domingo, 23 de junio de 2019

Programación / 8 Festival Alternativo de Poesía de Medellín / 2019


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Programación

8 Festival Alternativo de Poesía de Medellín

Junio 29 /4 P.M.
Inauguración
Paraninfo Universidad de Antioquia, Plazuela de San Ignacio
Sala de cine del Paraninfo
Un saludo para Ramiro Tejada como un acto para su ausencia
José María Ruiz
Lucia Agudelo
Carlos Valle 
Dariela Espinosa
Paty David
Andrés Caicedo
Héctor Hernán Hurtado
Damaris Román
Adriana Hernández
Lorena Otálvaro
Luis Carlos Sinitave
Paula Guarín
Presenta: Carlos Alfonso Rodríguez

Junio 29 / 6 P.M
Librería Café Bar, En este lugar de la noche.
Calle Barranquilla frente a la U de A
Jean Paul Saumon
Juan David López
Lorenzo Mejía
Simón Tierra
Jaime Saénz
Daniel Segura
William Euse
Ramiro Hernández
Presenta: Gustavo Zuluaga

Julio 2 / 8 P.M.
Café Bar Casa Asterión
Calle 54 N. 42-07
Ángela Penagos
Devora Dante
Harry
Ana Castañeda
Andrés Galeano
Alvaro Restrepo
Vanessa Casbah
Tabaré Garró
José Bedoya
Luisa Leticia Torres Vargas
Artista invitada: Marleny Agudelo
Presenta: Nena Toro

Julio 3 / 7 P.M.
Ateneo Porfirio Barba-Jacob
-Palabras iniciales Juan José Hoyos
Homenaje a Milcíades Arévalo director de Puesto de combate
-Conversatorio con Mario Sánchez y Gustavo Zuluaga
-Presentación de la revista La Musa Sonámbula
-Tatiana Valencia presenta su libro “Mi corazón se viste de ausencia”
Dafne Poe
Jorge Iván Díaz
Artistas invitados: Grupo musical Alondra y Luz Amparo Medina

Julio 3 / 6 P.M.
Biblioteca Héctor González Mejía -4 piso-
Comfenalco La Playa
Edgar Montoya
Constanza Muñoz
Johnny Ramírez Carvajal
Vincy Belalcázar
Verónica Sáenz
Sergio Guardo
Vanessa Casbah
Jean Paul Saumon
Jamer Jhany Correa
Artista invitado: Juan Carlos Muñoz Franco
Presenta: Jennifer Bedoya

Julio 3 / 8 P.M.
Café Librería Ulises
Carrera 42 N. 49-32 (Córdoba entre Colombia y Ayacucho)
Carlos Valle
Dariela Espinosa
Héctor Hernán Hurtado
Gloria Judit López
Damaris Román
Lorena Otálvaro
Medardo Aristizabal
Artista invitado: el Máster.

Julio 4 / 6 P.M.
Dios te dé, Café.
Centro Comercial El Unión
Danilo Castrillón
Martha Escobar
Karla Jazmín
Juan Rivas
Valentina Rojas
Ángel Mejía
Beatriz Patiño
Artista invitado: Carlos Vásquez -Música popular-
Presenta: Abraham Umbarila.

Julio 4 / 7 P.M.
Sede de teatro El Trueque (En La Playa junto al Teatro Pablo Tobón)
Conversatorio  de Milcíades Arévalo sobre Nadaísmo  
8 P.M.
Obra de teatro: Pasajeros de Betania de Gonzalo Arango. 


Julio 4 de 4 P.M.
Universidad de Antioquia, Auditorio de Ingeniería
Nora Rendón
Sahu Castrillón
Poetas de Citibunda:
Marcela Atehortúa Flórez
Norvey Mazo
Jaime Saénz
John Penagos
Camilo Urrego
Johnny Gallego
Robinson Alexander Paniagua
Miguel Ángel Uribe

Presenta: Daniel Segura

Julio 4 / 8 P.M.
Casa de los Oficios
Edificio Álvarez Santamaría, El Portacomidas
Carrera 50 N. 51ª -27
Hermilda Echavarría
Sahu Castrillón
Víctor Monsalve
Mario Mathor
Medardo Aristizabal
Tatiana Valencia
Luis Carlos Sinitave
Vinci Belalcázar.
Montana
Luisa Leticia Torres Vargas
Artista y poeta invitado: Ron Ridell
Presenta: Carlos Alfonso Rodríguez

Julio 4 / 7 P.M.
Ambrosía, diagonal al teatro Pablo Tobón Uribe
Presentador: Rodríguez-Loaiza
Inés Betancur Arango
Alejandro Morales
Sergio Guardo 
Ada Osorio 
Camilo Ortiz
Simón Tierra
Andrew Gil
Camilo Saldarriaga
Rodríguez-Loaiza
Margarita Moreno
Jorge Mejía
Paty David
Vinci Belalcázar.


Julio 5 / 8 P.M.
Tente en pie por todo, Carrera 39 N. 48-77, entre Ayacucho y Pichincha.
Presentación de La sombra de Erató de Mario Sánchez a cargo de Juan Rivas 
José Bedoya
Víctor Lupo
Azucena Ibatá Bermudez
Alvaro Villegas
Damaris Román
Helena Restrepo
Idaly Obando
Igor
Vanessa Casbah
Georgina Cuartas
Diana Pizarro
Ramiro Hernández
Artistas invitados: Tetralogía Tributo a Silvio Rodríguez
Presenta: Juan Vanegas


Julio 6 / 4 P.M.
Sala de cine del Paraninfo de la Universidad de Antioquia, Plazuela de San Ignacio
Ángela Penagos
Devora Dante
Alvaro Villegas
Ana Castañeda
Simón Tierra
Georgina Cuartas
Juan David López
Helena Restrepo
Andrew Gil

Johnny Ramírez Carvajal
Rodríguez-Loaiza
Camilo Saldarriaga
Andrés Caicedo
Presenta: Carlos Alfonso Rodríguez

PAÍS INEXISTENTE, DIÁLOGO INEXISTENTE, IMPOSIBLE / Darío Ruiz Gómez

Paul Kuczynski


PAÍS INEXISTENTE, DIÁLOGO INEXISTENTE, IMPOSIBLE
Darío Ruiz Gómez

El bello poema de Ungaretti que termina reclamando: “Busco un país inocente” tiene una invisible relación con el reclamo de Hanna Arendt cuando nos dice que son dichosos aquellos que no tienen patria porque aún pueden buscarla. La idea de patria ha respondido  desde su aparición  a un concepto que se ha movido entre la demagogia  y la ilusión de las gentes de reconocerse  en un  horizonte común,  sueño acompañado  de una larga historia  de violencia  contra comunidades  pacíficas sobre las cuales se han desplegado  persecuciones  racistas, desplazamientos, matanzas  o sea el dolor del exilio, la comprobación de que solamente la confianza en Dios permite no desfallecer ante la inhumanidad  de  cada nuevo poder. “Darío- me dijo mi papá antes de morir-  en toda mi vida- él murió a los 90 años- en Colombia no he visto sino matar gente” La idea de Patria que nos daban los textos de escuela, aquella inolvidable “Alegría de leer” era la de un cándido  patriotismo  que como lo comprobé rápidamente carecía de fundamentación  porque quienes debían afirmarla  prontamente  se dedicaron  a  mantener al país bajo los desafueros del miedo, lo que  permitió que las gentes modestas fueran convertidas en  “carne de guerra” precisamente por el hecho de ser modestas, que cada rostro familiar  desapareciera en la abstracción monstruosa del centralismo político. Ningún pensador con una mayor clarividencia  que  Fernando González hizo  gala  de su cólera moral para fustigar  las  lacras de una sociedad hipócrita que recurría al patriotismo cuando le convenía a sus intereses  pero se olvidaba de  quienes  desde la dificultad, desde la pobreza habían sido capaces de darle dimensión  histórica  a ese territorio sin palabras  que se va desplazando con nosotros buscando rescatar a los perdidos, huyendo de la falsedad de políticos y legisladores. ¿Qué hicieron de esta patria, se decía, los mercaderes del templo? La patria, lo saben millones y millones de desplazados, es un anhelo sin palabras, una luz que misteriosamente nos guía en la confusión. El problema del Partido ComunistaFarc  fue, debo recordarlo, que para su concepción  leninista la única patria posible era la “patria proletaria” o sea una entelequia,   mientras  el país real al  cual sometieron  bajo su infame  violencia  nunca cobró realidad   en su lenguaje  como lo compruébala retórica vacía  de sus amnistiados comandantes, de los miembros del PC a quien tendríamos qué preguntarle sobre la Colombia campesina, la Colombia profunda  que nunca vieron ni intentaron comprender. ¿Para quién luchaban entonces? ¿Sobre qué gentes o qué regiones escriben los intelectuales de la “extrema izquierda”? ¿Sobre qué bases, vuelvo y me pregunto,  se basa su discurso sobre la paz y la desigualdad? ¿Qué es hoy, por ejemplo,  el Chocó  después del Acuerdo de la Habana y porqué ha desaparecido de los medios de comunicación,  de las discusiones parlamentarias? ¿Acaso Chocó es solamente un problema lejano de orden público?  Es necesario  recordar  que  todo documento que se expone a la opinión pública,  como no es un dogma intocable,  terminará   sometido inevitablemente  al juicio de la ciudadanía y   los colombianos que asistimos a las sesiones del Congreso sobre la JEP  nos vivimos preguntando cuál fue la patria sobre la cual se fundamentaron esos acuerdos , cuál es, incluso,  la patria que  dicen representar los distintos parlamentarios nombrados por Partidos políticos que hace tiempos perdieron su representatividad  ya que no son portavoces  de ninguna  comunidad. ¿Por qué la férrea negativa a reconocer las verdaderas víctimas y a aceptar su presencia activa en estas conversaciones?  Si acepto esa retórica de mentiras estoy muerto como un escritor que busca la libertad de la palabra. Yo puedo hacerme estos cuestionamientos desde mi libertad intelectual, libertad que me concede la ejemplaridad de los grandes maestros del pensamiento a través de los cuales aprendí a preguntarme sobre la necesidad de evitar que un vulgar  revolucionarismo  arrase con las conquistas de la civilización y  la libertad   ¿A nombre de qué país, entonces, después de cuatro años de charlas, siestas y wisky se llegó a un acuerdo de  Paz entre Enrique Santiago y Santos? Un poder habla con otro poder que son dos abstracciones y no las realidades específicas que distinguen a los pueblos. Yo también “busco un país inocente”.

lunes, 17 de junio de 2019

Vc4 en los 25 años del Ateneo Porfirio Barba-Jacob / Víctor Bustamante

  Vc4 
Fredy Navarro, Daniel Mejía, Sergio Rivera, Sergio González) 






Vc4 en los 25 años del Ateneo Porfirio Barba-Jacob

Víctor Bustamante


El chelo se sumerge en la historia, y forma parte fundamental en las orquestas fastuosas para los conciertos de música clásica, también en algunas piezas de Schubert sus ejecutantes le arrancan momentos sublimes y profundos, o, a veces, cuando algún virtuoso lo aleja de ese estadio memorable y lo utiliza en alguna balada. En una de ellas, Eleanor Rigby, The Beatles lo incorporan, junto a un cuarteto de cuerdas, añadiéndole a su sonido esa profundidad de las personas que caminan solitarias por las calles. También Paco Ibáñez acompañado por el Cuarteto Cedrón, donde los chelos le otorgan a su música un orden algo melancólico, que no es más que el sinónimo de su presencia, del chelo digo. Cuando el rock fue aceptado y dejado de llamarse, por algunos eruditos algo díscolos como un ruido, así de simple, muchas bandas fueron acompañadas por grandes orquestas. Una de ellas, The Royal Philharmonic Orchestra, y ahí un pequeño desaire de un guitarrista, maestro profesional, que en los preparativos para incorporar la música de The Beatles, quería persuadir a Lennon de que Nowhere man no se ejecutaba como él decía sino a su manera y con partitura donde había ordenado una manera determinada de como ejecutar la guitarra. Lo cual llevó a Lennon a decirle que él ideaba maneras de tocar, improvisaba, porque él no sabía tocar con partitura. Pero el caso de esta anécdota es lo siguiente, ya cuando el rock fue aceptado, muchas bandas se han integrado a orquestas sinfónicas de prestigio para darle cierto toque de reverencia a su música. O sea, el pop, la música popular entra en los terrenos de la música de cámara y juntas nos acompañan como en este caso. Lo que podríamos decir le dona cierto equiparamiento pero ya sabemos que la tensión que entrega ambas formas de ejecutar música es muy diferente. Eso sí no podemos dejar de lado algo, ambas músicas, clásica y rock, son las músicas imperiales. La primera que llega desde la historia de ella misma en sus salones exquisitos y reverenciados, y la otra, la actual, la contemporánea, que aparece en los conciertos al aire libre y se asume casi como una religión, eso sí con dioses tutelares, las grandes bandas, para convertirse en la música clásica del momento, de esta época de grandes circunstancias.

Las fronteras entre ambas maneras de ver y de ejecutar la música ya ha perdido sus desequilibrios en momentos muy esenciales, ya que cada una posee su territorio. A veces escuchamos versiones de Mozart por bandas roqueras, otras lo sinfónico dándole otro cariz a ciertas baladas de rock, pero entre ellas hay un solo lenguaje que las define: la música, aquel elemento que apacigua, a veces como a Saúl con su rustica arpa en los testamentos heredados.

Todo lo anterior para hacer una referencia y una reverencia a Vc4, ya que Medellín guarda, de alguna manera, la sorpresa de esta banda de músicos de formación clásica que este sábado en el Ateneo entregaron lo más preciado de su talento, música para la noche, música para el alma; ya que el chelo con las sonoridades causadas por ellos, llevan desde la reciedumbre de buscar los confines del rock o del heavy metal, hasta la dulzura de esa música que apacigua la melancolía, ya que el sonido del chelo a veces parece una queja, un lamento, un reclamo donde la tristessa de Jack Keroak, sacude la mansión del animula vaga blándula, no con la nostalgia, sino con el imperativo de la realidad que  envuelve y destroza en plena noche de junio. Y es entonces que presenciamos un descubrimiento de esos que Medellín y sus lejanías, que otra vez Medellín, con su caja de caudales, guarda, y nos entrega a Vc4 en toda su dimensión, la dimensión de su música, de sus ejecuciones, del trasiego de los tres chelistas: Sergio Rivera, Sergio González y Fredy Navarro que pasean sus dedos por los mástiles de sus instrumentos con una concordancia vital como si galoparan, cuando deambulando por los caminos del rock o cuando pausados,  sus dedos ávidos de música, se deslizan por sus cuerdas para producir las armonías más sublimes en esa combinación entre el rock y la música clásica. A veces podría decir la dulzura de Vivaldi y la cabalgata de, y la furia de sus arcos blandiendo, rasgando, buscando a Black Sabbath en Paranoia cuando, Tony Iommi y Geezer Butler, le dan otras sonoridades a sus guitarras, estableciendo los caminos para que el rock abra otras sendas nunca pérdidas para el inicio del heavy metal, junto al tacaño, y místico insólito, fan tardío de Alesteir Crowley,  de Jimmy Page, cuando en La canción no es la misma quiere convertir su guitarra en chelo y asume el arco para buscar otras sonoridades, destrozando las cuerdas de su guitarra, junto a su arco que nunca lanzará venablos. Atrevo lo siguiente, los arcos rasgan el sonido del chelo cuando se deslizan por las cuatro cuerdas del chelo es como si fuera un látigo que quiere sacarle sonoridades. Por supuesto que Daniel Mejía contra ataca con su caja, con los platillos, eso sí sin baquetas ni escobillas, sino con las manos y a palmadas, olvidamos por un momento la batería como la parte de la música, del rock, del metal, que acompaña las sonoridades de las cuerdas.  Así Vc4.

Vc4 prescinden de las voces que nos entregarían las letras de la música rock. En ese sentido saben que sus propios instrumentos poseen la fuerza suficiente para entregar la propia voz de sus ejecuciones, cuando al unísono marchan, a veces pausados y lentos, otras fustigando las cuerdas, y recios gravitan hacia el camino ineluctable de los hallazgos como si fuera un Jam sesión.

Esta noche del 8 de junio en el Ateneo, en sus 25 años, escuchamos una suerte de serenata para Jaqueline Salazar y por supuesto, para los 25 años del Ateneo, eso sí ahí nos acompañaba, aun nos acompaña mejor, Porfirio Barba-Jacob, en la clásica fotografía, logo del Ateneo, dejada en 1927 por el poeta que no poseía sino poesía, nunca dinero para pagar en el Hotelito de doña Diva Echeverri en Bogotá, que hecha una diabla, entró al cuarto del poeta y abrió su maleta donde no halló dinero para pagarse sino una corbata ajada y ropa sucia y la sorpresa de un folder azul oscuro con el archivo ambulante, como él, de Barba-Jacob, digo, con esta fotografía y otra que no se conocía, y, además, con diversos y valiosos poemas, muchos años después valorados y publicados por Eduardo Santa que, todo un santo, reuniría y ubicaría estas fotos en Antorchas contra el viento. 

La cercanía de Porfirio con la música es notoria en Angostura, en Tenche, disfrutaba las veladas con guitarra, tiple y lira, y ya en México acompañaba a Pelón Santamarta y a Cabecitas por esas tierras lejanas para que cantaran bambucos. Pero él ahora, el poeta con mayúsculas, en pleno concierto de Vc4 nos dice:

¡Oh juventud, y el corazón, y Ella...!
¡Música en el silencio del palmar!
Brilla en mi cielo temblorosa estrella,
y el corazón, la juventud y Ella
me infunden vago anhelo de cantar

Cierto, Vc4 con su música para quienes ya los habían escuchado y para quienes apenas habíamos llegado a acompañarlos ha sido la sorpresa mayor: todo un concierto, su concierto, desde la música profunda venida de los siglos anteriores hasta la actual con las pavesas que arden después de escucharlos, en la forma como acentúan los diversos sonidos de sus chelos, en la forma como el cajón a manera de batería es preciso para acompañarlos. Su patria musical son los chelos, su norte, Apocalíptica, matizada con las oscuridades y reclamos del rock y de la confrontación de sus ser creadores. 

Vc4 es el otro rostro musical de Medellín.

LA KAKANIA DE SANTOS / Darío Ruiz Gómez


LA KAKANIA DE SANTOS
Darío Ruiz Gómez

Robert  Musil  es uno de los más grandes escritores del siglo XX y en  “El hombre sin atributos”  describe  al  humano  que llega por física ausencia de motivaciones  a  transformarse  en lo más anodino,  aun cuando a veces crea que piensa, que,  incluso tiene ideas  cuando en realidad  vegeta en la inmovilidad de una sociedad mediatizada por la mediocridad más absoluta,  el  melodramático  escenario de un reino, el llamado Imperio Austro Húngaro donde políticos, cortesanos, burócratas  se dedican a hacer la pantomima de lo que para cada uno de ellos, según su propio ingenio,  tendría que ser el Estado  propicio a sus  tontos anhelos de sentirse la imagen  del  guerrero  y del aristócrata  cuando en realidad no son otra cosa que una opereta  que transcurre dentro  del más edulcorado  sentimentalismo,  el reinado de la polka   y la peluca del nuevo rico, la ordinariez  del  parvenu,  del polítiquero  con ínfulas de patricio, un Congreso , que  se divierte, enajenado en su autismo,  mientras afuera circula crudamente  la borrasca de la guerra, de los galopantes nacionalismos.  ¿Cómo tener cualidades en el reinado del medio pelo social donde ejercen sus dominios los Condes de Cuchicute,  los travestidos  protagonistas del narcotráfico  disfrazados de aristócratas ?  Las imágenes  de la cena de negocios que la Reina Isabel de Inglaterra ofreció a nuestro entonces Presidente Santos  y su cohorte de empingorotados personajes,  dándoles   la ilusión de haber sido ungidos,  gracias a un toque misterioso,  de toda  la  finess  de la aristocracia histórica, se despliega aún entre el  duermevela de cada ciudadano colombiano  agobiado por  la violencia y las desmesuras de la economía, como una imagen  de la grotesca  Kakania con que Musil retrató con la ironía propia de los espíritus superiores  la caricatura de Imperio donde la política  y las leyes  en manos de ineptos  se convirtieron en  lánguidos  cuadros escénicos  de una astracanada. Creo que fue lo que sentimos luego de que el Presidente  anunciara que había comprado un palacete cerca a Buckingham Palace para estar más cerca de la Reina  una vez terminara  su mandato en un ignorado país tropical.  La honda reflexión moral que Musil hace de una sociedad cuando su gobierno  pierde su relación con la verdad  y la justicia  solamente podría hacerse, repito,  como una farsa cuyo oscuro fondo  golpea sin piedad alguna al ciudadano de a pié, a la víctima de la Historia pero por fortuna produce la reacción de los espíritus libres, de la inteligencia rectora. ¿Y la ofesiva  esfinge, la  Canciller que sólo habló con Maduro a cuya policía secreta le entregó los dos dirigentes estudiantiles?

Para darle forma literaria a la farsa de la vida política española,  Valle Inclán  la calificó de   esperpentos,  ya que ¿Quién podría tomarse en serio esta sustitución de la verdadera  política por la farsa, esta conversión de la justicia en una zarzuela  pueblerina  en manos de jueces y juezas, de magistrados y magistradas cuya ignorancia del espíritu de las leyes responde  directamente a la administración de la ignorancia y por lo tanto, tal como aconteció en Kakania al odio  desenfrenado a la inteligencia? ¿Dónde  podría objetivarse de manera más clara esta mediocridad, este “pesimismo”  propio de almas vaciadas de cualquier ilusión sino en la prensa, en el periodista de escándalos convertido en el supuesto testigo crítico de los azares de su época? ¿A qué país nos referimos entonces cuando hablamos de Colombia? Una cosa es la Kakania de Santos y su cohorte de farsantes  y otra la Colombia real que nunca dejó de afirmar su verdad.     

LA NUEVA GUERRA DE RELATOS / Darío Ruiz Gómez


LA NUEVA GUERRA DE RELATOS
Darío Ruiz Gómez
La lié al decir que la información del New York Times sobre “ falsos positivos” encubiertos en una orden dada   a las tropas pidiendo resultados  era el  fake news de un periodista norteamericano.  ¿Son los  actuales   o son los viejos los documentos publicados  por “El País”?  Estar trayendo  de nuevo al presente unos hechos  que ya sucedieron  y sus protagonistas  fueron ya condenados,  constituye  una estrategia de manipulación  a la cual se recurre en la guerra de desinformación. Pero la lió también Felipe López  al negarse a publicar  las denuncias   de su  columnista estrella Daniel  Coronel,  convertido  en un espía inglés dedicado a hurgar en papeles secretos del Estado para “prevenir” lo que “entre  líneas” puede insinuar malévolamente  algún comunicado del Ejército. ¿Quiénes están más interesados en  desacreditar de nuevo al Ejército colombiano? ¿No fueron ya condenados los militares acusados por Montealegre por los verdaderos falsos positivos?  Instrumentalizar  el lenguaje es degradarlo. Hasta hace un año la información periodística sobre la deforestación de nuestras selvas señalaba como responsables  a los narcotraficantes  y a las FARC quienes prácticamente con la minería ilegal destruyeron los grandes ríos y selvas  del Chocó y los Llanos Orientales, de Nariño.  ¿En qué momento y a causa de qué  acuerdo esta información  borró en los medios de comunicación  la responsabilidad de las FARC  en el aumento descomunal de los sembrados de coca? La guerra de relatos que las FARC  ha  proseguido,  semeja bastante a la que en el país vasco  lanzó   ETA para borrar de la memoria de las gentes sus atrocidades. Un cierto periodismo que se limita paranoicamente a hacer únicamente denuncias sensacionalistas buscando el escándalo y no la reflexión que debe caracterizar al verdadero periodismo  no puede ser convertido de la noche a la mañana en ejemplo moral de libertad e independencia intelectual.  Desde  la posesión del Presidente Duque  se ha desatado una  desaforada  campaña de  desprestigio de su nombre acompañada de eso que Lenin denominó el proceso de protestas  escalonadas  hacia la  Huelga General. No habían transcurrido dos meses de su gobierno cuando empezaron a aparecer los “Duque asesino” en las paredes de las universidades, cuando comenzó la campaña de descrédito mostrándolo  como un inepto, como un incapaz de la tarea de reconciliación nacional  y  se desatara la violencia en las calles haciéndose  claro  que el propósito de este grupo de  oposición no era la de construir un espacio para la convivencia  sino que su objetivo es desestabilizar el país, conspirando  contra las instituciones. ¿De dónde está saliendo tanto dinero para ello? 

Y la lié cuando dije que Uribe,  creado por los relatos  de las FARC como el único  “gran asesino”,  capaz  para estas mentes infantiloides  de la hazaña  marveliana  de conspirar  contra Maduro incitando las huelgas estudiantiles,  y simultáneamente como el dios de la maldad, “dirigiendo personalmente” matanzas aquí  y allá mientras  silencian  sus propias  responsabilidades , los crímenes de Pablito, de las llamadas disidencias;  estrategia de guerra  informativa que continúan  utilizando para colocar  a sus contradictores  ideológicos  como  enemigos,  eludiendo  el debate  necesario  pues como en tono airado me dijo un connotado novelista al rechazar mi presencia: “Con un uribista no se puede hablar”. ¿De dónde salí yo uribista? “La memoria del pasado, ha dicho Todorov, será estéril si no nos sirve para conocer las causas del mal” Pero ese terrorífico pasado no podrá ser borrado ni comprando conciencias ni  recurriendo a idiotas útiles, ni creando  enemigos fantasmas.   

miércoles, 12 de junio de 2019

Marcha Carnaval / Medellín 2019


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Marcha Carnaval / Medellín 2019

Luisa Vergara

Nos convoca nuevamente el carnaval, la alegría y el color como forma de manifestarnos a favor de todas las expresiones de vida, de este planeta biodiverso que ahora más que nunca deja en evidencia la profunda crisis en la que se encuentra. Nos juntamos en un grito de resistencia y reclamo para denunciar el desastre ecológico que ya estamos viviendo, y que solo tiene su raíz en un modelo económico basado en el extractivismo, el cual entiende a la naturaleza como un simple recurso con valor económico para cubrir una demanda en el marco mundial, y a las comunidades como engranajes, mano de obra barata para mantener activo este sistema depredador.

El actual gobierno, y no muy diferente a los anteriores, pretende iniciar proyectos bajo la bandera del “desarrollo” y que supuestamente ayudarían a mejorar la calidad de vida de estas comunidades, algunas de ellas, marginadas y que por años han sufrido el abandono estatal y la violencia debido al conflicto armado. Minería a gran escala, represas, fracking, proyectos agroindustriales, son algunas de las actividades que se quieren imponer en diversos territorios sin importar que esto pueda representar el cambio en la vocación del suelo, la contaminación de las fuentes de agua,  desaparición de especies, devastación de ecosistemas, desplazamiento forzado de comunidades y ruptura del tejido social. Dichos efectos no son un supuesto o el imaginario creado por ambientalistas, a lo largo de nuestro país, así como en todo Latinoamérica, ya se pueden evidenciar; tenemos el caso de la mina de carbón del Cerrejón en La Guajira, la mina de ferro-níquel en Montelibano, Córdoba, la explotación petrolera en la Orinoquía, la represa La Salvajina en el Valle del Cauca, y más actual, desastrosa y polémica, Hidroituango en el norte de Antioquia.

A pesar del devastador resultado de estos megraproyectos, el gobierno insiste en impulsar nuevos pasando por encima de los intereses de las comunidades e ignorando los fuertes argumentos que estas puedan tener para rechazarlos. Por esto la marcha Carnaval cambien es un canto de apoyo y solidaridad a todas aquellas comunidades, campesinas, indígenas y afro que desde intrincadas montañas y selvas, y a pesar de la constante presión y amenazas por parte de las  multinacionales que ejecutarían dichos proyectos,  se han organizado para defender sus territorios, han creado sus propios planes de vida, porque la resistencia no se trata solo de aguantar los constantes ataques de las empresas o manifestarse cuando más se vean amenazados, también han entendido esta lucha como una necesaria toma de consciencia sobre la importancia de trabajar en nuevas formas de vida enmarcadas en la ecología y el buen vivir, que le hagan frente al modelo que impone el gobierno demostrando que no necesitan un “desarrollo” que realmente solo sirve a intereses económicos y corporativos.

Nos mueve esta realidad, pero también un amor profundo por este planeta, por este país megadiverso, donde la naturaleza aun vibra, donde aún sobreviven tantas culturas y es posible así evidenciar las tantas formas de habitarlo gracias a la infinidad de ecosistemas que nos conforma, desde el río, hasta el mar, la selva y el páramo, hasta la misma ciudad donde aún intentamos recuperar los bosques urbanos y los ríos canalizados o al menos su memoria. Frente a la violencia ejercida por el gobierno en asocio con las multinacionales, solo queda rebelarnos, unirnos y actuar.












domingo, 2 de junio de 2019

Darío Ruiz Gómez / Cine (1)


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Darío Ruiz Gómez / Cine (1)

Víctor Bustamante

Siempre me he preguntado la razón por la cual Darío Ruiz ha hablado tan poco de cine si lo comparamos con su producción intelectual, que abarca una exigencia total en diversos campos, y si hago la pregunta, es debido a algo palpable, y es esa relación entre cine y literatura que de manera constante perdura, ya que cuando él habla de una gran película de alguna manera establece esa interacción entre estas dos artes que muy pocos críticos realizan, ya que no han acertado en indagar, y, sobre todo, para saber cómo la literatura le entrega al cine todo su acervo de novelas, cuentos, textos, para que el cine la exprese en imágenes. Además, en casos espurios que la saquee. 

Esa relación entre literatura y cine se presenta en el caso memorable de Pasolini con sus grandes películas, con su poesía y con sus reflexiones; con Fernando Vallejo y sus películas y sus novelas; también en el gran aporte de Guillermo Cabrera Infante con sus criticas brillantes y sus guiones. En ellos la literatura no es subsidiaria del cine, sino al contrario, ellos reflexionan sobre los diversos directores que han ido creando obras memorables, así como en esa coartada del cine de pensar que es entretenimiento puro, cuando hay en realidad todo un proceso de enseñar que el cine es más que eso, a lo cual también se le adosa la de ser una reflexión sobre nuestros tiempos.

Darío, en sus primeros artículos, ha escrito sobre cine, desde que estudiaba en el colegio San Carlos, en 1956. Estuvo presente en el Cine Club de Medellín cuando funcionaba en el teatro María Victoria. Además, nos da una apreciación sobre los teatros y su color específico cuando el Centro poseía ese encanto de ser una ciudad serena, donde cada teatro poseía su sello y elegancia; su generación estuvo al lado de grandes directores y del gran cine, de esa manera no dejaron que el cine claudicara en entretenimiento.

Ya en Madrid, Darío se vincula con personas de cine como Pedro Olea, Saura, y allí continúa escribiendo sobre diversas películas y directores; uno de ellos Buñuel, a la par que vive la irrupción de otros directores y de otro cine en una época donde Franco maneja con puño de hierro las diversas maneras de expresión.

No cabe duda que Darío le ha dado un tono muy peculiar a sus textos sobre cine, donde la reflexión ahonda de una manera muy personal, lejos de las reseñas de cine que asedian en estos días de mucho cine, muchos festivales y poca reflexión.

En esta conversación, que es un inicio por los diversos caminos creativos de Darío Ruiz, él nos cuenta precisamente de esa manera suya de indagar y vivir los diversos procesos que lo han llevado a mantenerse al tanto con sus reflexiones en los diversos campos del arte. Pero hora es solo el cine y su presencia en él.

A CONSTANTE TOTALITARISTA / Darío Ruiz Gómez


                                                            Beksinski


LA CONSTANTE  TOTALITARISTA
Darío Ruiz Gómez

“La violencia y la crueldad son inseparables compañeras de la ignorancia”, recuerda Emilio Lledó el más importante pensador español actual. Y quiero recordar aquella certera diferencia entre el llamado(a)  alfabeta  analfabeto y el analfabeto(a)  ya que este último si bien ni lee ni escribe pertenece a esas profundas culturas de la memoria común gracias a las cuales existió la agricultura, la arquitectura y se pasó de lo crudo a lo cocido y un saber ancestral  se transmite  de los ancianos a las niñas  y niños y se da  en los campesinos, en las sociedades pobres la ética del ascetismo. El alfabeto(a)  analfabeta  lee  y escribe  de corrido, cuenta con  títulos universitarios, firma cheques, dirige negocios, escribe novelas, poemas incluso pero es el resultado  de una información  instrumentalizada  que no se llega a implicar  como conocimiento  responsable, ya que desconoce el libre albedrío y bajo  esta inercia está predispuesto a acogerse a que otros  piensen por él ya que como sabemos pensar es siempre algo muy  peligroso. Pero es más y Magris lo aclara: salvaje es quien vive en una cultura distinta a  la cultura racional de Occidente  y vive, como lo ha demostrado Lévy Strauss con códigos admirables  de conocimiento y normas profundas de convivencia que deben ser estrictamente respetadas. Bárbaros  en cambio son aquellos que con apariencia de civilizados  justifican cualquier forma de violencia que beneficie sus intereses. ¿Cuál puede ser entonces la política que un bárbaro como estos puede proponer? ¿Cuál la paz que trata de imponer?  Es aquí donde irrumpe  la crueldad  que conlleva  esta  ignorancia  que  se impone  no con la razón   sino   manteniéndose, como hoy en Colombia,   en una  conspiración permanente  que  imposibilita  el diálogo, la posibilidad de  un nuevo pacto social.  Por eso, dice Hannah Arendt: “el sujeto ideal para un gobierno totalitario no es el nazi convencido ni el comunista convencido, sino el individuo para quien la distinción entre hechos y ficción, entre lo verdadero y lo falso han dejado de existir”.

La  finalidad  obsesiva  de esta falsificación de la verdad es, como lo vemos,  tratar de convencernos  jurídicamente  de  que  el narcoterrorismo no existió y por lo tanto la extradición no tiene justificación.  Pero  lo peor es que existan bárbaros  alfabetos  que se crean esto, ya que su fundamentalismo  político  los  ciega a la hora de enfrentar   la complejidad del  postconflicto,  el cual reducen  a lo  más fácil: propugnar el relativismo moral  y no la investigación, el testimonio, inventando  sofismas de distracción ante  la tragedia  de  las secuelas de la violencia.  En las elecciones de Europa acaban  de triunfar  la juventud y el Liberalismo,  o sea el humanismo y la democracia, el derecho a la pluralidad;  en España políticamente ha desaparecido  el populismo de  “Podemos”  de Pablo Iglesias, o sea la versión de nuestro petrismo, lo cual  constituye  el triunfo de la voluntad de cultura y de  civilización  contra  la amenaza  de los  fundamentalismos.  Supuestamente  aquí ni llegamos a enteramos de lo que ha acontecido  porque  mantenernos  aislados, confundiendo  ignorancia  deliberada con inocencia,  ha sido  precisamente una de las estrategias utilizadas  para  crear indiferentes ante la barbarie que el narcotráfico y la política anuncian  de nuevo. 

P.D En “Marea” la publicación gallega, Enrique Santiago, tal como lo denuncié entonces, puso el ejemplo de Colombia amnistiando a las FARC para solicitar que España amnistiara  a ETA. Y todavía no se había firmado el “Acuerdo de Paz” en Colombia.