MÁS IMPORTANTE QUE LA PAZ ES LA VERDAD
Darío Ruiz Gómez
Esta afirmación de Don Miguel de Unamuno nos recuerda la tarea fundamental que
tiene el pensamiento sobre todo en un tiempo como el que vivimos donde los
agresores enarbolan la bandera de la paz y pretenden mediante un acuerdo entre
ellos mismos, hacer que se olvide la verdad de sus crímenes, de sus desafueros
y de sus estrategias para seguir matando sentados en una mesa de
conversaciones. ¿De qué Paz se puede hablar sino está de primero la verdad? La tragedia del Putumayo
mediante la manipulación ideológica del lenguaje de los Medios carece de responsables con nombre y apellido y
un debido prontuario de sus fechorías: heridos, niños asesinados, responsables
de atrocidades de inmediato nos son negados en su rostro y su apellido como
niños de la guerra. ¿Qué es una mujer que huye despavorida con sus dos hijos o ¿quién
es la anciana que desfallece en una larga marcha al escapar de los bandidos? ¿Una
noticia o una metáfora sobre la desventura de ser humano? Un entorno construido
por un colono con su esfuerzo se rompe brutalmente, se rompen una geografía,
unos caminos, para ser olvido, aquí sí, en el olvido. La violencia contra los
campesinos esl padecimiento humano que desaparece bajo algo tan abstracto como
lo que supone reducir ese sufrimiento a una serie de flash noticiosos
impersonales. “La guerra estaba y sigue afuera ” ¿Pero no han llegado estos
grupos de desvalidos a las ciudades? ¿No los han visto los caleños, los
bogotanos, los chocoanos, los medellinenses? La fotografía de nuestro Ministro
del Interior con gesto de atembado estrechando la mano de Padrino un miembro
del Cartel de los Soles por el cual se ofrece una recompensa de veinticinco
millones de dólares nos deja turulatos ya que sería como imaginar que un Ministro
francés en plena guerra mundial contra los nazis le solicita ayuda a Goebbels.
Para leer entre líneas tal como le gusta presentarlo a nuestro Presidente
acaba de insinuarnos que una tercera
fuerza está actuando en los
enfrentamientos del Putumayo y esa fuerza para cualquier analista de estas
confrontaciones no puede ser otro que el Tren de Aragua que comenzó su
historial delincuencial precisamente en
el Arco Minero de Venezuela y fue transformándose en una formación paramilitar
al servicio de Maduro, extendiéndose hacia muchos países. Hace unos dos años
estos asesinos mataron a un militar venezolano que se había refugiado en Chile
donde después de secuestrarlo y torturarlo lo degollaron. El Gobierno de Chile
rompió relaciones con Maduro cuando éste cínicamente les dijo que el Tren de
Aragua no existía y era un invento de la derecha fachista. Un ejército de mercenarios provenientes de
Ruando acaba de tomarse la ciudad de Goma en la República Democrática del Congo
para apropiarse de una mina de Coltán. ¿Cuál es el precio de la mina de Coltán
que se están peleando en el Catatumbo el ELN, las Disidencias y ahora el Tren
de Aragua? Tranquilos pues como recuerda Umberto Eco en una sociedad donde ya
la verdad a nadie le interesa, haciendo zapping y cambiando de canal dejamos de
ver estas molestas informaciones y tenemos la sensación de que aún somos
ciudadanos (as) libres.
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