lunes, 23 de septiembre de 2024

NO ESTAMOS VIENDO Y ESTAMOS SORDOS / Darío Ruiz Gómez

 

NO ESTAMOS VIENDO Y ESTAMOS SORDOS

Darío Ruiz Gómez

La brutal represión de Maduro a sus opositores quienes le ganaron en las elecciones,  la tragedia colombiana con su violencia inclemente contra las gentes inocentes, todo esto puesto en primer plano ante nuestros ojos nos está situando ante unos hechos que no queríamos que existieran, repito, y sobre todo que nos afectaran ya que la cotidianidad, no puedo negarlo, es una conquista inalienable del ciudadano, un logro de la vida en común y nada debe perturbarla ¿Prueba o testimonio sobre un conflicto que se ha internacionalizado?  En algún noticiero de t.v he descubierto sorprendido que las informaciones sobre Gaza se continúan haciendo  desde el punto de vista de los informativos  de Hamás lo cual impide que podamos tener una visión objetiva de tan terrible catástrofe. Con acento burlón el alto  funcionario nos  aclara que la matanza de niños en Gaza por parte de los israelíes  ha llevado al Presidente Petro a  prohibir la exportación de carbón a Israel. ¿Y, les repito,  los macheteados niños del Cauca, del Guainía, de Arauca, de la Goajira masacrados, sedientos, sacados de sus familias mientras sus ejecutores se pasean ante los medios de información exhibiendo  poderosas ametralladoras, muchas de fabricación israelí? Dos colombianos procedentes de Ucrania y de regreso a Colombia fueron detenidos durante la escala que hizo el vuelo de regreso al país  y de inmediato enviados a Moscú donde serán juzgados como mercenarios lo cual demuestra que los militares rusos actúan a sus anchas en Venezuela protegidos por Maduro. ¿Por qué  el silencio del Canciller y del Embajador de Colombia ante  tan grave atropello a las leyes internacionales?  Según otras  publicaciones  distintas a “El Colombiano” los  exmilitares fueron detenidos en el propio Moscú lo cual es una clamorosa mentira.

¿No es la hora de comenzar a preguntarnos por lo que está suponiendo el haber salido de la Otán y estar hoy en manos de Putin y los Ayatolás con sus cuerpos de inteligencia actuando libremente en el territorio colombiano, desapareciendo enemigos del madurismo y de Putin?  Ya la ciudadanía con su implacable sentido común se ha  encargado de señalar en las redes lo que supone la retórica  populachera del actual régimen y lo que en la realidad  este ha dejado de cumplir respecto a sus promesas de mejoras en la Salud, en las vías, en la educación. Una pregunta que está en la filosofía y en el derecho respecto a la penalización del implicado en una promesa que nunca se ha cumplido, mostrándonos, una vez más que lo que llamamos política no puede seguir siendo el baremo ético  que  legisle la vida de la ciudadanía y las  responsabilidades de los funcionarios.  A dos  años del gobierno de Petro aquello que, sin llegar a decirlo,  se esperaba ha sucedido  tal como lo corrobora  la distancia establecida definitivamente  entre la verborrea promesera  del “Pacto  histórico” durante las elecciones  y  el contraste brutal con el auge desmedido de la corrupción por parte de oportunistas, aventureros, traficantes de armas, disfrazados de mensajeros del cambio social y con la entrega de la soberanía nacional el Eje del Mal, a los dueños del terrorismo infiltrados plenamente en nuestros territorios.  Vuelvo a la definición de Bogotá como un hervidero de espías hoy diseminados en distintas regiones, pero principalmente en la Goajira donde desde hace décadas se ha asentado el fundamentalismo islámico. El proceso “del cambio” se está haciendo bajo estas silenciosas maniobras de penetración

totalitaria.

 

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