martes, 24 de septiembre de 2024

SANGRE EN EL JUEGO DEL ALFILER / Antonio Arenas Berrío

 




 SANGRE EN EL JUEGO DEL ALFILER

“Habrá sangre” D.J.A


Antonio Arenas Berrío


En esencia “EL JUEGO DEL ALFILER “, es una novela corta, bien ordenada, en cuatro planos que  parodia los manuales de literatura*, en cuanto a personaje, trama, nudo y desenlace. La ficción tiene ciertos toques detectivescos y un final de novela negra inesperado por el lector. Hay un narrador en primera persona y una pregunta que surge en el desenlace de manera reiterativa ¿Para qué sirven los alfileres? El narrador cuenta historias y sopla globos, unas burbujas erigidas con palabras. Además dice: “Soy un narrador en primera persona” (2002:77). Pero también, hay un narrador omnisciente, que: “no imagina la lógica interna de una realidad fabricada solamente con palabras, con palabras escritas, una realidad de tinta y papel. Conoce la apariencia, la externalidad, pero no alcanza a intuir un mínimo del significado de este universo, ni las diferencias con el suyo” (2002:78). Se construye un mundo que no es el mundo real, puesto que hay en la novela una dialéctica de la realidad /lenguaje. La escribe Darío Jaramillo autor. “La escribo yo, el Darío – autor, el dueño de la pluma, a tinta y la libreta, según el inventario de Darío personaje” (2002:143). La novela es un juego, juego de ficción-realidad, juegos del lenguaje, “tal es la lógica, su simbología, su dialéctica realidad lenguaje” (2002:79). La novela juguetea con cuatro planos, como quien arma un manual de instrucciones, para ser seguidos al pie de la letra, pero con un final de golpe,  porrazo y  sangre. El primer y segundo plano de la novela  juega con crear y describir personajes,  juegan a develar  la historia, el narrador y el autor. Los personajes son seres de ficción  que intervienen en una historia inventada, que nacieron de la relación con los amigos o amigas del autor. Son “seres de tinta que existen porque yo cuento que existen. Ellos ignoran que son personajes de una historia, no saben que por sus venas circula tinta en lugar de sangre. Los personajes sin voz propia como la que yo poseo-primera persona, personaje, punto de vista, bisagra-conservan la ilusión o la certeza de ser personajes reales, actúan como tales, o eso tratan, reaccionan como tales, como tales tienen la capacidad y la inclinación para engañar”(2002:80). Parodiando el epígrafe de la novela “ya no son nada sino vocablo y figura” (2002:8). Darío el autor inventa un personaje, ¿su doble?  Que también, se llama Darío Jaramillo, él sabe que es parte de la historia, es un personaje hecho de palabras cuya suerte depende del autor, es decir de la pluma Mont Blanc. El autor crea burbujas con palabras, tiene un alfiler para destruir las burbujas, hacerlas explotar en el momento que lo desee.

La novela en este plano funciona con la relación construir- destruir-inventar personajes. El autor es todo poderoso, un creador.  Darío, Ana, Juan, Mariapé, Angela, Nicolás son partes de la historia para mostrar que el juego del alfiler no es caprichoso para el señor de la pluma. Una realidad inventada con palabras, se crea un mundo, un universo “una historia inventada como una burbuja” (2002:19).Darío es el amo y señor de la novela, él indica: “Aquí  estoy yo, hoy con una pluma Mont Blanc en la mano, mañana ante un procesador de palabras y amo y señor del cuento. Inflando la burbuja, y también propietario del alfiler para hacer plop a las historias y desaparecerlas, estoy yo advirtiéndome que tendré muchos problemas para condescender a que un Darío de ficción, inventado por mí, sea personaje de esta novela”(2002:19-20). En los otros dos planos, la ficción “EL JUEGO DEL ALFILER” sostiene la siguiente idea, advirtamos: “El juego del alfiler tiene reglas inextricables. Los personajes desean que su voluntad sustituya el destino. Y también están los hechos. Las verdades son hechos y las mentiras también lo son. El destino escoge cuáles hechos, mentiras o verdades, se convertirán en la cadena de causas que conduzcan al final verdadero” (2002:145). Mentiras y verdades darán el final de la historia. Darío – personaje, es abogado, viaja periódicamente, detesta viajar, detesta el mar y la playa. Su deseo esta en el sedentarismo, es “domestico”. Un día, mejor una tarde al ingresar a un restaurante “Boca de Ratón”, Darío- personaje se encuentra con un antiguo compañero de bachillerato, es el propietario del restaurante y que se hace pasar por ciudadano italiano. Es Félix Leal, mejor Felisberto González, este ha cambiado de identidad, dice ser otro. Desde ese momento, del encuentro, Darío, Ana y Juan, se dedican desenmascarar su identidad, su vida, su pasado y sus negocios. Se empieza a contar así la historia de Felisberto González, un sujeto pobre, con resentimiento y con ganas de imitar a sus compañeros ricos. Tuvo una firma constructora en la ciudad de Medellín, lavó dólares y huyó con ocho millones de dólares, lo buscan las autoridades y sus acreedores, en su búsqueda aparece otro personaje Clodoveo Mackenna Pombo, compañero de Darío en la universidad, quien también ha logrado ubicar a González y con la idea de pedirlo en extradición o recuperar el dinero robado a sus acreedores. Hay pues unos pagarés de unos narcotraficantes (Durango, Taxímetro y Clemencia). Dos han muerto, mejor los ha matado su compinche, Taxímetro, el narcotraficante, está recluido en una clínica mental desde donde hace sus fechorías, la puja por el dinero desencadena un final trágico. Taxímetro se ve por fuera del arreglo y manda desde su reclusión, en la clínica  a matar a todos, en ese instante de muerte el  autor explota su burbuja y explota lo que leeremos a continuación:

 Para Taxímetro era fácil y barato contratar el trabajo que seguía. González fue el primero. Cayó abaleado a la entrada del restaurante. A Clodoveo lo mataron desde una motocicleta cuando iba manejando su carro. Darío fue más difícil porque no tenía horarios fijos ni compromisos en las noches. Una madrugada, engañaron al portero de su edificio y forzaron la entrada de su apartamento mientras él dormía. Fueron hasta su alcoba. Lo acribillaron en su cama sin que despertara a ponerse la prótesis para llegar con dos pies a la otra vida. Plop” (2002:151). El desenlace de la historia es inesperado y fatal, nadie como lector esperaba ese final, así la monstruosa realidad de unos hechos se nos muestra también, como es en nuestro hermoso país. ¿Para qué sirven los sicarios, e digo los alfileres? Para hacer brotar sangre…

 

 

lunes, 23 de septiembre de 2024

NO ESTAMOS VIENDO Y ESTAMOS SORDOS / Darío Ruiz Gómez

 

NO ESTAMOS VIENDO Y ESTAMOS SORDOS

Darío Ruiz Gómez

La brutal represión de Maduro a sus opositores quienes le ganaron en las elecciones,  la tragedia colombiana con su violencia inclemente contra las gentes inocentes, todo esto puesto en primer plano ante nuestros ojos nos está situando ante unos hechos que no queríamos que existieran, repito, y sobre todo que nos afectaran ya que la cotidianidad, no puedo negarlo, es una conquista inalienable del ciudadano, un logro de la vida en común y nada debe perturbarla ¿Prueba o testimonio sobre un conflicto que se ha internacionalizado?  En algún noticiero de t.v he descubierto sorprendido que las informaciones sobre Gaza se continúan haciendo  desde el punto de vista de los informativos  de Hamás lo cual impide que podamos tener una visión objetiva de tan terrible catástrofe. Con acento burlón el alto  funcionario nos  aclara que la matanza de niños en Gaza por parte de los israelíes  ha llevado al Presidente Petro a  prohibir la exportación de carbón a Israel. ¿Y, les repito,  los macheteados niños del Cauca, del Guainía, de Arauca, de la Goajira masacrados, sedientos, sacados de sus familias mientras sus ejecutores se pasean ante los medios de información exhibiendo  poderosas ametralladoras, muchas de fabricación israelí? Dos colombianos procedentes de Ucrania y de regreso a Colombia fueron detenidos durante la escala que hizo el vuelo de regreso al país  y de inmediato enviados a Moscú donde serán juzgados como mercenarios lo cual demuestra que los militares rusos actúan a sus anchas en Venezuela protegidos por Maduro. ¿Por qué  el silencio del Canciller y del Embajador de Colombia ante  tan grave atropello a las leyes internacionales?  Según otras  publicaciones  distintas a “El Colombiano” los  exmilitares fueron detenidos en el propio Moscú lo cual es una clamorosa mentira.

¿No es la hora de comenzar a preguntarnos por lo que está suponiendo el haber salido de la Otán y estar hoy en manos de Putin y los Ayatolás con sus cuerpos de inteligencia actuando libremente en el territorio colombiano, desapareciendo enemigos del madurismo y de Putin?  Ya la ciudadanía con su implacable sentido común se ha  encargado de señalar en las redes lo que supone la retórica  populachera del actual régimen y lo que en la realidad  este ha dejado de cumplir respecto a sus promesas de mejoras en la Salud, en las vías, en la educación. Una pregunta que está en la filosofía y en el derecho respecto a la penalización del implicado en una promesa que nunca se ha cumplido, mostrándonos, una vez más que lo que llamamos política no puede seguir siendo el baremo ético  que  legisle la vida de la ciudadanía y las  responsabilidades de los funcionarios.  A dos  años del gobierno de Petro aquello que, sin llegar a decirlo,  se esperaba ha sucedido  tal como lo corrobora  la distancia establecida definitivamente  entre la verborrea promesera  del “Pacto  histórico” durante las elecciones  y  el contraste brutal con el auge desmedido de la corrupción por parte de oportunistas, aventureros, traficantes de armas, disfrazados de mensajeros del cambio social y con la entrega de la soberanía nacional el Eje del Mal, a los dueños del terrorismo infiltrados plenamente en nuestros territorios.  Vuelvo a la definición de Bogotá como un hervidero de espías hoy diseminados en distintas regiones, pero principalmente en la Goajira donde desde hace décadas se ha asentado el fundamentalismo islámico. El proceso “del cambio” se está haciendo bajo estas silenciosas maniobras de penetración

totalitaria.

 

Centenario de Luis Tejada, Víctor Bustamante en la Academia Pereirana de Historia.

 


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Yo me dejo la barba.

Luis Tejada

He resuelto dejarme la barba. Dentro del nuevo proyecto de fisonomía que estoy meditando cuidadosamente para este año, incluiré la barba, como un atributo indispensable al hombre digno y bueno.

La barba imprime a la fisonomía general del individuo un aire dulce y humano; suaviza la expresión dura de los ojos y oculta esa odiosa protuberancia de la mandíbula que hace del ciudadano moderno un animal de presa, triturante, amenazador.

Además, la barba no es solo el vestido decoroso de la cara; es también, en cierto modo, la cobija del corazón, la felpuda cubierta que arropa y calienta el corazón, reteniendo y concentrando su radioactividad, su efusión íntima. Yo no sé por qué he creído siempre que el hombre rasurado es un ser de corazón frío, de corazón frío y fugitivo como una espada.

¿Es capaz de amar mucho y de sufrir mucho el hombre rasurado? No. El tipo clásico del apóstol sensible, crucificado Yo me dejo la barba por amor, ha sido perennemente ese joven grave, de florida barba. Parece que la barba acaparara la energía espiritual y cordial, impidiendo su huida invisible, conservándola dentro de los límites sutiles de la personalidad. Parece que la barba hiciera al hombre más fuerte y más bueno.

Rasurarse es como colocarse una máscara acerada, como calzarse en el rostro una armadura rutilante, agresiva e impenetrable que oscurece o extermina las virtudes más bellas, la benevolencia, la sinceridad, la sensibilidad humana. La barba inspira una inefable confianza, una simpatía previa, una alegría imperceptible, que nos prepara eficazmente para acoger a ese hombre, probable huésped de nuestro corazón.

Yo he soñado siempre con la posesión de una ligera barba penetrante, que oculte la debilidad incurable de mi alma y que se exhiba como una modesta protesta contra el mundo moderno poblado de rostros esterilizados infinitamente por el contacto frío de la navaja.

Tal vez, la crisis espiritual de la civilización tenga secretas e insospechadas afinidades con la desaparición de la barba. En todo caso, es necesario reivindicar para el ciudadano del porvenir el derecho ancestral a la barba, dulce y pode[1]roso atributo que acumula dignidad humana y simboliza la fuerza misteriosa del alma del hombre


AQUELLO QUE HA VENIDO SUCEDIENDO / Darío Ruiz Gómez

 

AQUELLO QUE HA VENIDO SUCEDIENDO

Darío Ruiz  Gómez

El ELN supuestamente ha dado por terminado el paro armado de diez días durante los cuales 50.00 personas debieron permanecer en sus casas, las canoas y las motor fuera de bordo detenidas en los muelles hechizos, niños que murieron, madres que murieron en medio de la indiferencia de las gente decente del país civilizado. El Chocó es una geografía de común acuerdo inventada como una inaccesible periferia donde termina la civilización y empieza la noche de una violencia carente de sanciones. Toda esta farsa para ocultar la  explotación de oro, plata, maderas preciosas destruyendo el hábitat de innumerables culturas. En otras palabras y para recurrir una vez más a Giorgio Agamben nos estamos refiriendo al  “Homo sacer”  como  la víctima de un crimen sin  sanción o sea a quienes la justicia han  dejado por fuera en la consideración y enumeración de víctimas. El Paro armado del ELN – prolongado en el tiempo desde hace diez años- es en realidad una  estrategia de castigar permanentemente a unas comunidades para someterlas mediante el hambre, las enfermedades, la miseria que deviene con la destrucción de sus valores culturales. ¿Porqué las comunidades indígenas y afro como objetivo de destrucción del ser humano?  ¿No fue esta metodología del horror  precisamente la que supuso la escogencia del pueblo judío, gitano, de la comunidad católica como el paranoico objetivo criminal de los nazis? Doblegar a lo que consideran como un pueblo inferior sacándolo de las consideraciones de la justicia universal. Tengo la tentación de considerar que esta es la posición de la JEP al considerar que las  víctimas únicamente son aquellas  que ciertos de sus Magistrado buscan en cementerios rurales sin sancionar  a los criminales confesos. ¿No existieron aquí en este país de encumbrados juristas campos de concentración como los del Mono Jojoy? ¿No se está produciendo un escandaloso desplazamiento de población?

George Orwell recuerda con su profética lucidez que. “Una atrocidad es un acto de terrorismo que no obedece a un genuino propósito militar. Hay que aceptar tal diferencia si se ha de aceptar la guerra, cosa que en la práctica hace todo el mundo”. Porque lo que fue guerra ha ido deviniendo en una secuencia de atrocidades por parte de grupos que, repito, si inicialmente parecieron enarbolar la bandera de unas supuestas reivindicaciones sociales hoy, y,  es lo que nuestra llamada justicia no se atreve a diferenciar, es crueldad sin finalidad o propósito político alguno, pura insania contra los considerados inferiores. Nuestra  llamada  clase ilustrada  que supuestamente acaba de  abrir  los ojos y escandalizarse  ante la diabólica  dictadura de Maduro,  ante este universo terrorífico que  describieron Kafka, Zinoviev, Primo Levi, Milosz, Kadaré  y que  ya había venido sucediendo en Colombia no contó con la denuncia debida por parte de estos ilustrados.

La estrategia de que una banda criminal le declare la guerra a otra es realmente un sofisma de distracción para conquistar más territorios en un momento en que el Ministro de Defensa ha pronunciado una sentencia  digna de eternizar en mármol al declarar como natural que a pesar de la existencia de una mesa de conversaciones y de un alto el fuego estos facinerosos continúen   extorsionando, cometiendo masacres semanalmente, fusilando niños. El Ministro, tal vez en un “lapsus lingüe”   legitima entonces sin darse cuenta  el cometimiento de atrocidades como un recurso aceptado lo cual significa la prolongación indefinida de la guerra en unas prolongadas –como lo asevera Monseñor Henao- mesas y mesas de conversaciones.

FRAGMENTOS DE UN PAÍS IMAGINARIO / Darío Ruiz Gómez

 

FRAGMENTOS DE UN PAÍS IMAGINARIO

Darío Ruiz Gómez

Imaginar un país es algo radicalmente diferente a pensar en un país imaginario. Lo primero alude a esas actitudes románticas en que, ante un panorama de guerras civiles devastadoras, de leyes injustas que sólo condenan al pobre, de una burocracia ladrona como en las grandes novelas de Toltoy o de Vassili Grossman sólo queda en los desposeídos, en los crónicamente traicionados por las castas políticas, el soñar en un país donde sea una realidad comprobada el derecho a la felicidad, a la prosperidad, a vivir una radiante vida cotidiana. O como decía el expresidente Echandía solamente es posible pensar en una Colombia en paz cuando de nuevo se pueda volver a pescar de noche. Hoy cada colombiano(a) puede agregar que solamente habrá paz cundo se pueda transitar de noche por las carreteras, cuando se pueda caminar entre los cantos de los niños por las calles de ciudades y poblaciones  ¿Hubo un momento de mi vida – me pregunto-  hacia 1950 en que comenzando mi adolescencia y cotejando a través de la radio, de las novelas y revistas la vida del país creí que estaba participando de un gran sueño de democracia que nadie podría detener? ¿ El modelo del sef made man o sea de quienes se hacían laboralmente gracias a sus propias iniciativas impulsó un modelo de vida gracias al cual en Medellín irrumpió una gran clase media, una gran arquitectura y un modelo industrial que comenzó a sacarnos de la noche del atraso y la superchería. Habían aparecido en Colombia  las ciudades modernas obedeciendo al urbanismo de la Democracia. Este sueño se truncó brutalmente y desde entonces, de haber vivido la democracia, sentido la felicidad, pasamos drásticamente al infierno de la violencia más terrible.

Segunda imagen: Juan Antonio Agudelo alias Urías Perdomo – un compulsivo asesino- fue detenido en la Caravana de las Disidencias que venía de Tibú  e iba hacia Anorí -¿Porqué siempre Anorí? . Calarcá y dos guerrilleros fueron puestos de inmediato en libertad por estar en una Mesa de Conversaciones. De inmediato regresaron a la extorsión, asesinato de pequeños comerciantes de las regiones como Meta, Arauca, Guaviare. Describir sus actividades criminales y sus grandes ganancias monetarias es imposible por simple respeto a sus víctimas  ante una justicia abiertamente  cómplice. Calarcá su Jefe y miembro principal en la Mesa de negociaciones fue  quien  mandó  fusilar al muchachito de la Primera línea que lleno de entusiasmo revolucionario se alistó en las filas de este asesino. ¿Qué  falta “contrarrevolucionaria” cometió  y porqué sus compañeros de la Primera Línea no han salido a protestar? Un analfabeto delincuente de diecinueve años fue quien mando a secuestrar a cien soldados ante la mirada pasiva del Gobierno.  Lo que nos lleva a imaginar que estas infamias continuarían siendo consideradas como legales en las Mesas de Conversaciones?  ¿Vieron ustedes callados ciudadanos(as) el informe de María Jimena Duzán donde se ve la demoledora destrucción de un Patrimonio de la Humanidad por estos “nuevos colonos” como lo es Chiribiquete? Situados en este punto entre el anhelo de libertad  y la obscena brutalidad de estos personajes salidos del Paleolítico, ya no se puede imaginar un país que reclame  prosperidad y felicidad  sino ser espectadores  de una espantosa  distopía. ¿No continúa el ELN destruyendo cientos de ríos, exportando maderas preciosas, quemando bosques, y en medio de otro confinamiento infame de la población chocoana están muriendo niños, mujeres y al Gobierno sólo se le ocurre encargar a estas fieras humanas  de modelar el nuevo país económico, político? P.D La buena noticia es que por fin los asesores del Gobierno acaban de reconocer la necesidad de hacer unas nuevas elecciones para Presidente tal como lo han aconsejado para Venezuela.

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