viernes, 10 de enero de 2025

VENEZUELA SOMOS NOSOTROS / Darío Ruiz Gómez

 

VENEZUELA SOMOS NOSOTROS

Darío Ruiz Gómez

A pesar de que el intento de Bolívar de hacer de Colombia y Venezuela una sola República no se diera históricamente y con un acuerdo y el trazado de unas fronteras quedara consolidada la presencia internacional de dos  países, esas fronteras ficticias era imposible que dividiera aquello que regionalmente, caso de los Llanos, caso de la Goajira, caso de las regiones andinas ya se había consolidado como culturas, como territorios cuyas fronteras nunca jamás podrán ser establecidas por un Pacto Político. Para la consolidada dictadura de Chávez  hay un objetivo: establecer una sola y única República Bolivariana tal como lo demuestra la proclama de las FARC con historiadores y teóricos propios de reconocida trayectoria en la izquierda colombiana, hacer una sola Nación, imponer una nueva cultura política, un modelo de intelectual como “Patria del Pueblo”. Y bajo la brutal imposición de este totalitarismo. En el momento en que ya Chávez se despoja de todas las máscaras  y aparece la figura del nuevo sátrapa comienza la pesadilla de enfrentar una dictadura que no dará reverso a su objetivo de devolver el gobierno “ al pueblo sufrido y oprimido por la burguesía infame” Para mí fue doloroso el momento en que ante esta situación irreversible se produce el enfrentamiento entre quienes sorpresivamente defendían a la versión populachera de un socialismo de papel y quienes representaban a la democracia liberal y se oponían a lo que ya eran hechos de barbarie como apoderarse de los museos, bibliotecas, la mayor editorial, los espacios de interrelación y social con las culturas del mundo. Aquella pesadilla descrita por Cabrera Infante en Cuba en los momentos en que sus antiguos amigos se quitan su disfraz de demócratas  y con su mediocridad persiguen a quienes persisten en la idea de una cultura universal o sea contrarrevolucionaria y deben ser metidos en las mazmorras o enviados al destierro, tal como efectivamente se hizo dentro del más riguroso estilo de tortura estalinista por parte de esos intelectuales mediocres dominados por los complejos sociales y la envidia hacia la inteligencia. La imposición de esta caricatura de cultura ha supuesto la entronización de la basura intelectual convertida en Comisarios y delatores y la condena inmediata al olvido de las grandes figuras de nuestra cultura a través de la historia.

Cuando paradójicamente comienza el destierro en masa de los pobres, de la clase media venezolana ante la quiebra económica del Estado Bolivariano y se da el dolorosa espectáculo de millones de familias huyendo a pie por las carreteras de Colombia, buscando refugio, haciendo heroicas jornadas de marchas hacia el Sur, hacia el Norte, entre la selva, los desiertos, la reacción de nuestra izquierda bolivariana de intelectuales, profesores, estudiantes es lamentable en su consideración de que quienes huyen de esa dictadura de ladrones y asesinos, son reaccionarios enemigos de la revolución, sospechosos políticos a quienes no se debe brindar ayuda. No quiero decir de la desidia de los Partidos nuestros,  burocratizados y moralmente mostrando su insolidaridad con la Democracia venezolana, callados cobardemente ante las matanzas de campesinos, indígenas a nombre “del pueblo y la nación bolivariana” Tan cultos, tan refinados, unos y la intelligentzia de izquierda tan kantiana, tan foucaliana, presta a condenar una ultraderecha  para tratar de disimular su inopia, nunca pensaron llegaría un día como el de hoy con colectivos de motoristas al estilo nazi, para desmoronar su  supuesta sobradez intelectual mediante la cual todas las teorías de ocasión les han permitido evadir la lectura y confrontación de los hechos. Y esto, a lo que estamos asistiendo hoy es a la muerte de la narrativa del terror, un régimen de grotescos matones, de rufianes y personajes vulgares como sus cómplices del Gobierno español de Sánchez. No lo olviden, ya nunca Maduro podrá crear otros lenguajes de la mentira para sus sumisos “Trabajadores de la cultura”.   

EL DESORDENAMIENTO TERRITORIAL / Darío Ruiz Gómez

 

EL DESORDENAMIENTO TERRITORIAL

Darío Ruiz Gómez

Un territorio, valga la pena insistir sobre ello, no es un espacio urbano o geográfico determinado solamente por límites convencionales sino determinado por usos del suelo y costumbres sociales, por la construcción de un paisaje. Cuando  tal como hoy se está viviendo en casi todas las regiones de Antioquia una transición entre  lo urbano y lo rural, el Ordenamiento busca entonces organizar los efectos de este choque  para no causar violencia sobre los  moradores  y  la irrupción incontrolada de las inmobiliarias privadas que,  a través, sobre todo,  de la corrupción en la concesión de licencias de construcción están creando el caos, propiciando la desigualdad social y destruyendo el paisaje que es un Patrimonio intangible. Un proceso que a través de más de diez  años he venido analizando en Oriente y Medellín  y traigo de nuevo a cuento en el momento en que una vez más la burbuja inmobiliaria pareció  crecer inmoderadamente  y hoy  se derrumba y comienzan  a aparecer la inseguridad, la infiltración de delincuentes, los edificios abandonados y  la nueva lista de ciudadanos estafados. Lo que constituye una palpable demostración del desordenamiento territorial a que ha propiciado, para mí, irremediablemente, la concesión de tantas y tantas licencias de  construcción sin que las  respectivas oficinas de Planeación hubieran reclamado la previa urbanización de los territorios  o sea el ordenamiento territorial para dar racionalmente el salto entre lo que se considera urbano y lo que se considera rural, la desorbitada densificación. A esto hay que agregar los imponderables que surgen con el desplazamiento urbano tal como sucede respecto a  Medellín, cuando no se ha considerado la cualificación de los grupos de desplazados ni se han previsto los espacios para una nueva vida cívica . Pero ¿Cuál es hoy el concepto de territorialidad a recurrir ante los desajustes que la violencia, movida por las nuevas economías,  casi que avisadamente, ha ido causando en Colombia modificando  radicalmente  las antiguas nociones de región y población? ¿Cuál el concepto de municipio o de Departamento pero sobre todo de territorio urbano al cual debe enfrentar en este momento  el Director del Departamento de Planeación  Nacional no precisamente  un especialista sino un político de Directorio? ¿Cuando como en el caso aberrante de Jamundí   donde mediante el terrorismo se pretende imponer un violento  cambio de dueños de este territorio?

 Pero ha llegado a Medellín   la inevitable  gentrificación de los barrios tradicionales tal como lo han hecho en el mundo con la Roma popular, con el Madrid popular, eso sí renovados con los diseños del Marketing  y un disfrazado planteamiento de renovación urbana. Sí, claro y el shock del turismo igualmente considerado como un acontecimiento  económico  inevitable que es necesario encauzar debidamente  tal como se está haciendo afortunadamente. Pero ¿Dónde están las  nuevas vías, dónde están las aceras que permiten largos recorridos a pié ya que ciudad que no se camina no existe  porque el aislamiento impide el intercambio social y dónde está la urgente regularización de los alquileres para que no caigan en manos de los especuladores?  El viejo concepto de Planeación urbana ha sido sobrepasado por el crecimiento de su población y los nuevos usos del suelo, lo que supone la necesidad de un replanteamiento de la estructura urbana, de reconocimiento de la diversidad cultural. No es que no existan las normas que impiden que las carreteras de Oriente o las calles  de Medellín continúen  siendo  asaltadas por fritangas  que impiden  la libre circulación del peatón sino que sigue sin hacerse in si tu la verificación de las causas que han llevado al colapso vial permanente y al crecimiento de la fealdad  urbana.  ¿Un Plan de Desarrollo cada tres años o sea sin posibilidades de continuidad? ¿No era necesario para esta tarea haber contado a tiempo con urbanistas, diseñadores de nuevas vías, paisajistas, ingenieros hidráulicos y no con burócratas de ocasión?

jueves, 9 de enero de 2025

EL ESCRITOR COMO CORRESPONSAL DE GUERRA Darío Ruiz Gómez

 

EL ESCRITOR COMO CORRESPONSAL DE GUERRA

Darío Ruiz Gómez

La suerte de la clase pensante que  es fiel  a la responsabilidad de hacer respetar  la libertad de expresión o de credos, de afirmar una universidad plural y nunca ni en ningún momento confesional, ha sido la de la creciente persecución, la desaparición de la cátedra libre, el exilio interior. La negación del disenso,  es decir recuperar   el derecho a la libertad donde se ha perdido. Volver  la mirada hacia lo que sucedió con los pensadores  críticos  en la Unión Soviética o igualmente durante los regímenes totalitarios de Hitler y Stalin, etc, es traer al presente el significado de una infamia cuyos métodos de represión de la libertad no han  dejado de repetirse en regímenes donde los principios políticos civilistas han sido usurpados por el dogmatismo de ideologías irracionales.  John Gray el importante pensador  inglés  es el autor  de un gran texto, “Los nuevos Leviatanes”(Sexto Piso Editor) donde  actualiza  el panorama de las realidades  postpandemia,  la desaparición del globalismo, aquello  que hoy se dirime  en la vida pública y en universidades  y  centros de cultura en los cuales  la insania de los canceladores,  cortacabezas  de estatuas,  destructores de museos –como el Museo Nacional- ,  intenta  arrasar con la educación superior . “La cháchara ociosa de lo Woke anula el debate sobre las jerarquías sociales” y  “La compartimentación de las sociedades  en identidades grupales, étnicas, perpetúa e intensifica las divisiones raciales” Y agrega Gray : “esto es un síntoma de la enfermedad de la que pretende ser remedio”  En la situación colombiana de  las universidades públicas y privadas  -también éstas infectadas de ideologías cancelatorias-  continúa   el asalto al humanismo  ya  condenada  en su momento  por intelectuales como Chomsky  y hace poco por los más importantes catedráticos e intelectuales ingleses  solicitando el retorno a  la universidad crítica, investigativa.  La camuflada  tare de destrucción de la Universidad  se ha venido haciendo  en Colombia desde hace treinta años y con una regularizada conspiración contra la educación libre, contra el conocimiento que desde la razón nos conduce  hacia  la libertad, una experiencia cruda que acreditan  mis 30 años como profesor universitario  y que las teorías  del leninismo  han desarrollado bajo  estrategias  como el recurso sistemático  al llamado Paro de actividades  académicas  ahora con el matiz de un  declarado  terrorismo cuya finalidad consiste en crear en el profesorado y en los estudiantes una inestabilidad emocional ante el  Horror Vacui  que se abre,  el desánimo  ante la destrucción de los argumentos  del diálogo y la desaparición de los contenidos éticos de la cultura y la ciencia.  Hechos palpables como  el arrasamiento de bibliotecas-cuatro veces quemó las FARC la biblioteca de la UIS- laboratorios,  prohibición de textos anti-revolucionarios, acciones destructivas que mutan de nombre pero siguen en su tarea de atentar contra  la Cultura, el pensamiento y el significado de la Universidad.  Desde hace cuantos años vienen repitiendo la monserga de si Universidad burguesa o Universidad popular sin que hayan dado  una propuesta.  Hoy  nos enfrentamos a  una curiosa situación  ya que quienes han llegado al poder fueron hasta hace poco militante,  furiosos detractores de  la tarea  emancipatoria  de la Universidad humanista, guerrilleros, personajes de acción y no de pensamiento a los cuales la praxis política ha  colocado   ante la inédita  disyuntiva de tener que reconocer que son corruptos vulgares tal como lo demuestran los distintos documentos o pretender  hacernos creer que  la corrupción  sigue siendo  un “acto de fe en la revolución”  

 Ante este desagradable escándalo-espectáculo de  burda corrupción del Gobierno al cual estamos asistiendo   lo que se debe juzgar  es el desastroso  balance de las políticas del etnicismo, del feminismo totalitarista, de la caricatura del identitarismo,  que  como un Leviatán, han servido para mantener a las comunidades, a la universidad   bajo  otras formas de servidumbre hasta   convertirse en la mayor amenaza contra, repito, nuestras precarias conquistas democráticas.  

Oscar Peláez Peña / Álvaro Noreña

 Oscar Peláez Peña 

/ Álvaro Noreña

El intelectual y poeta sevillano Oscar Peláez Peña, cuando residía en Medellín, publicó La balada de la abyección, en la “Columna libre” del periódico Cactus, N° 4, de Fredonia, Antioquia.

Oscar Peláez Peña


 “El odio es un borracho hundido en la taberna, que siente que su sed crece con el licor y que se multiplica cual la hidra del Lerna”

(Baudelaire)

“La iniquidad y la injuria sazonan estos tiempos sin porvenir, ausente anda el amor en sus lejanos viajes, vastas tumbas se cavan en las patrias de los hombres. Es necesario rechazar como un veneno la arbitraria veleidad que ha mancillado los principios, pues la mala conciencia es en efecto, al mismo tiempo, la mala voluntad, que no tendrá paz, ni dentro, ni fuera. No la tendrá jamás porque no se la deja a nadie, desde Caín hasta la torre de babel.

En medio de estas costumbres de conquistadores y de esclavos, la naturaleza humana se ha pervertido, y la corrupción, lo mismo que la maldad, se miran como muestras de perspicacia y energía.

Ladridos de una jauría furiosa cuando los verdugos se frotan las manos al oír gritar a sus víctimas y hay en los jóvenes una exuberancia de savia ruda que las hace tomar las brutalidades por placeres.

De justicia y de honor no se habla más que de pasada y los hombres de inteligencia, son atormentados por la misma inteligencia, no se ve más que corrupción arriba y brutalidad abajo, un ciego impulso parece dispuesto a demoler la sociedad civil. La corrupción se halla en las entrañas de las costumbres públicas y del estado político; los que se llaman patriotas dan y retiran la palabra, proponen la guerra o la paz. Bestia humana inflamada por las pasiones políticas, oscilando de un lado para otro bajo el imperio de infames banderas.

La desconfianza ha colocado la envidia a su placer y el mérito paciente sufre la humillación de manos de los indignos cuando se llama a la opinión pública a intrigas particulares.

Faltan hombres en los puestos de responsabilidad, sólo vemos caricaturas vivientes de la soudra semiletrada, los torpes, los irrisorios, los despreciables que pagan a su clientela en novedades circenses. Se titulan según las circunstancias, rastacueros que intrigan, mienten, andan a la greña en la vida espiritual fabricando la tramoya de apariencias imbéciles en escuelas despanzurradas y garitos universitarios, como en los más innobles albañales de la ciudad.

Toda esa basura intelectual de empresarios de efectos literarios, poetas para apedrear con patatas y huevos podridos, fangosas criaturas sumidas en la vida física de sus escritos muertos que no hacen costumbre, trama gastada de áridas doctrinas para aumentar el suplicio de los imbéciles y la coquetería de las feministas célebres por el descaro de sus confesiones públicas, Corrosiva hediondez alimentada por los desahogos de las comadres y el periodismo zascandil de vendidos y difamadores asalariados, traficantes del escándalo y la injuria.

Esta es la razón menguada y grosera de nuestra época que nos desprende de nuestros vínculos, cínica grosería que despoja la vida de su ropaje y la hunde en el fango popular para que la pisoteen las pezuñas de la muchedumbre, cuando la verdad académica  es la duda, y aún ahí hay  que dudar de ella. ¿su verdadero nombre? Individualismo anárquico, envidia, confusión de palabras de espíritus limitados, es el miedo de no poder existir como particulares para instaurar el culto del terror y el imperio de los patíbulos”.

OSCAR PELÁEZ PEÑA

El presente documento es digitalizado por Álvaro Noreña Jiménez, cierraojosandersen@gmail.com (arqueólogo de las palabras, con fines educativos, rescate de memoria histórica y de difusión cultural, en el mes de febrero del año 2014).

domingo, 5 de enero de 2025

AUGUSTO RESTREPO MOLINA “Maracho” Por Alvaro Noreña Jimenez




Álvaro Noreña y Augusto Restrepo




AUGUSTO RESTREPO MOLINA “Maracho”

 Álvaro Noreña Jiménez


«Sin memoria no hay justicia»

Helena Urán. Politóloga colombiana

Hoy es 14 de diciembre de 2024. Hoy recibí la infausta noticia de parte de Oliverio Bustamante Pareja, que el amigo “Maracho” se encuentra en un centro geriátrico del barrio La Floresta de la ciudad de Medellín padeciendo un cáncer de colón que lo tiene en un estadio terminal y marchita su alegría, mirada, voz, cuerpo y alma.

Augusto es amigo de vieja data con él cual compartí horas y horas de conversa y verso en su casa de la calle Cuba en la tierra de los hombres libres. Muchas veladas de extraordinarios momentos de oralidad, música, cine, arte y literatura.

Augusto de Jesús, nació un 30 de noviembre del año 1949 en Fredonia, Antioquia. El de Jesús, era una garantía bautismal de origen de ser de Fredonia y de familia muy cristiana apóstolica y romana.

Era hijo de don Marco A Restrepo (ya fallecido), un amante de los clásicos de la literatura universal y un referente obligado de la lectura en Fredonia. Don Marco residía en compañía de las hermanas Angel, cerca al comando del distrito de policía de Fredonia, enseguida de lo que fue la empresa antioqueña de telecomunicaciones Edatel. A don Marco A Restrepo se le conocía en el histórico pueblo como “Marco Maracho”. Ya octogenario, siempre lucía bien vestido, de sombrero fino, bastón, gafas de pasta dura, pipa y libro, buscando la luz para las letras, en la ventana de su casa.

Cuando falleció su padre don Marco A Restrepo; Augusto “Tuto” tuvo que realizar un juicio de filiación ante los estrados judiciales y demostrar que era hijo de él y de doña Rosa Molina la mujer más hermosa que tuvo Fredonia.

Gracias a ese juicio de filiación, doña Rosa la madre de Augusto, logró obtener parte de la herencia y los activos de su padre que se reflejó en una casa en el parque principal de Fredonia, enseguida de La Alaska. Casa de la cual tomó posesión Augusto y arrendó parte de ella al artista plástico, maestro del bricolaje y fotógrafo profesional fredonita Guillermo Betancur.

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De la posesión de esta casa se deriva la siguiente historia relacionada con don Gregorio Ramírez:

Éste personaje era considerado como el tío Grandet de la novela de Honorato de Balzac. Prestamista, usurero, y avaro. A don Gregorio Ramírez, le conocí por conducto de un amigo llamado Augusto Restrepo que obtuvo una herencia representada en una casa por conducto de su madre Rosa y que le autorizó a vender. Augusto pedía por la casa $ 23 millones y don Gregorio ofreció $ 17 millones. No pudieron ponerse de acuerdo en el precio. No obstante Augusto logró obtener un préstamo de dinero en hipoteca en la propiedad.

Cuando Augusto tomó confianza con el agiotista e iba a pagarle los intereses de la deuda, le decía:

_Don Gregorio bájele a esos intereses de usura y sea más humanista.

Y don Gregorio Ramírez , respondió:

_ Augusto a mi págueme los intereses, el humanismo póngalo usted.

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Gracias Augusto por tu gestión cultural y dirección de esas amigas y amigos que en el tiempo, gracias a su generosidad nos dio pie en el año de 1994 para crear las bases de la onege cultural independiente Club de Música. “Tuto” dirigió la Presidencia de la institución en 1997. Una entidad pionera en el municipio de Fredonia, creo que en el departamento y la nación, da ejemplo como en comunidad y en unión se construyen los grandes sueños y se alcanzan las utopías. El pasado 4 de diciembre de 2024, el Club de Música de Fredonia, cumplió 30 años ininterrumpidos de existencia y de una extraordinaria gestión cultural y patrimonial que la desearía cualquier casa de la cultura de la oficialidad del país.

Gracias a la armonía de estos variopintos amigos y amigas que ya no se encuentran en lo físico entre nosotros se logró consolidar la adquisición de la sede del Club de Música, que siempre será la casa de ustedes:

William León Gil; Francisco “Pacho” Montoya el hijo de doña Rosa que un día Augusto le dijo que deseaba un mirardorcito en el techo de la sala de su casa y “Pachito” como siempre animado, ni corto ni perezoso tomó herramientas y empezó la idea con tan mala fortuna que una bala perdida cerca al puesto de comidas que tenían en el parque de Fredonia acabó con su vida y el miradorcito se quedó inacabado generando por muchos años una gotera de tristeza y lágrimas en nuestros corazones; los músicos e ingenieros de sistemas Aldrin Freddy Jaramillo Franco y Walter Adrián Ramírez; Yaneth Atehortúa, Alberto “Colmena” Mejía Palacio, Augusto y Javier Díez Escobar, Teresita Betancur Betancur, Gustavo “Susto” Jaramillo, Francisco “Pacho” Ríos Maldonado, el ingeniero electrónico de Edatel Gustavo Sierra que un día se nos perdió en el atrio de la ausencia; los artistas plásticos Jaime Arango y Marió Pilló García; el escultor y escritor Ángel Rodrigo Arenas Betancur; el músico Rodrigo Alvarez Gómez nieto del escritor fredonita Francisco de Paula Nacianceno María Gómez Escobar más conocido como Efe Gómez; el capitán Hernán Zuluaga hermano de la manizalita Luz Marina primera Miss Universo que tuvo Colombia; el eterno peregrino y capellán del Club de Música Padre Mario de Jesús Castaño Pérez; el docente Guillermo “Memo Mica” Fernández Gil, y ahora Augusto de Jesús “Tuto Maracho” Restrepo Molina.

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En las honras fúnebres de Augusto, Álvaro Noreña leyó el poema «Casa Loca» del poeta cielorroteño Ciro Mendía:

Mi casa está embrujada y está loca,

Una casa sin juicio, destemplada

Que vive de milagros y engañada,

Que sufre, que se irrita y se sofoca .

Con balcón y salones es la roca

De un Prometeo criollo, y, apenada,

Sabe que está al olvido condenada ,

Pues ya a su puerta ni el demonio toca.

Se las dá de bohemia, a ratos canta

Y baila y con los músicos se encanta,

De juerga anoche, al viento, se ha largado.

Y regresó a la aurora con los ojos

Rojos y labios y cabellos rojos,

Despeinada, borracha y sin tejado.

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Recuerdo, que alguna vez se produjo un impasse o malentendido en la sede del Club de Música entre el Augusto apasionado por las piedras y Aldrín Freddy Jaramillo, porque Aldrin Fredy demolió el lavadero y tanque de cemento de aprovisionamiento de agua que existía en el patio. Lugar en el cual Augusto se sentía en el paraíso y se bañaba como Adán. En esa liturgia diaria, Augusto pensaba y elucubraba sobre el suicidio y alguna vez hablamos sobre este tema, y “Maracho” Augusto Restrepo Molina dijo: «Hay que pensar las cosas con cabeza fría». «La fórmula para evitar la idea del suicidio, lo mejor es bañarse desnudo o empelota, en el patio de la casa, sacando a totumadas el agua fría del tanque para echársela en la cabeza».

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Yo le oí hablar y contar a el amigo Norona, una imagen surrealista: Cuando dirigía el Club de Música en Fredonia, entidad cultural sin ánimo de lucro, ubicada en la calle Cuba. Pasó por el frente de la sede, un domingo de los tantos meses de 1990, cómo a las tres de la tarde, una gallina muy aseñorada y sin una sola puntada, que la atrajo el olor a tierra del antejardín. Traspasó la verja metálica y se encarretó escarbando y alimentándose de insectos y hierbas. Pensó Norona, que con ella se ahorraba un jornal por la deshierba. Allí la cogió la noche. La gallina escogió una escultura propiedad de Augusto “Tuto” Restrepo Molina, que estaba en un rincón del exterior de la institución cómo dormitorio. Al otro día los compañeros del Club preguntaban que cómo había llegado esa gallina y solicitaban uno a uno que le guardara un pernil, otro la pechuga y otro mas la rabadilla. Todos la veían en un sancocho.

Álvaro empezó a defender la gallina diciendo que era inteligente, que además era critica de arte, porque lo que no le gustaba se cagaba en ella y daba cómo ejemplo la escultura. La seguiría llamando Marta Traba.

Otro día el profesor de música (Augusto “Tuto” Restrepo Molina, estaba dando una clase de organeta a una señora muy estirada del municipio, cuando Marta Traba, entró al salón de clases y en vuelo rasante colocó sus patas en el teclado demostrando sus dotes musicales y causándole un gran susto a la estudiante.

Otra vez, llegó a la institución el finquero Hernán Zuluaga, aviador jubilado de la fuerza aérea colombiana, hermano de Luz Marina Zuluaga, la única Mis Universo que ha tenido Colombia y encontró a Marta Traba en plena sala de espera. Don Hernán manifestó su inconformidad diciendo:

- “Ah, no, está institución está muy mal, desde que las gallinas estén en la sala”.

Noreña le replicó inmediatamente:

-“Disculpe don Hernán, pero ella es Martha Traba, y está esperando un turno para una práctica de computadores”.

Martha Traba, habitó el Club de Música por el termino de un mes. De sus huevos de oro se alimentó su protector. Hasta que una noche entró a la institución de forma furtiva «Chimbo Tieso», un personaje para una película de terror y se la robó terminando ella en su sancocho.

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Gracias a Augusto, mucha gente en Fredonia, fue tocada por la magia de la música. Él estaba tocado por la guitarra y escuché decir de su propia voz que su profesor en guitarra fue el maestro y compositor colombiano León Cardona García (1927-2023) un pionero del jazz y un revolucionario de la música andina colombiana y de la interpretación de la guitarra. Era un gusto escuchar a Augusto Restrepo en su guitarra y ejecutar una composición francesa del siglo XVII, conocida como Bourrée, que no puede faltar en el repertorio de la guitarra clásica.

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Encuentro de ciudades fraternas en 1993 entre Fredonia, Antioquia y Sevilla Valle del Cauca. Fotografía realizada por Guillermo Betancur.



Otra faceta de Augusto Restrepo Molina que se debe reseñar, era su compromiso político con la comunidad de Fredonia. Lideró en forma local las banderas de la Alianza Social Indígena ASI con la diputada Emberá chamí Eulalia Yagarí y en 1992 producto de la Asamblea Nacional Constituyente y de la Onic Anatolio Quirá Guauña ( 1932-2004) fue el primer senador indígena. Y en representación de las negritudes fue elegida la afrodescendiente quibdoseña Zulia Mena García a la Cámara de representantes que luego sería viceministra de cultura y alcaldesa de Quibdó. Por Augusto tuvimos la visita en la sede del Club de Música de Abadio Green Stocel y su familia. Abadio Green es un indígena líder, teólogo, poeta, educador y etnolinguista del pueblo gunadule de nacionalidad panameña y colombiana. También ayudamos en politica al indígena Gerardo Antonio Jumi Tapias del pueblo Emberá Eyabida, experto licenciado en Ciencias Sociales , elegido Diputado de la Asamblea Departamental de Antioquia por la ASI.


Encuentro de ciudades fraternas en 1993 entre Fredonia, Antioquia y Sevilla, Valle del Cauca. La reina de Buenaventura Damaris de Diego, reina nacional del café por el Valle del Cauca que luego sería la compañera del cantante Jairo Varela, vocalista del Grupo Musical Niche. Fotografía realizada por Guillermo Betancur.



Augusto fue elegido por la ASI, concejal de Fredonia y armó una coalisión fuerte que lo llevó a formar parte de la mesa directiva durante la alcaldía popular de Héctor Patiño Acevedo. Producto de esa coalisión fue nombrado secretario general del concejo Alvaro Noreña Jimenez y fue derrotada la coalisión guerrista de Javier Castaño Ochoa quien llegaba con su tic nervioso al recinto del concejo a deliberar y poner una pistola sobre la mesa de su curul.

Como concejal de Fredonia, Augusto jalonó la creación de un Acuerdo municipal que creó por primer vez un fondo que estimulaba la creación de microempresas en el pueblo.

Tambien lideró el encuentro de ciudades fraternas en 1993 entre Fredonia, Antioquia y Sevilla Valle del Cauca, ciudad que entre las personajes destacados que ayudaron a su fundación en mayo 3 de 1903 se encuentra al fredonita e ingeniero civil Heraclio Melitón Uribe Uribe.





Al encuentro de ciudades fraternas estuvieron vinculados, alcalde, personero, concejales, Guillermo Betancur cómo fotógrafo profesional y documentalista del evento, el artista Guillermo Sánchez Betancur y Juan Guillermo López. “Juangui”, periodista, productor y guionista de cine, que nos dejó atrapados en las imágenes del video «Café y Licor», realizado entre el 25 y el 28 de diciembre del año pasado (1992) en el municipio de Fredonia, en el cual logró registrar en cámara lenta, el suspenso y el grito de la única muerte de la corraleja (Guillermo “Memo” Tabares). Y en el mes de mayo del año que transcurrió (1993) realizó el registro fílmico de «El Encuentro», de las ciudades hermanas de Sevilla Valle y Fredonia Antioquia en el cual se resalta la fraternidad de los pueblos.

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Debe quedar en está nota histórica que Juan Guillermo López gran amigo de Augusto Restrepo por su relaciones con el cine, fue asesinado al mes siguiente en la ciudad de Medellín. Hoy 21 de junio, la coordinadora de la Sección Cultura de “El periódico “El Colombiano” de Medellín, Ofelia Luz de Villa, confirma la infausta noticia y afortunadamente no como un «Suceso Breve»: «Justamente un artículo suyo fue publicado ayer (martes 22) en está Sección Cultural, con un comentario sobre la película “Disparen a matar “, que se presentaba en el centro Colombo Americano. Al enterarnos después de su muerte, supondrán los lectores nuestra sorpresa ante tan fatal coincidencia.

Juan Guillermo López, dejó una niña de cuatro años (Sarita), muchos proyectos y actividades que eran posibles gracias a su particular entusiasmo. Una vida de 36 años que se terminó porque alguien quiso tener violentamente una filmadora que había conseguido como fruto de su esfuerzo y como herramienta de trabajo»

La nota anterior trae a mi memoria que Augusto, tuvo muchos vínculos con realizadores de cine en Medellín en especial con los estudios de Ivo Romani. Allí conoció al Negro Billy (1935-2019) un cantante callejero de Spirituals representando la desesperanza de la ciudad, que trabajó en un documental de ficción de 23 minutos llamado «Balada del mar no visto» (1983) rodado en 16 mm por el realizador Diego García Moreno. Titulo inspirado en el poema de León de Greiff.

Augusto Restrepo fue colaborador de la revista Babel dirigida por su amigo y escritor Víctor Bustamante fundador de los blogs: Tango en Medellín, la Dulce Toma y Neonadaismo.

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LAS NOTAS DOLOROSAS

Alguna vez llegó al parque de Fredonia su compañera en un auto y descargó una bicicleta y a su hijo León. Un niño que Augusto tomó a su cuidado. Y el niño fue a la escuela y fue creciendo en su adolescencia. Luego en las épocas difíciles de violencia urbana en el área metropolitana de la ciudad de Medellín, León fue asesinado en el municipio de La Estrella.

En Fredonia también en una noche oscura y para olvidar tuvo un percance con unos personajes sombríos que habitaban la calle Cuba que lo acometieron a machetazos y le causaron heridas graves en los tendones de sus manos (su herramienta de trabajo para la guitarra) de las cuales se fue recuperando su movilidad y destreza a punta de autoterapias.

En el amor, fue su compañera Beatriz Castrillón hasta el fin de sus días. Tuvo uno o dos rupturas con ella que lo sacudieron en forma profunda que lo sumieron en la bohemia, en el desencanto, en el licor y las lágrimas. Ya en el momento de las despedidas en su último cumpleaños el 30 de noviembre conversó con Beatriz y le pidió perdón por todos sus errores y desatinos. Hasta tuvo tiempo de hacerle ojitos y ratificarle su amor hasta el fin del fin.

Beatriz, dijo que hasta en la proximidad de la muerte, Augusto fue siempre un coqueto. En su funeral, Noreña le dedicó a Beatriz, el poema de Carlos Mejía Ángel más conocido como Ciro Mendía, titulado: Después de Muerto:

Si me muero del todo –y Dios me asista-

Te excuso de llevarme aquellas flores

De amarillos y técnicos colores

Que el mentido dolor pone a la vista.

Te recomiendo amor de mis temblores,

Que cuando tú mi tumba tengas lista,

éste provista , pero bien provista,

De teléfono, baño y acensores.

Que sea una tumba confortable, grata,

Con vasos de oro y ventanal de plata,

sillones verdes, bar, tapices de seda.

Una tumba a la moda y con espejos,

Que no me quede de la tuya lejos

Para llamarte a gritos cuando pueda.

Y Beatriz hizo poner la canción «Mi negrita me espera» de Ismael Rivera, Kako y su orquesta. La letra de la canción es una sencilla pero emotiva narración de un hombre que se apresura a volver a casa con su amada, quien le ha pedido que no tarde:

Es tarde, ya me voy, mi negrita me espera. / Hasta mañana, porque cuando salí / Dijo: “Negro no tardes en la ciudad” / Si yo no vuelvo mi negrita se desvelará, no se acostará / déjenme ir que es muy tarde ya / Voy sin miedo de la noche que muy negra está / El hombre bueno no teme a la oscuridad / Yo ando por buen camino y en la soledad /...

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Esta historia la narró Augusto Restrepo Molina, en una noche de lluvia en abril de 1996. Fue publicada en la columna «Pálpito de Sombras» de la Revista de Cultura regional «Cielo Roto». Edición No 32 Julio. Agosoto de 1996. Dirigida por el periodista caldeño Juan Carlos Hoyos Guerrero (q.e.p.d):

BALBINA

Sofía vive en un cuarto amplio sin ventanas. Su residencia es una rara concesión del progreso, sino a sus años sí a su actual condición de reliquia de una ya casi extinta especie de aristocracia pueblerina.

En la profundidad del segundo piso de un sórdido edificio comercial, entre la oficina del correo y el despacho de un funcionario del estado, su habitación se abre a escasos visitantes. Hay allí una poltrona que fue mullida, hoy dura y desteñida, dos cuadros de santos alumbrados, el retrato de su padre, baúles, loceros, una cama, muchos trebejos (floreros, candelabros), un armario, tabretes; todo girando a una mesa grande, sobre la que un descolorido mantel plástico conmina a la humildad a tantos cristales y maderas labradas. No hay un espejo allí, no hay una cortina espesa y un estante con libros, ninguna joya de valor inapreciable. Solo Sofía quieta entre sus cosas que me pregunta por el alma.

- ¿El alma?

- Sí decíme, ¿qué es el alma?

- No sé tal vez nosotros mismos, sin la carne.

- Me da miedo morir dormida y de pronto resultar sola en esta pieza y quedar encerrada.

- ¿Encerrada?

- como Balbína Ángel.

- ¿Balbína?

- ¿Será cierto que el alma puede andar a través de las paredes de las casas?

No respondo. Ella calla.

Balbína apenas tenia 18 años. Murió según los médicos una mañana del año 33 o 34 en el alto de Combia, hacia las diez. Estaba allí con sus amigas de paseo. Había tomado algunos tragos y, de repente, después de declarar que estaba viendo estrellas, se quedó en las tinieblas.

- ¡Estoy ciega ¡

Permaneció así cerca de media hora y como ya sus compañeras también empezaron a ver la cosa negra, dijo que no era para tanto, que sí moría, sencillamente la bajaran en dos palos. Media hora más tarde llegó a su casa con los pies por delante en una camilla improvisada. Diez minutos después dos médicos certificaron su deceso. Tras prepararla y dejarla por fin descansar sobre su cama su tía B, mandacallar de aquella casa, dijo alterada

- Y véanle esas uñas. Tanto que yo le dije que esas no eran cosas de señoritas educadas.

Sus uñas brillaban como chochos bellísimos sobre sus manos delicadas. Mas de dos horas luchó Sofía en vano por despintar las uñas de la muerta pues ya la tía B lo había determinado: muy poco se avenía aquel rojo brillante a la palidez y seriedad de lo que se trataba. Al cabo, de su ensimismamiento, Sofía salió con algo raro

- Balbína está caliente!

- ¿Caliente?

- Si, Balbína Ángel no está muerta.

- Son cosas tuyas.

- ¡No!.

- Es que bastante la has sobado.

- Llamen al médico.

Volvieron los dos ancianos matasanos. Tosieron y vacilaron

- Cierta tibieza dijo uno de ellos - , a veces pasa.

- En ocasiones el rigor mortis avanza con desgano. - Dijo el otro con menos rigor y aún más desganado.

- Esto está muy maluco. Dijo la tía B

- Y otra:

- Es aún temprano. ¿Doctores, podemos enterrarla?

- Nosotros respondemos.

Y una vez más tentaron el pecho y el pulso de Balbína con estetos, buscaron la huella de su aliento con espejos y no sé qué en sus ojos con unas lamparitas.

- Bueno, traigan la caja. No queremos velorio; no soportamos los borrachos y mucho menos los chismosos que solo vienen a ser que secretos se alzan de esta casa.

Sofía se les quedó callada, pensando en lo hermosa y poco hospitalaria que era en verdad aquella casa y en lo triste que era que Balbína no pudiera volver a contemplarla; tanto que se enorgullecía de sus patios todos plenos de flores y empedrados.

Pudieron al fin los deudos arreglar tantas “vueltas “y dar término a los servicios religiosos. Anochecía ya cuando lograron llegar al cementerio. A la luz de tres velas, el hambriento sepulturero pegó el último adobe. Al salir, dijo Sofía al celador del campo santo que pusiera cuidado por si oía algo extraño, púes, a pesar de que al tocarla por última vez ya Balbína se encontraba algo fría, ella pensaba que eso era por el clima. Y algo inquietó aquella noche al viejo celador ya que, cuando al amanecer, impelidas por la insistencia de Sofía, las parientas llegaron a ver qué había pasado con Balbína, todas notaron que no había pegado el ojo y poca o ninguna resistencia hizo cuando le exigieron deshacer el murito de la bóveda.

Lo que vieron allí no pudieron echarlo al olvido los sesenta y cuatro años que corrieron hasta el día en que Sofía me contó esta historia: Con los ojos abiertos, desgreñada con el sudario ya harapos, y todas las coyunturas del cuerpo destrozadas, Balbína había atravesado su diestra con los dientes que eran algo largos y conseguido por fin atenuar el vivo color rojo de sus uñas que, vistas así, rotas revueltas entre la sangre que ya empezaba a resecarse, no parecieron entonces tan escandalosas a sus enterrados visitantes.

Quizás buscando escapar de la infernal visión todas volvieron sus ojos a los médicos que de pronto llegaron agitados.

- Fue un error... somos humanos _ Acertó a balbucir uno de aquellos viejos.

_ “Un error, sí, un error”. Pensó Sofía como si sus pensamientos descendieran vertiginosos por sus vísceras hasta la viscosa laguna de una náusea. “El error de Balbína fue morir y creer que dormía; tal vez pensó que era presa de un mal sueño y queriendo librarse de él, despertó en su terrible pesadilla.”


Augusto Restrepo Molina "Tuto" y Sofia Restrepo "Sofía Chuzos".


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Estábamos en Fredonia, Augusto Restrepo Molina y otros tertuliantes oficiando palabra con el maestro Rodrigo Arenas Betancur, colgados de la noche, entre copa y tango. El escultor decidió irse a su apartamento ubicado en el quinto piso del edificio Nora. Lo acompañamos hasta él y lo subimos por las escaleras, sosteniéndole como pie de amigos. Ya en su morada optó por que nos quedáramos haciéndole compañía. Así lo hicimos. Cuando el sol se coló por los ventanales, despertó sobresaltado, pero apenas no vio en el cuarto se tranquilizó. Y empezó a indagarnos por sus pertenencias:

_“Chimbilas”

Dónde está el bolso?”.

_Aquí maestro.

_¿La chequera?

_Aquí maestro.

_¿La pluma estilográfica Montblanc?

_Aquí maestro.

_¿El sombrero?

_Aquí maestro.

_¿La ruana?

_Aquí maestro.

_ ¿”Maracho”, (así le decía a Augusto), dónde está el revólver?

_Y “Maracho” le respondió: maestro con esos nos mataron anoche.

El maestro se cogió con las dos manos la cabeza parodiando al comics de Condorito y dijo “plop” entre carcajadas.

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Hoy es domingo 15 de diciembre de 2024, recibo la noticia (10 de la mañana) sobre el fallecimiento de Augusto Restrepo Molina. Quedó a la espera sobre las instrucciones sobre la fecha, hora y lugar de sus exequias:

«En nuestra memoria queda el recuerdo de los momentos vividos a tu lado. Aunque nos invade un sentimiento de profunda tristeza y soledad, nos consuela el saber que dejas una huella imborrable, porque la vida los que aquí quedamos no termina con tu ausencia, se transforma»

Medellín. Campos de Paz / Lunes 16 de diciembre / 11 de la mañana.

Asisto y doy gracias a Augusto por su amistad, por sus palabras orales y escritas para rubricar las presentaciones de autor:

«Alvaro es un contador de historias. Sus relatos poéticos se apartan de las formas que la cuentería ha venido asumiendo. El suyo es un lenguaje literario alimentado de lo cotidiano, expresión de una búsqueda nueva.

Escucharlo es viajar entre un maremagnum de voces, imágenes e ideas que nos ayudan a aclarar nuestro camino sobre esta tierra. La mayoría de sus escritos son inéditos».

Honro tu memoria leyendo el poema de Ciro Mendía «¿...Que se ficieron?»:

Se me acabaron los amigos.Trigo.

Se me acabaron los amigos.Creo.

Se me acabaron los amigos.Veo.

Se me acabaron los amigos.Ligo

Se me acabaron los amigos. Digo.

Se me acabaron los amigos.Leo.

Se me acabaron los amigos.Feo.

Se me acabaron los amigos.Sigo.

¿Donde se meten mis amigos? ¿Donde?

Aquel que yo más quise se me esconde

Y aquel que me quería se ha perdido.

Finaron unos y otros van despiertos,

Cargados de oro, de salud y olvido.

Sólo me quedan los amigos muertos.

Sigo el cortejo de la sala de velación entre la gravedad de los tacones, a la estación de la misa fúnebre y de allí a los hornos crematorios donde el fuego purifica todo.

Por último te cuento Augusto que gracias hasta éste encuentro de tristezas, volvimos a encontrarnos con el artista Fernando Fernández y con Claudia Zuleta, la hermana del docente universitario León Zuleta, asesinado a los 41 años el 23 de agosto de 1993.

Desde la otredad toda mi memoria para los ausentes.

Álvaro Noreña Jiménez