20 de abril de 2025

ACERCA DE LAS VÍCTIMAS / Darío Ruiz Gómez

 

ACERCA DE LAS VÍCTIMAS

Darío Ruiz Gómez

A las seis de la mañana del miércoles anterior me enteré por un noticiero radial de que este día se estaba conmemorando la muerte de Gaitán y la celebración del día de las Víctimas Lo que se constituía en una pesada broma  ya que el desplazamiento de poblaciones enteras en El Catatumbo que era de 50.000 víctimas seguía aumentando para dar paso a un nuevo Estado bolivariano socialista. Ese mismo día la presentadora del noticiero Caracol de T.V. lo interrumpió para decirle a Colombia que el Catatumbo el ELN acababa de ejecutar a un joven líder social su número cuatrocientos en su guerra de terror contra la población civil. Y a renglón seguido otro noticiero informó que El Clan del Golfo había asesinado en Anorí, la población - donde nací y los grupos violentos no me han permitido conocer -  a un joven campesino, se habían llevado a dos mujeres mientras era imposible el rescate de dos asesinados esta vez por las Disidencias de las FARC o el ELN que se turnan en este macabro oficio de asesinar campesinos, de reclutar niños. Pero coincidencialmente a la vez se nos informó que en la martirizada Arauca a un grupo de ganaderos a los cuales  extorsionaba  las Farc mientras marchaban a una reunión exigida por estos delincuentes, fueron secuestrados por el ELN. Desde hace quince años Arauca ha permanecido bajo el dominio del ELN donde matan a placer tal como lo hizo con el Arzobispo Monseñor Jaramillo, un hecho bochornoso por el silencio cómplice de las Jerarquias de la Iglesia Católica. ¿A cuánto asciende el número de desplazados desde hace diez años en el Cauca estableciendo por parte del ELN e Iván Mordisco y su Secretariado, “territorios libres”? ¿Quién ha cuantificado el abrumador número de víctimas en el Chocó? ¿Puedo decir que vivo en una democracia?

“El victimismo, escribía hace poco Gregorio Morán, se ha convertido en el arma defensiva de los cómplices” Ya que, caso del país vasco, en el poder están no las víctimas del grupo terrorista ETA sino los ejecutores de la violencia que asesinó a 850 personas ,secuestró, extorsionó a miles de sus víctimas. Como si hubiéramos llevado a la Presidencia de Colombia a una delincuente como Sandra Ramírez o a uno de los confesos violadores de niños y niñas que poco faltó para ello en las concesiones de Santos. Ha sido la habilidad de los terroristas y la debilidad vergonzosa de los “representantes de la Democracia” aquello que se nos ha impuesto,tal como se acordó en el acuerdo Santos-Farc regido por un astuto estalinista como Enrique Santiago cuando  ya sabemos que la JEP no castigará por motivos “desconocidos” a esta gran delincuente y que los miembros  del Secretariado de las FARC que públicamente reconocieron sus crímenes gozarán de penas ridículas de cinco años en la tranquilidad de sus apartamentos, sin haber entregado reparación alguna a sus víctimas. ¿A esto se le llama corrupción de la justicia o enajenación moral de los medios de comunicación propiciando mediante su ausencia de crítica que esta catástrofe de la civilización se continúe produciendo? ¿No es igualmente llamativo el silencio de los altos empresarios y de los llamados grupos de presión o de la política reducida al tejemaneje electoral?

Era de esperarse lo que sucedió en el Congreso cuando la mayoría de representantes de los llamados Partidos democráticos salieron a almorzar mientras  que irascibles Victimarias como Aída Avella que nunca fue llamada por la JEP a pesar de  su activa participación en el intento sangriento de las FARC de declarar  Urabá como “territorio Libre” trataban de impedir que las víctimas hablaran. ¿Será que ocho millones de víctimas no aparecen incluidas en la programación electoral de estos Partidos?

 

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