CONVERSACIONES CON TEÓFILO VILLACORTA CAHUIDE
Carlos Alfonso Rodríguez
El artista
plástico y escritor Teófilo Villacorta Cahuide (Aija,1966), estuvo exponiendo
parte de su obra pictórica en el halls del Municipio de Envigado, entre los
días 16 y 29 de Septiembre del presente año, invitado por la Casa de la Cultura
del mencionado municipio, por mediación de la gestora cultural Débora Dante y
el poeta Juan Mares.
Cuenta el
artista peruano que nació en el pequeño pueblo de Aija, el 15 de Octubre de
1966. Pero que a los ocho meses de nacido en brazos de sus padres fue llevado a
vivir a la caleta de Culebras, ahora puerto y municipio de Huarmey desde el 20
de Diciembre de 1984. El artista creció en una pequeña casa de madera y esteras
frente al rico mar del Océano Pacífico, entre oleajes, mareas, tijeretas,
patillos y cantos de gaviotas que evoca en sus escritos, poemas, relatos y
cuentos de manera permanente.
En Puerto
Culebras se destacó tanto en primaria como en secundaria (bachillerato), siendo
un aplicado estudiante que poseía inocultables y sobresalientes condiciones
artísticas. Fue el primogénito de una prolífica familia en donde la cabeza
familiar era un modesto pescador que luego de recoger la cosecha diaria que le
prodigaba el mar y de compartir momentos de diálogo con sus hijos y esposa, transcurría
algunas horas de solaz en los bares del puerto escuchando a los cantantes populares
y las más bellas canciones de esa época: “Mil años”, “Luciérnaga”, “Dios mío
haz que me enamore” de Félix Zevallos Robles “Dino de América”(Barranca, 1946)
excelente cantor que vive aún en la Ciudad de Barranca. También escuchaba su
padre a los “Pasteles verdes” que imponían canciones como “Sueños de una noche
de verano”, “Angelitos negros”, “Hipocresía”, “Mar”, “Amor imposible”. Período
de grandes cantautores locales: José Escajadillo, Juan Mosto, Raúl Vásquez,
Edwin Alvarado, Mitchel, Homero, Luigi Montagne. Cuando entonces Chimbote era
el primer puerto pesquero del mundo y la caleta de puerto Culebras una de sus principales
abastecedoras.
En esas
condiciones y en esas circunstancias Teófilo Villacorta Cahuide, desde niño intuyó,
exploró y dedujo que solo la educación, la información y el conocimiento podrían
sacarlo a él y a su familia hacia adelante, por lo que siempre ocupó los
primeros lugares en los estudios primarios y secundarios en la única
institución educativa de Culebras, méritos con los cuales al final de once años
obtuvo el ingreso directo para continuar estudios universitarios, técnicos y
superiores. Decidiéndose por la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas
Artes de Lima.
A mediados
y en finales de los años 80 Teófilo Villacorta caminaba por las viejas calles
del centro de la capital peruana con sus primeros lienzos bajo el brazo,
promocionando algunos trabajos pictóricos y a veces ofreciendo sus servicios
como publicista artístico para generarse algunos necesarios recursos económicos,
que permitieran sostener sus estudios académicos y universitarios, pues había
llegado de la provincia norteña de Huarmey en épocas muy difíciles sin
familiares ni amigos. Eran tiempos en los que restaurantes, cafeterías,
panaderías y hoteles requerían los servicios de publicistas artísticos, ahora
ese trabajo lo hace cualquier computador o diseñador gráfico en cada esquina.
Luego estudió en la escuela de Bellas Artes de Huaraz, capital del departamento
de Ancash.
Teófilo
Villacorta Cahuide, actualmente es profesor de Artes en la Institución
Educativa Inca Garcilaso de la Vega, uno de los colegios más emblemáticos de la
ciudad de Huarmey, en donde enseña cuatros días a la semana y por las tardes se
dedica a pintar o a enseñar a los alumnos y jóvenes que se encuentren
interesados en desarrollar sus inquietudes artísticas frente a un lienzo y frente
a los caballetes de pintura.
“Yo vivo para
la pintura y el arte, no vivo para vender” nos dice el artista plástico y
escritor para despejar todas las falsas dudas de quienes lo habían imaginado
como un “artista-empresario” que ha viajado a México, Cuba y Colombia echándose
una gran vida. Simplemente es un artista laborioso y disciplinado que cuando no
está en Huarmey se encuentra en su taller de Lima, por lo cual pasa lunes,
martes, miércoles, jueves en Huarmey y viernes, sábados, domingos en Lima luego
de viajar cuatro horas; pero si algunos pensaban que el artista solo se dedicaba
a la pintura y docencia, tenemos que contarle que entre viaje y viaje, entre
encuentro y encuentro, el artista plástico escribe poemas, cuentos, relatos y
crónicas periodísticas, labor literaria que empezó con un pequeño cuadernillo
de poemas titulado “Gaviota gris” impreso a mimeógrafo, que tuve el privilegio
de recibir de sus propias manos allá por los años 90. Así empezó para Teófilo
Villacorta una actividad paralela a su labor de pintor, luego de “Gaviota
gris”, publicó “Aventura: en marea caliente”, “Una confesión para todos”,
“Flores en mi celda”, “Fiebre de la desidia”, “De color rojo”, “Marea de
sombras azules”(Lima, 2008), “El mar en los ojos de la niña Buenaventura” (Premio
Nacional Horacio 2009), “Volver al mar como en los sueños”(Premio Nacional
Horacio 2010), “Conversaciones con el mar”(Lima, 2012), obras y trabajos literarios
por los cuales es considerado uno de los más sobresalientes autores y poetas de
la denominada generación de los 90, que es aquella que celebró el primer
centenario de César Vallejo, la que vivió la violencia política, social,
económica y cultural entre 1980-2000. Así como la represión interna y militar
de Alberto Fujimori, la caída del muro de Berlín, el fin de la Guerra Fría, la
imposición mundial del orden económico neo-liberal, el imperio del capitalismo
salvaje. Ninguna otra generación fue más avasallada, perseguida, desaparecida, calumniada
y vetada, aún así nunca faltaron advenedizos, diletantes y estrafalarios
autores que creyeron que esa era una oportunidad magnífica para exhibirse y
auto- promocionarse. El mismo autor que ahora nos ocupa por esos años padeció
el presidio como muchos autores de su generación y época en la vieja cárcel de
la avenida Alfonso Ugarte, en donde José María Arguedas escribiera “El Sexto”.
El artista
visitante ha recorrido varios municipios de Medellín: Envigado, Itagui, Bello,
San Gerónimo, Santa fe de Antioquia, Cañasgordas, Giraldo, Dabeiba, Carepa,
Mutatá, Chigorodó, finalmente Apartadó en donde ha dictado talleres de pintura
en la Biblioteca Federico García Lorca y ha leído sus extraordinarios poemas al
mar. En la ciudad de Medellín visitó el Museo de Antioquia, la Universidad
Nacional, la Universidad de Antioquia, la Biblioteca Débora Arango, la
biblioteca Félix Restrepo, la biblioteca Héctor González Mejía, la casa de la
lectura infantil, la Fiesta del Libro, ha concedido algunas entrevistas a
emisoras y cadenas de televisión. Con Teófilo Villacorta Cahuide la pintura
peruana sigue una trayectoria relevante iniciada en el siglo XX por Sérvulo
Gutiérrez, César Moro, José Sabogal, Víctor Humareda, Armando Villegas, Alberto
Quintanilla y Fernando de Szyszlo.
Medellín
8 de Octubre de 2014.
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