jueves, 20 de julio de 2017

6 Festival Alternativo de Poesía / Pais Burlesque/ (Comfenalco 3)



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6 Festival Alternativo de Poesía / Pais Burlesque/ 
(Comfenalco 3)

País burlesque o el blues de las utopías destrozadas

Víctor Bustamante

En el 6 Festival Alternativo de Poesía, ocurrió una sorpresa, la presentación de País Burlesque. Digo sorpresa porque en la radio y en tele, ante un público impúdico anestesiado por el continuo ir y venir de los mismos grupos musicales con sus cancioncitas frambuesas que nunca dicen nada sino el eterno dilema del amor como enganche para el consumo, vana distracción, casi han olvidado que la música también puede explorar otros ámbitos. En este caso, en País Burlesque, asistimos a la exposición de un grupo que no se detiene en la distracción sino en el cuestionamiento, en la crítica tan necesaria en el país donde todo en apariencia va bien, ese país anestesiado por los medios masivos que solo llegan hasta cierto punto y ahí se quedan estáticos porque la mayoría de ellos mismo coayudan a mantener el statu quo de ese cinismo que da la quietud, y la aparente felicidad del llamado pueblo colombiano.

Ese cinismo implacable y lleno del morbo de las encuestas, ya que cuando lo dice una empresa del cepillo extrajera conmueve a la estolidez de los medios y de las instituciones nacionales, que se sienten aún más felices por esta designación, cuando ellos saben que en el fondo es la mentira más inaudita que pueden confirmar y difundir. Por esa razón en una canción, “El país más feliz del mundo”, País Burlesque, desmiente ese estado de felicidad declarado por algunos medios y por quienes aún piensan que la palabra felicidad oculta la ignominia de lo que se vive realmente: corrupción, mal servicio médico, indigencia. Hay otra canción, “Vivo”, donde el coro en realidad es un lamento duro y dulce, dice, “habitante de un país despedazado, de fantasmas milenarios, de encuentros aplazados. Tanta sumisión acumulada, tanta rabia contenida, tantas vidas destrozadas. Vivo porque estás ahí en esta cárcel con nombre de país”, pura poesía de la desesperanza, pura poesía de las utopías derrotadas, encuentro con el origen plausible de saber que hay músicos que dicen, que perseveran, que sueñan otro estado de cosas.

La materia del ensueño narcotizado donde vivimos, desde cierto tipo de música, País Burlesque, las ha destrozado, ya que abre otros ámbitos que se habían cerrado, pero que reaparece con ellos, y así la música pierde ese efecto colateral de acompañarnos con un susurro bello que nos lleva al infierno de la y tranquilidad y del conformismo. “País burlesque canto que reclama humanidad, país burlesque donde te masacran sin piedad, sueño que no puedo terminar”.

“Entre la alegría y la nostalgia estarás carnaval, carnaval. En el equipaje de recuerdos estarás carnaval, carnaval”. Es la despedida pero en realidad ahí es que se abren muchas preguntas. La primera por qué razón no conocía este grupo, por qué razón Medellín nos entrega sus sorpresas, esos ases de la baraja ocultos ya que un grupo de estos quilates, de esa valía, nos asombra con su música, con sus letras urticantes, con esa presencia que tanto necesita la cultura  del dejar pasar, ya que la oxigena.

Cuando el grupo ha salido a escena, con sus plumajes en la cabelleras de sus cantantes, con su vestidos rojos y negros de un can can, con sus manos y sus guantes, con sus rostros coquetamente pintados, y ante los sombreros de copa y la elegancia de los chalecos de sus músicos, pensamos que vamos a asistir a ver y a escuchar a otro grupo más, pero cuando comienza la función y la palabra carnaval se apersona del evento y se atesora en nosotros, y a medida que se suceden las canciones nos sentimos tocados, y cuando digo tocados no es por presumir, o un falso cumplido, es que hemos sido sorprendidos en nuestra convicción con esas canciones tan llenas de poesía, de tanta dulzura, pero a la misma vez que reclaman y más me sorprende, cuando se termina la función, sus canciones, y queremos que el show continúe porque no es cualquier show sino ese carnaval que trasplantado aquí entre estas montañas, aquí entre estas calles, aquí en nuestras entrañas, ya que así sabemos que País Burlqesque se ha quedado en nosotros, como una huella, como un acto creativo tan fuerte, tan perdurable como la poesía misma, como el hallazgo de un tesoro valioso que las entrañas de la ciudad, que Medellín guardaba, y la ola de esta noche de julio  lo devuelve con todo el júbilo posible como si ellos, despiadados y bellos dulces y duros, nos restituyeran lo que debe ser el oficio del artista, saber en qué país habitan.

Para Ovidio Rúa, a sus integrantes, a sus músicos, Adriana Patricia Cartagena Zapata, Carolina Andrea Martínez Echavarría, Libia Marcela Jiménez Pulgarín, Daniela Martínez Velásquez, Carolina Suárez González, Liliana Jaramillo Tilano, María Camila Rúa Henao, Blanca Nelly Rincón Álvarez, Juan Felipe Posada Cardona, Juan David Muñoz Álvarez, Julián Díaz Soto, Esteban Garcés Gómez, Anderson Stiven Lozada Quintero, Juan Esteban Rúa Jaramillo, María Análida Soto de Díaz, José William Díaz Largo,  solo nos resta darles ese abrazo y esa gratitud por su talento.
“Me rescata del abismo tu sonrisa”, ¿qué más queremos de esta bella y trágica canción de amor y desesperanza?
  

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